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El nuevo Plan Estratégico del Ciclo Integral del Agua en Las Palmas de Gran Canaria (2024-2033), que este viernes será aprobado por el Pleno, plantea una serie actuaciones que supondrán la eliminación de 110 aliviaderos desde la red de saneamiento cuando hay precipitaciones intensas.
El problema detectado por los redactores del plan es que «existen numerosos puntos de alivio sin tratamiento desde la red de alcantarillado urbano del municipio, que vierte al medio en sucesos de lluvia».
Para conseguir el «vertido cero» de aguas negras en tiempo seco, así como para evitar desbordes en tiempo lluvioso, en especial, con episodios de mayor intensidad, el Plan propone la eliminación de 110 puntos de alivio.
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David Ojeda
De ellos, 4 están en la cuenca de Tamaraceite; 2 en la de La Ballena; 33 en la del Puerto-Canteras (Santa Catalina); 5 en la de Mesa y López; 16 en la de Ciudad Baja; 29 en la de Ciudad Alta; 3 en la del Guiniguada; 16 en la del Cono Sur; 2 en la del Fondillo; y 25 en el entorno de Las Canteras.
«Mención especial merecen las conexiones de alivio existentes actualmente entre el colector que recorre la playa de Las Canteras y los colectores de la calle Guanarteme, que tienen varias conexiones de alivio a la primera», especifican los técnicos respecto al principal arenal capitalino, «puesto que uno de los objetivos de esta Plan Estratégico es descargar la línea de la playa de Las Canteras, se han eliminado todas estas conexiones».
¿Y cómo se consigue la eliminación de los vertidos si al tiempo se quitan los puntos de alivio del sistema? Pues básicamente ampliando la capacidad de los conductos de Ciudad Alta, Ciudad Baja, Guiniguada y Jinámar, así como la construcción de dieciséis nuevos depósitos de tormentas entre los colectores y las estaciones de bombeo de aguas residuales.
Los tanques de tormenta son depósitos subterráneos que recogen el agua de la lluvia, en especial, las primeras precipitaciones, que suelen ser las más contaminantes porque son las que arrastran toda la suciedad que hay en las calles.
«En cada interceptor se propondrá un tanque de tormentas previo a su estación de bombeo correspondiente y el alivio al medio receptor se producirá de forma regulada desde dicho depósito, de forma que no se supere el umbral de número de horas anual de vertido admisible», detalla el documento, «además, dichos vertidos contarán con pretratamiento (de manera general: desengrasado, desarenado y tamizado), para adecuar la calidad de las aguas vertidas a la legislación vigente».
Los tanques de tormenta propuestos son los siguientes: el que acompañará a la nueva estación de bombeo de aguas residuales (EBAR) del Mercado del Puerto, con 7.800 metros cúbicos de capacidad; el asociado a la EBAR del Puerto (350 metros cúbicos); uno adicional en Costa Ayala (1.125 metros cúbicos); el del campo de golf (5.400); uno lineal en el Barranco de La Ballena, con siete vasos en línea a lo largo de 300 metros y una capacidad de retención de 7.500 metros cúbicos; el del Parque Romano (600); el de Carvajal (400) en la confluencia con Luis Doreste Silva; el de Mata Baja (600) en la unión entre Venegas y Bravo Murillo; el de la EBAR del Teatro (1.660); el de los Jardines de Rubió (1.100); el de Mata Alta (4.000) entre Paseo de Chil y Bravo Murillo; el del Pambaso (400); el de la EBAR de Hoya de La Plata (400); el de Lady Harimaguada (1.850), en la calle Alicante; el de la EBAR de San José (150); y el de Jinámar (1.620), en la carretera de Marzagán con la GC-100, junto al cauce del barranco de Las Goteras.
Otra de las actuaciones importantes para alcanzar el objetivo del vertido cero es el desvío del colector del barranco de La Ballena hacia Tamaraceite, de forma que se evite la escorrentía que se escupe al mar a través de La Cícer.
Para realizar ese trasvase, se plantea la creación de una nueva línea que comprende «un tramo en galería, otro tramo de vertedero a cielo abierto hasta un depósito de regulación, y por último una canalización rectangular hasta el punto de vertido. Esta nueva línea interceptará los colectores pluvial y residual a la altura de la rotonda de Plaza América, en la intersección de las carreteras GC-2 y GC-23».
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