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La playa de El Burrero atesora una nave corsaria del siglo XVIII

A tan solo unos cuatro metros de profundidad y a escasos ochenta metros de la orilla, la playa de El Burrero atesora, bajo la arena, una embarcación inglesa histórica hundida por la batería del fuerte de Gando hace unos trescientos años. Tras un sondeo subacuático de Patrimonio Histórico del Cabildo se han recuperado pipas, cerámicas, cubertería y sílex.

Gabriel Súarez y Gabriel Suárez / Ingenio

Jueves, 1 de enero 1970

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Tenemos sospechas que estamos ante una corbeta corsaria, de construcción inglesa, que tuvo un encuentro en la ensenada de Gando, donde fue cañoneado, y herido de muerte llegó hasta la playa de El Burrero». Así lo señaló ayer el arqueólogo sevillano especializado en intervenciones subacuáticas, Josué Mata Mora, quien tuvo a su cargo dirigir el sondeo del pecio.

El resultado del trabajo de investigación, llevada a cabo durante los pasados meses de enero y febrero en la costa del municipio de Ingenio, ha permitido determinar que a escasos treinta metros de la orilla, reposa esta embarcación del siglo XVIII.

El consejero de Cultura del Cabildo, Carlos Ruiz, acompañado del alcalde de Ingenio, Juan Díaz, y su concejala de Playas, Chani Ramos, visitaron ayer las dependencias de la sede del Club Náutico de El Burrero en el que están depositados algunos de los restos recuperados de este pecio hundido hace casi tres siglos y descubierto en 1962 por el buceador Tomás Cruz.

En el transcurso de esta quinta campaña que se desarrolla en este pecio, un equipo de tres personas dirigido por el arqueólogo Josué Mata Mora, invirtió un total de 120 horas de inmersión con la finalidad de delimitar sus restos y analizar el estado de conservación del maderamen que se había documentado en la campaña de 2008.

En esta campaña, donde la Consejería de Cultura, Patrimonio Histórico y Museos del Cabildo ha invertido 18.000 euros, se buscaba determinar con precisión mediante el uso combinado de técnicas tradicionales (planimetría subacuática) y levantamiento fotogramétrico (Photoscan) la fecha posible del naufragio, así como la función de la embarcación, posible destino y pabellón del mismo.

La prospección se llevó a cabo a unos 3-4 metros de profundidad, en un fondo de arenas y piedra. Según los expertos, la cercanía de los restos a la costa y la escasa profundidad a la que se hallan han influido notablemente sobre este yacimiento. Erosión, expolio y antropización han sido una constante en la historia de este naufragio.

Se sabe que desde los años 60 se han dado extracciones de 15 cañones de hierro fundido, 13 de los cuales se encuentran en propiedad de la familia Sánchez Araña, en Santa Lucía, y otro en Cartagena, Murcia. Estos cañones permite determinar que era un buque que tenía un uso militar, que era de bandera inglesa y procedía al parecer de Funchal, y que su misión era capturar el barco El Canario.

Mata Mora espera poder continuar con la investigación «porque aún queda definir procedencia, cronología, historia y algún nombre de los tripulantes», afirmó.

El consejero Ruíz y el alcalde Díaz anunciaron que en el lugar se instalara un panel informativo para dar a conocer la historia del barco.

Cubierto por arena

Este es el único barco que está hundido y se conserva parcialmente, esto último debido a que está cubierto de arena. Lo señalaba ayer el arqueólogo Josué Mata Mora, indicando que esas condiciones ha hecho posible que los organismos marinos no devoren el casco. «Se trata de una corbeta, de unos 30 metros de eslora y 15 metros de manga, de la que se conservan apenas unos 7 metros lineales», indicó. Se han recuperado piedras de sílex, que servían de lastre, fragmentos de vasijas de origen alemán e imitadas en Inglaterra, pipas de cerámica y cubertería de abordo.

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