El insecticida de un productor arruina toda la cosecha de aceite de oliva de Agüimes
El análisis en laboratorio detectó residuos de una materia activa retirada en 2020. Se perdieron 1.900 litros de aceite de 18.383 kilos de aceitunas
El insecticida con el que un productor trató a sus olivos ha arruinado la cosecha de aceite de oliva virgen extra de Agüimes correspondiente a la campaña de 2021. Se perdieron así los 1.899 litros que se habían obtenido en la almazara municipal, en la que desde 2001 la empresa pública local Turismo Rural Agüimes SL viene produciendo aceite de oliva virgen extra a partir de las aceitunas que le traen los olivicultores de Agüimes. El Ayuntamiento les hace el servicio a cambio de quedarse con un 20% de la producción que corresponde a cada olivicultor y que luego promueve y vende bajo la marca Caserío de Temisas. En esta campaña la almazara pública recibió 18.383 kilos en 184 entradas distintas entre el 22 de septiembre de 2021 y el 13 de diciembre del mismo año. Todo se perdió. El productor causante del incidente no podrá volver a usar la almazara municipal de Agüimes.
Los resultados de un análisis de laboratorio, al que siempre se envían muestras de la cosecha para determinar su calidad, determinó que «existían residuos superiores a los permitidos por la legislación sectorial de una materia activa conocida como Clorpirifos, un insecticida no autorizado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para el cultivo de olivo y que, además, ha sido retirado del mercado en 2020», según consta textualmente en el informe del técnico agrícola municipal, firmado el pasado 16 de marzo de 2022.
La consecuencia, concluyó el dictamen, es que el aceite de la campaña no es apta para el consumo, tal y como también propuso la Agencia de Extensión de Arinaga tras conocer los resultados de los análisis. Constatado el problema y desechada la producción, el Ayuntamiento procedió a realizar una valoración económica de los daños causados, que ascienden a 31.433 euros y que deberá abonar la aseguradora que cubre este servicio. 24.825 euros es el importe que percibirán los olivicultores, cada uno en función de la entrega de aceitunas con la que participó en la campaña, mientras que los restantes 6.607 euros irán a compensar las pérdidas que esta cosecha malograda han causado a la empresa municipal Turismo Rural.
La indagación iniciada por el Ayuntamiento para detectar cómo se contaminó todo el aceite de oliva producido le permitió incluso dar con el olivicultor que aportó las aceitunas que habían sido tratadas con ese insecticida no permitido. La entrega de cada productor queda registrada e identificada. Además, de cada una se toma una muestra de aceitunas de unos 150 a 200 gramos a modo de testigo, que queda conservada en un congelador para casos como este en que se detecten afecciones en el aceite.
Todo el líquido, que fue elaborado a lo largo de 17 jornadas, se almacena en tres lotes diferentes en tres depósitos de acero inoxidable desde el inicio de la campaña, por lo que cada uno contiene el aceite obtenido de varias semanas. El primer lote contenía el producto elaborado desde el 13 de septiembre al 13 de octubre, el segundo, del 18 al 27 de octubre, y el tercero, del 3 de noviembre al 17 de diciembre.
Dado que todo el aceite estaba contaminado, es decir, los tres lotes, los técnicos revisaron los datos de registro de cada entrada y comprobaron que de los 81 olivicultores que participaron en esta campaña, solo 5 habían entregado aceitunas en los tres periodos de los tres lotes. Tras conocer estos datos, el 17 de febrero de 2022 entregaron al Instituto Tecnológico de Canarias las muestras de aceitunas de estos cinco olivicultores y solicitaron los contra análisis necesarios con los que pudieron averiguar exactamente qué productor usó ese insecticida no permitido.
Las compensaciones que percibirán los olivicultores son muy variadas. Los hay que cobrarán solo 21 euros frente a otros que rondarán los 200, 300, 500 o incluso 900 euros. El que más entregas hizo fue el productor que contaminó la cosecha.