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Imagen de espaldas de la presunta víctima por estafa espiritista en Vecindario. Cober

Estafa de las santeras en Gran Canaria: «Me pidieron que les pagara una villa en el sur y un billete a Estados Unidos»

La víctima denuncia haber sufrido amenazas, coacciones y acoso por las dos presuntas autoras de un fraude de más de 60.000 euros | Los hechos ocurrieron en Vecindario a finales de julio

Aday Martín Santana

Las Palmas de Gran Canaria

Miércoles, 15 de octubre 2025, 15:27

«Me extorsionaron pidiéndome dinero. Cuando no podía darles más me acosaban con llamadas a cualquier hora del día e incluso me perseguían hasta la puerta de mi casa». Esta declaración, entre lágrimas y con la voz entrecortada, es de Rocío –nombre ficticio para preservar su identidad–, la mujer que denunció a principios de agosto a dos personas que presuntamente le estafaron más de 30.000 euros y le robaron joyas valoradas en la misma cantidad en Vecindario, en el municipio de Santa Lucía de Tirajana, en Gran Canaria.

Todo comenzó a finales de julio cuando esta mujer se puso en contacto con las santeras por un tema de salud familiar. «Me ofrecieron su ayuda y ahí empezó la odisea. Casi pierdo mi vida entera», afirma la denunciante junto a su abogada Sara Grondona, del despacho Vokse Abogados. «Por suerte solo fui dos veces con ellas. Pero luego se convirtió en llamadas, en sacarme dinero, en acosarme, extorsionarme, amenazarme...», cuenta Rocío.

Esta presunta trama criminal dedicada supuestamente a la estafa, apropiación indebida, coacciones y lesiones, operando bajo la fachada de servicios de espiritismo y santería, tenía un claro modus operandi: se aprovechaban de la extrema vulnerabilidad de sus víctimas.

Según asevera Rocío, ellas lo que hacían eran «echar caracoles». Esto es una práctica de adivinación, también conocida como lectura de caracoles, que sirve para consultar el destino. Los caracoles representan a los hombres y las conchas más pequeñas a las mujeres. «También me hicieron cortes en la espalda, fumar un puro, poner las manos en un gallo muerto lleno todo de sangre, tirarte al suelo, darte patadas...», señala.

«También me pidieron que les alquilara para ellas una villa en el sur de la isla y que les comprara dos billetes de avión para irse a Estados Unidos», recuerda.

Sara Grondona, abogada de la presunta afectada en su despacho. Cober

«Me solicitaron joyas de gran valor familiar con la excusa de realizar un ritual de sacrificio», detalla. El valor de los objetos fue tasado por la Guardia Civil del Puesto Principal de Vecindario en unos 30.000 euros. Las presuntas estafadoras las exhibían en vídeos en directo en redes sociales.

También, según recoge el comunicado de prensa de los agentes, le amenazaron afirmando que a su marido le quedaban «tres días de vida» y que otros familiares también sufrirían enfermedades y muertes de forma inminente. Bajo la presión de estas amenazas, ella les entregó más de 5.500 euros en efectivo.

Sin embargo, Rocío nunca se esperaba que esto fuese a acabar así. «El primer día con ellas fue bien, a medida que pasaron los días todo fue a peor. Me ha creado un trauma muy grande. Fui a ellas buscando que me resolvieran un problema y ahora me han causado muchos más», afirma. Las personas, que ya han sido localizadas e identificadas, eran «agresivas tanto de forma psicológica como física», relata la víctima.

Rocío quiere que más personas den el paso de denunciar: «Sabemos que hay más afectados». Su abogada, del despacho jurídico Vokse Abogados, apostilla que «son situaciones que denunciar les puede dar mucha vergüenza. Por eso ella hace esto como apoyo a esas otras víctimas para que alcen la voz». El simple hecho de recordar las caras de las presuntas estafadoras le provoca lágrimas y malestar. «Da miedo, da mucho temor y sentimiento. Recuerdo sus caras y no puedo evitar no llorar y ponerme mal», se sincera entre lágrimas.

«Fueron muchos días de llamadas y de mensajes de texto de whatsapp... Tenía el sonido del teléfono en la cabeza. Llegó un momento que el móvil no lo podía ni ver», comenta la presunta víctima. Es más, Rocío tuvo que ir a urgencias un día porque no conseguía conciliar el sueño: «No dormía nada. Estuve seis días sin pegar ojo. Tuve que ir al médico porque no podía descansar por las noches».

La investigación ya está en manos del juzgado de San Bartolomé de Tirajana, que recibieron el atestado de la Guardia Civil. «Ahora toca iniciar el procedimiento judicial, va a ser duro, pero hay que tener paciencia», apostilla la letrada.

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