El turismo de pesca no logra arrancar
El patrón mayor de la Cofradía de Arguineguín, Ricardo Ortega, hace responsable del fracaso de esta iniciativa estatal a los numerosos requisitos exigidos. Un grupo de trabajo Estado-Comunidad Autónoma intentará resolver la discrepancias
Gabriel Súarez y Maspalomas
Domingo, 22 de septiembre 2019, 21:30
El turismo de pesca, turismo acuícola y turismo marinero en embarcaciones dedicadas a la pesca artesanal en aguas de Canarias continúa sin encontrar un encaje administrativo y práctico que permita su plena implantación en la isla. «Lo que nos exigen para desarrollar la actividad es muy enrevesado y creo que nadie lo va a llevar adelante, es prácticamente imposible cumplir con las exigencias que nos están poniendo desde Capitanía Marítima», señalaba disgustado el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores del puerto de Arguineguín, Ricardo Ortega, quien tiene pocas esperanzas de que los cambios que se vayan a proponer en la comisión mixta bilateral Estado-Canarias, convocada para estos fines consigan modificar el fondo del asunto.
La comisión bilateral de cooperación Administración General del Estado-Comunidad Autónoma de Canarias acordó en agosto pasado iniciar negociaciones para resolver las discrepancias manifestadas en relación con el apartado tres del artículo único de la Ley de Pesca de Canarias, en lo que respecta a las definiciones de pesca turismo y actividades similares. Sobre este aspecto las cofradías no se han pronunciado oficialmente.
Ricardo Ortega considera que existen no solo discrepancias sino distintas formas de proceder en la aplicación de la misma ley, según el territorio donde se actúe. «Si usted mira fotos de esta actividad de los compañeros de Mallorca, no tiene nada que ver con lo que está en el papel», aseguró.
«La facultad de dejar hacer o limitar la actividad la tiene», asegura, «la Capitanía Marítima». «En Mallorca parece ser que aplica unos criterios que no se dan en Las Palmas; aquí con nosotros son mucho más exigentes en el cumplimiento de los requisitos», apuntó.
Pone como ejemplo que a los barcos en Canarias se les exige que tengan no una sino dos balsas de salvamento, «que si bien el precio no es excesivo, sí su mantenimiento puede resultar costoso todos los años». «Además, nos exigen que los turistas a bordo no pueden estar o compartir espacio con los pescadores que se encuentran faenando, por lo que tenemos que instalar una valla para separar el turismo del pescador, cuestiones que dificultan el desarrollo de la actividad y que no es una cuestión de la ley sino de las condiciones que pone Capitanía Marítima», insiste Ortega.
En la Cofradía de Arguineguín de momento ningún barco de pesca está saliendo con turistas. Previsiblemente cuando se pronuncie el grupo de trabajo propuesto para buscar la solución que proceda, se animen a incursionar en la actividad, pero por ahora nadie lo quiere.