Los residentes exigieron respuesta a sus demandas con el apoyo de asociaciones de otros barrios. /
Los residentes exigieron respuesta a sus demandas con el apoyo de asociaciones de otros barrios. /
« No tenemos aceras y las pocas que hay las ha hecho la gente», pone como ejemplo de las carencias que presenta Almatriche Bajo, Fernando Miguel Mico, portavoz de la plataforma vecinal que convocó en la tarde de ayer una concentración en la carretera general del barrio capitalino para denunciar públicamente una situación que asegura que se alarga en el tiempo.
«El barrio lleva 40 años abandonado por completo», afirma al señalar que pese a su cercanía a una zona como Siete Palmas, en lo que a dotaciones y servicios se refiere, los vecinos se sienten como si vivieran en el pueblo más alejado de la isla por la falta de atención del Ayuntamiento. «Estamos a cinco minutos de El Corte Inglés, pero estamos peor que si estuviéramos en La Aldea», indica.
Añade que la decisión de convocar a los residentes en esta parte del municipio capitalino a ocupar los márgenes de la carretera general con pancartas reivindicativas en la tarde de ayer, es fruto de la falta de respuesta de la autoridades locales a las necesidades de una zona que creció a las afueras de una ciudad que ha acabado por engullirla sin que haya recibido nada a cambio. «La ciudad se ha tragado al barrio, pero el barrio no ha avanzado», relata.
Reconoce que no es fácil animar a la gente a salir a calle a reivindicar sus derechos en las actuales circunstancias debido a la pandemia generada por el coronavirus. Pero comenta que se han visto abocados a ello. «Esto de salir a la calle es porque ya no sabemos qué hacer. Es la última carta que se juega», confiesa.
Y es que señala que la ausencia de aceras, que obliga a los vecinos mayores, personas con problemas de movilidad y a niños a transitar por vías por las que pasa el tráfico rodado con el peligro que eso supone, no es la única necesidad en cuanto a infraestructuras que presenta Almatriche Bajo.
Así, apunta que no cuentan con alcantarillado, que « las paradas de guagua dan vergüenza» y ni siquiera tienen marquesinas en las que puedan resguardarse los usuarios del servicio de transporte público. Asimismo, señala que el barrio no tiene un paso de peatones con un semáforo que aporte seguridad a los vecinos a la hora de moverse por la zona.
El portavoz de la plataforma ciudadana asegura que los residentes en esta parte de la ciudad se reconocen cansados de que no se dé solución a ninguna de las reivindicaciones que afirma han trasladado al Ayuntamiento, tanto al alcalde capitalino, Augusto Hidalgo, como al concejal de Urbanismo, Javier Doreste.
De hecho, Fernando Miguel Mico expone que en una visita a la calle Juan Hidalgo, la trasera de la carretera general, los vecinos le explicaron al alcalde, entre otros asuntos, el problema que le genera al barrio no poder usar la prolongación a Siete Palmas, lo que les obliga a ir por la carretera general para dirigirse a esta zona de la ciudad tan próxima a ellos, pues permanece cerrada por una valla.
Comenta que entonces el regidor capitalino les explicó que no podía hacer nada, pues el Cabildo es la institución propietaria de la vía, «pero tampoco se ponen de acuerdo para arreglar el tema», se queja.
También indica que el que esa prolongación no esté en uso constituye un problema de seguridad, pues genera situaciones de riesgo ya que muchas personas no respetan la prohibición de paso y transitan por esa zona para dirigirse a Siete Palmas. «La gente se salta la valla y lo que queremos es evitar atropellos», alerta.
La concentración vecinal en la carretera general de Almatriche, como señala uno de sus organizadores, contó con el apoyo de la asociación de vecinos del barrio y también de núcleos cercanos como Siete Palmas y de otras de diferentes barrios de la ciudad.
De igual modo, la cita reivindicativa tuvo el respaldo del grupo municipal de CC-UxGC en el Ayuntamiento capitalino, que asistió a la misma.
Además, recuerda que uno de los objetivos que perseguían al celebrarla era dar voz a «un barrio obrero» que siente que sus problemas no importan a la administración, para que el resto de la ciudad «sepa el estado en el que está Almatriche Bajo».
Asimismo, dice que pretendían expresar el hartazgo que sienten los residentes porque «los políticos vienen en época de elecciones y nos dicen que nos van a poner las aceras y nunca lo hacen».
Insiste en que Almatriche Bajo «tiene muchos problemas sin solución» y ante la inacción de los políticos, los vecinos han tenido que salir a protestar a la calle.
Señala que la concentración, en la que los vecinos se ubicaron en fila a los lados de la vía tanto de subida como de bajada con carteles denunciando sus carencias y elementos como cacerolas para hacer ruido, ha contado con los permisos requeridos.
Al respecto, explica que estuvo presente la Policía y se respetaron todas las medias de seguridad, uso de mascarillas, aforos y distancia social que exigen las autoridades sanitarias.