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Los 600.000 euros anuales que el Ayuntamiento recibirá como renta por parte de Barceló a cambio de la explotación del hotel Santa Catalina, se destinarán básicamente a mejorar su entorno: el parque Doramas, el Pueblo Canario y, en especial, el Museo Néstor podrán ser renovados, en parte, por el dinero que llegará del alquiler del hotel.
Así lo aseguró el concejal de Turismo, Pedro Quevedo, quien informó de la adjudicación definitiva del concurso de explotación del hotel a Barceló. La empresa mallorquina explotará el establecimiento hotelero por los próximos 35 años gracias a un compromiso de inversión de 24,5 millones de euros en la renovación del inmueble y sus servicios, más el abono anual a la ciudad de 600.000 euros.
Una parte de este dinero también se usará para montar «una mínima estructura» administrativa en el seno de la sociedad municipal, una especie de gerencia que podría ejercer labores de dirección facultativa de las obras a las que se someterá el hotel con el fin de mejorar el servicio actual, pero también con el compromiso de exigir el máximo respeto a la esencia y los valores arquitectónicos de Miguel Martín-Fernández de la Torre.
El Ayuntamiento confía en que en abril puedan comenzar las obras, que obligarán a cerrar el hotel por un periodo que podría limitarse a nueve meses. La sociedad Hotel Santa Catalina llegó a un acuerdo con el actual concesionario, el grupo de Manuel Padrón, para mantener todas las actividades que se van a celebrar en el hotel hasta marzo.
En todo caso, se articulará un periodo de transición entre los dos concesionarios para que el relevo se produzca sin problemas. Un proceso que estará supervisado por el propio Ayuntamiento.
Básicamente, la oferta de Barceló propone una renovación de habitaciones; la demolición de los añadidos que no fueron contemplados en el proyecto original, como ocurre con el casino; la apertura trasera del inmueble al parque Doramas; y la creación de accesos interiores a la piscina que eviten «que los turistas vayan en albornoz en medio de los taxis».
Una de las posibilidades que más valora el Ayuntamiento es restringir el tráfico en lo que hoy es la calle de acceso al hotel. “No solo por esto, sino también por el Pueblo Canario», explicó Quevedo, «ese espacio no puede convivir con la presión actual de vehículos, la idea es pacificar».
El concejal de Turismo también apuntó que la nueva adjudicataria de la gestión del hotel podría hacerse cargo del mantenimiento y cuidado de los jardines, siempre dependiendo de cómo queden los accesos.
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