El dragón azul llega a Las Canteras

Manuel suele llevar siempre consigo un recipiente con golosinas. Lo vació y lo introdujo en él. «Sabía que no lo podía coger con las manos desnudas porque es un animal muy peligroso», prosigue.

Por eso, enseguida advirtió a Cruz Roja de la presencia del gasterópodo, alerta que hizo extensiva a lo surferos que se encontraban el la zona.

El ejemplar que conserva en un vaso con agua de mar mide unos 22 milímetros. El Glaucus atlanticus es peligroso porque absorbe el veneno de las aguavivas de las que se alimenta.

Manuel Moreno advierte del riesgo de que alguien lo toque o se lo pueda tragar por error si está flotando en el agua. Él mismo tiene todavía una gran cicatriz de un contacto con unos rejos de aguavivas en Anfi. «El problema es que es muy pequeño», detalla, «y encima se recoge y forma como una pequeña bola».

Este amante de la naturaleza lanza también un mensaje de concienciación para que se abandone la práctica del marisqueo recreativo en Las Canteras, el que protagonizan los padres con sus niños, por el impacto que tiene para el ecosistema.