La fiscal pide a Yaiza R.F. 27 años de cárcel por asestar 62 puñaladas a Rosa María

Según la acusación pública, Yaiza R.F. primero robó a la víctima y luego la atacó asestándole hasta 62 puñaladas en su cuerpo y dentro de la vivienda de la propia fallecida.

El escrito de acusación describe que la acusada, con antecedentes penales cancelados en el momento de los hechos, vivió durante muchos años en el mismo edificio que Rosa María en la calle Manuel de Falla, del barrio de La Paterna. La relación entre ambas «era fluida» y la acusada acudía habitualmente a la casa de Rosa María «quien la ayudaba dándole alimentos para ella y sus hijos menores».

En junio de 2019, la víctima denunció la sustracción de dos electrodomésticos y la investigación que llevó a cabo la policía determinó que «había sido la acusada quien los había vendido a un Cash Converters» situado en el CCLa Ballena. Por este motivo, Yaiza R.F. fue condenada en sentencia de fecha 15 de noviembre de 2019 por delito leve de hurto.

Desde este episodio, Rosa María no permitía a la acusada «acceder a su domicilio y evitaba tener trato» con ella. Pese a ello, Yaiza le seguía «tocando» en casa de esta vecina «o enviando a sus hijos menores con el fin de lograr que le diera dinero o alimentos».

La fiscal describe en su escrito de acusación que, sobre las 21.20 horas del 2 de noviembre de 2021, la acusada actuó sabiendo que Rosa María «se encontraría sola en su domicilio», pues había enviudado unas semanas antes.

Yaiza R.F. tocó en la puerta de la vivienda de la víctima que le abrió «probablemente pensando que quien tocaba era otra vecina que la había visitado minutos antes, como hacía cada noche desde el fallecimiento« de su marido.

Al abrir, Yaiza «entró en la vivienda con rapidez hasta llegar al salón» e hizo uso «de un cuchillo que, bien traía con ella, bien encontró en el domicilio». Atacó a Rosa María «de forma salvaje, propinándole múltiples cuchilladas en diversas partes de su cuerpo», dejando a la víctima «malherida y sangrando abundantemente». Según el Ministerio Público, la encausada actuó «de tal manera con la intención de tener acceso libre a la vivienda y lucrarse de forma ilícita», como así hizo.

Se dirigió al dormitorio principal de la vivienda y buscó «cuanto de valor encontrase», describe esta parte. Se apoderó de varios anillos, una cadena y una pulsera, todos ellos de oro. Mientras robaba, Yaiza se percató de que Rosa María «se había puesto de pie» y por ese motivo fue a la cocina, cogió un segundo cuchillo y «le propinó más puñaladas, una de ellas mediante un corte profundo en el cuello».

La propietaria de la vivienda cayó al suelo y «con la única voluntad de aumentar el sufrimiento de la víctima y de manera innecesaria para causar su muerte», la agresora «le produjo profundos y extensos cortes en la cara cuando todavía estaba con vida». A continuación, Yaiza cogió una bolsa de basura y metió en su interior los objetos que ya había sustraído, además de una videocámara, un teléfono móvil y distintas piezas de ropa y calzado masculino que había apartado la víctima para donar.

La autopsia determinó que Rosa María recibió un total de 62 lesiones derivadas del uso de arma blanca, la gran mayoría en cara y cuello, que le produjeron la muerte por insuficiencia respiratoria derivada de la sección parcial de la laringe y las lesiones del pulmón derecho así como del sangrado masivo.

El juicio se celebrará desde el lunes ante un Tribunal del Jurado de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Las Palmas.

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«Llamen a la policía que no saben lo que se van a encontrar ahí dentro»

Después de haber cometido el crimen, Yaiza R.F. trató de salir de la vivienda y se encontró con que la puerta de entrada estaba atascada, con lo que intentó abrirla empleando la fuerza y desmontando el pomo de la misma. Esto alertó a los vecinos de planta, que escucharon los ruidos que hacía. Por eso, salieron al descansillo pensando que era Rosa María quien trataba de salir de su casa.

Comoquiera que no recibían contestación desde el interior de la vivienda, una de las vecinas llamó al teléfono fijo de la vivienda de la víctima pero cogió la llamada la acusada. Dijo al vecino que era la sobrina de y que la víctima «se encontraba en la ducha».

Cuando un vecino logró desde fuera abrir la puerta con un escoplo, la acusada «salió corriendo de la vivienda llevándose consigo la bolsa» que contenía los objetos sustraídos mientras le gritaba a los vecinos «llamen a la policía que no saben lo que se van a encontrar ahí dentro».

La acusada era, a la fecha de los hechos, «toxicómana dependiente de drogas de abuso desde la adolescencia», describe la fiscal. En base a tal dependencia, su capacidad volitiva estaba levemente disminuida para aquellos hechos encaminados a obtener sustancias estupefacientes, añade en su escrito.

Yaiza R.F. fue detenida tras presentarse el día 3 de noviembre a las 15.40 horas en la Jefatura Superior de Policía de Canarias y está en situación de prisión provisional por esta causa desde el 5 de noviembre de 2021.