El tráfico se ahogó en las vías principales con las lluvias del domingo

La GC-1 fue la vía más afectada. Al charco que se produjo a la altura de Hoya de La Plata, que provocó retenciones de tráfico este domingo, se sumó el socavón que apareció en el asfalto de la Avenida Marítima este lunes, en concreto en el paso subterráneo de la autovía, en dirección sur-norte, a la altura de Torre Las Palmas.

La Policía Local y los agentes de movilidad de Las Palmas de Gran Canaria se vieron obligados a cerrar el carril derecho, lo que provocó retenciones de tráfico que se complicaron con dos accidentes de circulación, uno en la salida del túnel y otro en el entrelazado de Alcaravaneras.

En algo más de una hora, los técnicos de conservación de Carreteras del Cabildo de Gran Canaria lograron parchear de urgencia el problema. «Se hizo una reparación de urgencia con mezcla asfáltica en frío y en menos de dos horas ya estaba la vía de nuevo abierta al tráfico», explicaron fuentes del departamento de Obras Públicas.

La causa del socavón fue que la acumulación del agua de lluvia afectó al asfalto.

El Cabildo de Gran Canaria tenía previsto que el socavón quedara reparado en la noche de este lunes. Lo que estaba previsto que se hiciera de noche era extender una mezcla asfáltica en caliente más duradera, y la próxima semana, un arreglo en mayor profundidad. «Se va a encajonar, es decir, recortar el asfalto junto al socavón y a reasfaltar de nuevo ese par de metros», prosiguieron las mismas fuentes del departamento que dirige el consejero Augusto Hidalgo.

En el caso de Hoya de La Plata, el problema del encharcamiento hay que buscarlo en el peralte de la carretera, que tiende a acumular agua en el carril de circulación. Los técnicos del Cabildo de Gran Canaria estaban revisando este lunes las rejillas de desagüe por si éstas estaban atascadas, pues el drenaje no funcionó. Es cierto que los desagües están dimensionados para las lluvias habituales en la ciudad y que cuando se sobrepasan los niveles normales, el sistema funciona al ralentí, pero las lluvias del domingo tampoco fueron excesivas, de ahí que se crea que las conducciones estaban atoradas.

También se produjeron charcos que acabaron afectando a la circulación en la GC-23, a la altura del túnel de La Ballena, en sentido subida, que causaron retenciones en la circulación.

Desde el Cabildo de Gran Canaria se explica que este hecho tuvo su origen en las escorrentías que vienen de los jardines que están junto a la vía. «Ese agua baja con tierra y normalmente la tierra y piedras tapona las rejillas de drenaje de la carretera. Por eso, cuando llueve mucho se pueden formar charcos», indicaron desde Obras Públicas.

El gobierno insular aseguró que ninguno de esos charcos supuso un grave problema porque a la hora o poco más ya estaban operativos los carriles afectados por el agua, las piedras y el lodo.

Otras vías que también resultaron dañadas fueron la GC-300, entre Hoya Andrea y Tamaraceite; y el Paseo de Chil, por arrastre de piedras y barro.

Por su parte, el portavoz de Coalición Canaria (CC), David Suárez, afirmó que los problemas de alcantarillado que sufrió la capital a causa de las lluvias, y con especial intensidad el barrio de Guanarteme, dan la razón a los vecinos que llevan meses movilizándose para solicitar al pacto de gobierno la mejora y reposición de las redes de abasto, pluviales y saneamiento. «La transformación de un barrio que contaba hasta hace poco con una tipología de viviendas bajas, tipo casa terrera, y que ahora ve proliferar edificios en algunos casos de más de 10 alturas ha traído como resultado, entre otros problemas, que su vieja red de saneamiento haya saltado con las primeras precipitaciones», dijo.