El Ayuntamiento capitalino tala el árbol bonito de San Juan y deja el tocón para ver si rebrota y se recupera
«Si no renace, al menos que quede como un reconocimiento de lo que representó este árbol en la zona», indicó la edila Inmaculada Medina
Los especialistas de Zonas Verdes del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria van a intentar que la tala del árbol bonito de San Juan no sea completa. Tras el desplome de una de las tres grandes ramas de esta centenaria higuera australiana (Ficus macrophylla) sobre la antigua carretera del Centro, el área de Parques y Jardines va a dejar un tocón con el objeto de que renazca y no se pierda esta parte del patrimonio histórico y natural de la ciudad.
«Lo que sí hemos hablado desde el Ayuntamiento y desde el Cabildo de Gran Canaria es que, en la medida que podamos, talar todo lo que sea necesario, pero mantener al menos un poco de estructura para ver si el árbol vuelve a rebrotar», expuso la concejala de Servicios Públicos, Inmaculada Medina a preguntas del edil del Partido Popular (PP) Ignacio Guerra.
«Si no renace, al menos que quede como un reconocimiento de lo que representó el árbol bonito en la zona, siempre y cuando la oquedad que sufre el árbol se pueda mantener porque lo primero que tiene que primar es la seguridad de los ciudadanos», insistió la edila socialista.
Con esta intervención, Medina aclara la intención del Ayuntamiento respecto a la posibilidad de que quede una parte de la higuera australiana como símbolo de lo que representa para ciudad y, de modo especial, para la zona, donde el colegio que está pegado al ejemplar, el San Juan Bosco, añadió a su nombre el de Árbol Bonito.
Este árbol, que durante años fue confundido con un laurel de indias, es uno de los dos ejemplares que se plantaron juntos en esta zona hace más de un siglo, según los datos que obran en poder del Cabildo de Gran Canaria.
El primero de ellos se desplomó en 1952, mientras que el que quedaba lo hizo, al menos en parte, el pasado viernes. Desde hace más de una semana los inspectores de Parques y Jardines vienen recalcando la necesidad de talar el árbol ante las oquedades que tenía en su interior, productos del envejecimiento, de los daños sufridos por las colisiones de vehículos a lo largo de las últimas décadas y por el tratamiento que hace cuarenta años se le dio al árbol, rellenando parte de sus aberturas con cemento.
La filosofía es no talar
«Se intenta, por todos los medios, no talar ningún árbol», añadió Medina, «el tratamiento de los años 80 ha sido parte del problema, así como la vejez porque los seres vivos mueren».
La edila respondió también a las críticas hechas por el concejal del PP sobre la falta de un inventario específico sobre el arbolado urbano. Guerra puso sobre la mesa la posibilidad de que la tala no fuera total tras hablar con técnicos del Cabildo. «Ellos aconsejaron que el árbol fuera talado a media altura para que pueda rebrotar», refirió.
En ese punto del debate, Inmaculada Medina anunció la tala parcial de la higuera australiana. Y aseguró que toda la masa arbórea está inventariada «porque si no, sería imposible atenderla. Tanto es así que de este árbol bonito de San Juan, desde 1989 o 1990, se venía haciendo el tratamiento para intentar cuidarlo al máximo posible».
Falta de controles, según el PP
En redes sociales, el viceportavoz del PP, Ángel Sabroso, explicaba que el desplome del árbol pone de manifiesto que «no hay absolutamente nadie en Las Palmas de Gran Canaria que haga ningún tipo de control sobre las especies arbóreas». Para él, la estrategia de reverdecimiento de la ciudad «está en pañales».
«Nos duele a muchos, pero ¿cuántos más están en mal estado y que no se tiene control sobre ellos?», expuso.