Las Palmas de Gran Canaria
Vox se rompe en Las Palmas de Gran Canaria y pierde una concejalaClotilde Sánchez abandona el partido y pasa al grupo de no adscritos en el Ayuntamiento de la capital por discrepancias internas en la organización en Canarias
Incendio en la oposición al gobierno de Carolina Darias en Las Palmas de Gran Canaria. Vox se abre en canal con la marcha de Clotilde Sánchez, una de las cuatro concejales que la formación de Santiago Abascal tenía en la ciudad, que este viernes rubricó su desvinculación del partido y solicitó su acceso al grupo de los no adscritos en el pleno municipal.
La pérdida de una concejala limita la maniobrabilidad de un partido que, además, en clave local ha dejado en evidencia en distintas ocasiones su colisión con el grupo municipal del Partido Popular. Con fuertes enfrentamientos que han sido públicos en el pleno de la ciudad.
Sánchez venía siendo una figura opaca dentro del grupo que tiene como portavoz al también diputado nacional Alberto Rodríguez. Su voz había sido silenciado por el partido en las comisiones de pleno, donde había quedado excluida.
El último capítulo antes de que se acreditara el cambio de estatus de Clotilde Sánchez dentro del mapa de siglas de los 29 concejales del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria sucedió este viernes. Rodríguez tramitó la revocación de Sánchez como representante de su formación en los órganos de la Agencia de Paisaje Urbano y en el Consejo de Mujeres por la Igualdad. Entidades que apenas tienen peso y funcionamiento dentro de la actual gestión del consistorio; sin embargo, el movimiento evidencia la falta de confianza y de relación entre el portavoz del grupo y la concejala saliente.
Este periódico intentó sin éxito contactar con Clotilde Sánchez para que valorara el movimiento político que ha protagonizado pero fuentes próximas a ella aseguran que no está atravesando un buen momento y aspira a salir del foco público.
Las pocas voces disidentes con la gestión de Vox en las islas no lo consideran un hecho aislado, en un partido cuya influencia en la vida municipal se encuentra limitado porque la mayor parte de planteamientos políticos que presentan tienen que ver con las directrices estrictamente marcadas desde Madrid.
La salida de Sánchez es un duro palo, más que por la figura que se pierde por el asiento que pasa a formar parte de ese ente abstracto que son los no adscritos, toda vez que el acta de concejal pertenece exclusivamente a la persona que concurrió al proceso electoral.
Justo estos días se cumple un año de la salida del grupo de Vox en el Parlamento de Canarias de la diputada Marta Goméz, que había accedió a la Cámara regional a través de la lista autonómica. Gómez pasó al grupo de los no adscritos y dejó en su salida duras declaraciones contra el partido en las islas. «No me metí en un partido para rendir pleitesía. Soy una persona muy leal, pero no servil, y entiendo que el ciudadano, cuando nos votó, es para aplicar o llevar a cabo políticas que realmente le solucionen sus problemas cotidianos», dijo.
Con razones parecidas anunció también el pasado año su salida del partido la concejala de Telde Janoa Anceaume, que pasó a integrar el grupo de gobierno de Juan Antonio Peña. También fue doloroso para los seguidores de Santiago Abascal en las islas que Miguel Rastrero, edil en Puerto del Rosario, y único concejal que tenían en la isla dejará, también con críticas, la formación.
Como José Eduardo Ramírez
El movimiento protagonizado este viernes por Clotilde Sánchez es el segundo que se produce en la actual composición del pleno de Las Palmas de Gran Canaria tras la salida de José Eduardo Ramírez, concejal de gobierno en Movilidad, para integrarse en la formación política de Teodoro Sosa Primero Canarias. Ahora Sánchez y Ramírez compartirán escenario en el planillo del pleno.
Durante el anterior mandato en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria también se produjeron varios movimientos con el paso de dos concejalas al grupo de los no adscritos. En su caso fueron los de Carmen Guerra, que salió del Partido Popular, después de décadas en el partido, y el de Beatriz Correas, que abandonó Ciudadanos tras denunciar incluso insultos y amenazas de su compañero de filas en aquel momento José Guerra.
