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«Me voy a poner los guantes para comprar por mis cojones»

«Me voy a poner los guantes para comprar por mis cojones»

Los controles y la excepcionalidad de la situación que se vive pueden provocar tensiones n los supermercados. Desde que comenzó la alarma por el coronavirus, se producen una media de veintiocho incidentes por tienda al mes, especialmente en la zona Puerto de la capital grancanaria.

Lunes, 13 de abril 2020, 09:04

La situación de tensión que está viviendo la población con motivo de la crisis del coronavirus está produciendo pequeñas deflagraciones. Una de las últimas ocurrió el pasado fin de semana en un supermercado de Vecindario. Allí, un individuo no quiso hacer la cola para entrar al establecimiento comercial ni seguir el protocolo de higiene que tiene establecido la cadena de alimentación y que obliga a desinfectarse las manos antes de entrar a comprar. «Por mis cojones me voy a poner los guantes», le espetó el individuo al vigilante de seguridad que regulaba el acceso al supermercado, «y nadie me va a decir a mí cuándo tengo que entrar en la tienda».

Así las cosas, el hombre pasó y empezó a comprar. En ese momento, el guardia de seguridad informó a las autoridades policiales de lo sucedido y se presentaron en el lugar cinco agentes de la Policía Local de Santa Lucía y dos guardias civiles que le pidieron que les acompañara fuera para proceder a su identificación. Más calmado, el hombre abandonó el supermercado sin oponer ningún tipo de resistencia.

Ya fuera, la Policía Local instruyó la denuncia correspondiente -se comunica a la Delegación del Gobierno para que imponga la sanción- por incumplimiento de las medidas de seguridad contempladas en el real decreto que regula el estado de alarma como consecuencia de la expansión de la pandemia por nuestro país.

Quien cuenta esta anécdota es Álvaro Machín, abogado de Grupo Alto, una empresa que tiene en marcha un proyecto piloto que se basa en tres líneas de trabajo (sistemas de innovación, persecución penal y comunicación disuasiva) para mejorar la seguridad de los establecimientos comerciales. En el caso de Gran Canaria esta compañía proporciona asesoramiento a varias cadenas de supermercados y de electrónica.

Diferentes tipos punitivos

«Tenemos una media de veintiocho incidentes por tienda al mes, siendo las más castigadas las ubicadas en la zona Puerto de Las Palmas de Gran Canaria», expuso Machín, «las modalidades delictivas más frecuentes en estos establecimientos son, por este orden, los hurtos, las estafas, los robos con violencia o fuerza, daños, amenazas y lesiones».

En su opinión, los hurtos representan en estos momentos el 85% de los incidentes registrados en los supermercados. Y lo que está subiendo mucho estos días es la desobediencia de las normas impuestas por el estado de alarma.

En todo caso, Álvaro Machín aclara que el número de robos se ha reducido debido a los controles de acceso que se han impuesto y la presencia de agentes de seguridad en las puertas.

«Sin embargo, a pesar de las medidas de seguridad (refuerzo de los vigilantes, designación de un responsable de seguridad por tienda y control del aforo) se siguen produciendo delitos llevados a cabo principalmente por hurtadores profesionales, que se aprovechan de los descuidos de los trabajadores derivados de la alta actividad», aseguró el abogado de Grupo Alto.

La intención con todas las medidas de seguridad que se están imponiendo en los supermercados de Canarias no es otra que la de «evitar el pillaje, como ya ha sucedido en el sur de Italia, donde se han llegado a producir saqueos».

El abogado Álvaro Machín explica que las multas podrían llegar hasta los setecientos u ochocientos euros de multa, o incluso a penas de prisión en función de las circunstancias de cada caso. Recuerda que el decreto del estado de alarma establece un régimen sancionador para quien incumpla o se resista «a las órdenes de las autoridades competentes», de acuerdo con la ley de Seguridad Ciudadana, la de Salud Pública, el sistema nacional de protección o el código penal.

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