La Audiencia Provincial de Las Palmas condenó a 12 años de prisión a José Jesús Calderín A., alias el Negro, y a su hijo Kilian José Calderín H., de por la comisión de dos delitos de asesinato en grado de tentativa y tenencia ilícita de armas y deberán indemnizar a las víctimas con un montante total de 287.070 euros, todo ello tras haber disparado con escopetas de caza a dos personas en Jinámar.
Esta condena se alcanzó ayer de conformidad tras el acuerdo al que llegaron los abogados de los acusados, Pedro Sánchez y María Gil, con el fiscal Miguel Portell y el letrado de la acusación particular, José Luis Benítez.
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Los hechos, reconocidos este miércoles por los acusados, ocurrieron el viernes 15 de abril de 2022 y se produjeron, como punto de partida, por un supuesto ajuste de cuentas. En este contexto, padre e hijo se desplazaron en coche hasta la calle Lomo Las Brujas, donde dispararon con una escopeta de caza a los dos perjudicados causándoles lesiones graves. A uno de ellos le disparó en la espalda y la pierna y, tras ello, José el Negro se aproximó al herido y le dijo «jódete, hijo de puta», para luego golpearle con la culata en el codo cuando intentaba protegerse la cabeza. Instantes después, Kilian José disparó contra Kike el Peluquero, impactándole en las manos cuando intentaba protegerse.
Tras cometer el tiroteo, Kilian José Calderín se dio a la fuga hasta que se entregó en la comisaría de la Policía Nacional de Telde el miércoles 20 de abril, mientras que José el Negro lo hizo 24 horas más tarde. «No tengo nada que esconder», afirmó el ahora condenado cuando entró en sede policial.
Este juicio fue aplazado en marzo de 2025 debido a la solicitud del hijo de José el Negro de cambiar de abogado. Kilian José C. H. justificó su decisión manifestando desacuerdos sobre la estrategia planteada por su letrado, Rafael Jiménez de Oliva y alegó no estar de acuerdo con el pacto alcanzado con el fiscal que rebajaba la pena de 25 a 12 años de cárcel. El magistrado Pedro Herrera señaló en esa vista oral que la acción «no hace más que prolongar» el procedimiento y perjudicar a los testigos citados, pero accedió a la suspensión.
Ambos acusados, durante la fase de instrucción, pidieron además su puesta en libertad provisional estando como presos preventivos con la intención de «estar con la familia y mantenerla». Sin embargo, tanto la Fiscalía como la acusación particular se opusieron, argumentando la gravedad de los delitos imputados y el riesgo de fuga. La autoridad judicial desestimó el planteamiento de las defensas.
Con respecto a las víctimas, la primera -con heridas en la espalda y la pierna-, deberá ser indemnizada con 11.470 euros por las lesiones causadas y 255.000 euros por las secuelas de las mismas. El segundo, Enrique José Rodríguez, conocido como Kike el Peluquero, resultó herido al recibir un disparo en la mano cuando intentaba intervenir y recibirá sendas cantidades de 3.600 y 17.000 euros por los mismos motivos.
Hay que recordar que cuatro días después del tiroteo, Kike el Peluquero sufrió un brote psicótico y asesinó a su abuela María Gertrudis, de 86 años, en el domicilio donde ambos vivían en Jinámar y fue condenado a 23 años y medio de internamiento en un centro penitenciario psiquiátrico, tras aplicarle la autoridad judicial una eximente completa de enajenación mental.
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