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Las víctimas de los dos trágicos accidentes que sufrió el Servicio Aéreo de Rescate (SAR) del Ejército del Aire en los alrededores de Canarias en 2014 y 2015 ya tienen un rincón en Ingenio, donde se preservará para siempre su memoria. Les recuerda una escultura, 'Del cielo al mar', que fue fruto de la creatividad del artesano y forjador ingeniense Juan Melián, pero que, sobre todo, es hoy una realidad gracias al empeño y a la lucha personal de una ciudadana, vecina de este municipio, María del Pino Artiles Vera.
Sin vínculos familiares ni de trabajo con ninguno de los fallecidos, esta joven, que de pequeña quiso ser militar, se embarcó en la aventura de organizarles un tributo y pensó que nada mejor que una escultura. El Ayuntamiento cedió el espacio donde está ubicada la pieza, en el Parque de la Aviación, en Las Majoreras, y el pedestal de hormigón sobre el que se asienta la escultura. La financiación corrió por cuenta de ella y de familiares y compañeros de las víctimas en la Base Aérea. Melián colaboró y rebajó el coste. De 3.000 euros se quedó en 1.000. «Este homenaje no es nada comparado con el que se merecen», y se refirió a los fallecidos como «siete ángeles que antes velaban por todos surcando el cielo y ahora siguen cuidándonos desde el mar».
La alcaldesa de Ingenio, Ana Hernández, presidió este viernes el acto de inauguración de 'Del cielo al mar', que contó con la presencia también de familiares de las víctimas, compañeros de Gando, el coronel jefe de la base aérea del Ala 46 y comandante militar aéreo del aeropuerto de Gran Canaria, Javier Caballero Calzada, ediles del Gobierno y el jefe de la Policía Local, Justo Santana.
Según su autor, la escultura, de acero corten, representa la cola de un helicóptero del SAR en uno de cuyos lados grabó escamas, mientras que las aspas del rotor son tres delfines que los mueve el viento. «Sus tripulantes eran pájaros para mí, y ahora son peces que están en el mundo acuático».
Francisco Ojeda, padre de una de las víctimas, de Jhonander, agradeció este tributo, lamentó que en Telde, de donde era, no se le haya hecho nada, e insistió en que los accidentes se debieron a que «volaban en chatarra».
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