«El Cabildo ha usado en esta crisis todos los recursos disponibles»

En el ecuador del mandato, el dirigente grancanario hace balance y confía en la contención de la pandemia, pese a asumir la incertidumbre.

–Al conocerse esta semana la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Canarias rechazando el toque de queda, usted fue contundente en la crítica a la resolución judicial. Este viernes se ha sabido que en otras autonomías, como Cataluña, su Tribunal Superior sí acepta esta medida. ¿Qué valoración hace?

–No puedo sino reafirmarme en lo que he manifestado en los últimos días en los medios de comunicación. No pueden estar sometidas la seguridad sanitaria y la salud de la ciudadanía a interpretaciones subjetivas por parte de la Justicia, ni a elucubraciones judiciales, como plantea la ministra Margarita Robles. No puede ser que no se escuche a los especialistas y expertos sanitarios que reclaman la necesidad de más restricciones y que lo avalan con criterios técnicos.

–En el debate del estado de la isla esta semana, en su intervención inicial mencionó la existencia de expectativas de recuperación económica pero estamos en pleno repunte de contagios. ¿Tenemos que asumir ya que este será otro año perdido desde el punto de vista económico?

–No sé si será todo el año perdido. Me resisto a pensar que va a ser así. Sí creo que el verano, sobre todo para el turismo extranjero, estará perdido, sobre todo viendo cómo se están cerrando mercados importantes ante la evolución de la pandemia en nuestro país. Otra cosa es la temporada de invierno. Si conseguimos poner en marcha las medidas de contención y controlar la pandemia, creo que no debemos renunciar a que la temporada de invierno pueda hacerse realidad. Por otra parte, no depende solo de nosotros:hasta que no consigamos que en Europa esté vacunado un porcentaje cercano al 70% o el 80% de la población, vamos a estar en una eterna incertidumbre.

–Hablamos mucho de los mercados emisores y cómo nos valoran, pero un año y medio después de la pandemia, Europa tampoco fija criterios homogéneos sobre el tránsito de personas y las limitaciones. ¿Hay mucho que echar en cara a la UE sobre cómo ha gestionado esta crisis?

–Creo que la UE en general ha actuado bien ante esta situación. Siempre hay alguna cosa reprochable... pero fue positivo asumir la compra de vacunas, aunque después hubo errores en la gestión. Pero fue un acierto que no repitiera las políticas que aplicó ante la crisis económica de 2008. Entiendo que sí ha fallado a la hora de forzar decisiones homogéneas en el territorio europeo, pero también es verdad que el Reino Unido ya va por libre.

–Desde las instituciones se ha reconocido con elogios el comportamiento ciudadano. Viendo los últimos datos, ¿no es hora de ser más críticos, y no solo con los jóvenes, por lo que vemos en estas últimas semanas?

–Hay una gran mayoría de personas que han actuado consecuentemente, han procurado protegerse y proteger a los demás. Los repuntes tienen que ver muchas veces con que una parte de la ciudadanía se ha relajado y ha hecho dejación de sus obligaciones... eso es así, desgraciadamente. Y una parte no tan minoritaria ha ido propiciando que demos pasos atrás en este año y medio de pandemia.

–¿Hubo demasiadas prisas por parte del Gobierno central a la hora de anunciar el fin de la obligatoriedad de la mascarilla en el exterior o el retorno del público a los estadios deportivos?

–Creo que el Gobierno ha hecho en ocasiones dejación de su responsabilidad. Lo primero fue al renunciar a un nuevo estado de alarma, y en esto hay una parte importante de responsabilidad también de la oposición. El segundo fue transmitir que ya podíamos liberarnos de la mascarilla, lo que ha creado una falsa sensación de seguridad.

–Teniendo en cuenta los recursos de que dispone el Cabildo, sobre todo en comparación con los ayuntamientos, ¿no podía haber hecho bastante más para aliviar el impacto económico y social de esta crisis?

–Siempre se puede hacer más, en todo. Pero tengo que decir que fuimos la primera administración de la Comunidad Autónoma en poner en marcha un paquete de medidas para afrontar la situación de crisis. Y lo hicimos a la semana del confinamiento. Hemos creado un paquete de ayudas directas de casi 200 millones de euros;estamos, como todas las administraciones, limitados en recursos. ¿Hemos podido hacer más? Creo que no. Y creo que hemos hecho mucho. Con esos 200 millones hemos llegado a todos los sectores, hemos ayudado a mantener la actividad del sector primario, hemos ayudado a las familias, hemos llegado a las ONG que atendían a las personas con menos recursos, hemos dado las primeras ayudas directas a las pymes, con casi 20 millones de euros... El Cabildo ha usado en esta crisis la práctica totalidad de los recursos disponibles. Y, al tiempo, no hemos dejado de seguir avanzando en ese modelo de ecoísla, de desarrollo sostenible, ecosocial, en el que creo firmemente.

–¿Sigue echando en falta por parte del Gobierno central, vía modificaciones normativas y legislativas, eliminar burocracia?

–Eso es absolutamente imprescindible. No vamos a salir de esta situación de crisis, no vamos a poder hacer frente a la gestión de los recursos derivados de los fondos Next Generation, si no se producen esos cambios. Los recortes en las administraciones en recursos humanos se unen a una ley de contratación que no facilita que llevemos a cabo las inversiones, que son imprescindibles para reactivar la economía.

–Respecto al Gobierno canario, ¿alguna petición?

–Lo que le pedimos es mucha transparencia en la gestión de los recursos y que se haga un reparto de los fondos de manera equilibrado y atendiendo a las necesidades reales de las islas. Yque eso permita avanzar hacia un modelo que no nos hagan tan dependientes de un solo sector.

–¿Esperaba algo más de colaboración o de sintonía por parte de la oposición en el Cabildo?

–No toda la oposición ha reaccionado igual. Desde la legitimidad que tiene la oposición para plantear todo aquello que considera que el gobierno no hace bien, creo que ha habido colaboración. Salvo, y tengo que decirlo, el Partido Popular, que sigue las directrices del PP en el Estado, con una propuesta de oposición basada en la crispación y el enfrentamiento.

–Hablemos del Salto de Chira. ¿Confía en un informe de impacto ambiental positivo?

–Confío en que sí. Se ha hecho un esfuerzo enorme por parte de Red Eléctrica y del Cabildo para que las afecciones medioambientales sean las menos posibles.

–¿Le quita el sueño un parón por parte de las instancias europeas?

–No, no me quita el sueño. Algunas personas, que son un grupo minoritario, han intentado frenar el proyecto acudiendo a la Reserva de la Biosfera, en la Unesco, y la Unesco ha rechazado su pretensión;han intentado cargarse la condición de destino Starlight, y se lo han desechado también;han acudido ahora a Europa por una pretendida defensa del espacio natural, pero que no es más que una excusa para hacer daño al proyecto;han acudido a los tribunales por la vía de lo penal... están agotando todas las posibilidades, actuando, a mi manera de ver, de manera muy irresponsable, porque podían haber hecho mucho daño a la isla. Es un proyecto que tiene el visto bueno del Gobierno de España, del Gobierno de Canarias, del Cabildo, de los ayuntamientos, de los partidos políticos, de los agentes económicos y sociales, que cumple con las leyes de este país y con las europeas... por eso no me cabe duda que saldrá adelante.

–También se ha puesto sobre la mesa el proyecto de un parque nacional. Anteriormente se alertaba de las limitaciones de un parque para el desarrollo y la economía de una isla. ¿Por qué ahora sí?

–Hay mucho desconocimiento sobre los efectos de un parque nacional y se ha creado un sentimiento colectivo casi de miedo. Y no es así:un parque no limita los usos tradicionales en esos espacios. Además, se incentiva que sean visitados, que se puedan recorrer, que se puedan mantener las actividades de esas zonas. Nosotros entendemos que es muy importante para la imagen de la isla, pero también para la protección de la biodiversidad, con un cardonal-tabaibal único en el mundo. Además, un parque nacional hace que podamos recurrir a la captación de fondos adicionales, con lo que se generan más recursos. Es por tanto un atractivo para la isla y para un turismo amante de la naturaleza, de la biodiversidad..

–O sea, que no se plantea como un parque vedado al turismo.

–Efectivamente, pero no para el turismo convencional, sino ese turismo que busca la naturaleza, un turismo especializado. La propuesta de parque debe alejarse de todo debate, hay que evitar el rechazo.

–¿Le sorprendió el informe de la ULPGC sobre el tren?

–Sí, me sorprendió muchísimo. Sobre todo porque se hace supuestamente para trasladarlo a la opinión pública y no se cuenta con el Cabildo.

–¿Sigue siendo necesario el tren?

–Todo apunta a que sí. Todos los informes de que disponemos así lo señalan. ¿Vamos a conseguir inversiones importantes para hacerlo posible? Pues igual el momento es ahora, cuando Europa apuesta por medios de transporte guiado. Ahora bien, ¿esta isla puede seguir soportando el tráfico que tiene cuando volvamos a la normalidad? Yo creo que no. ¿La solución son más carriles para la autopista? Yo creo que no. He escuchado a alguna gente que dice que el tren supone una fractura del territorio, pero es que el tren va soterrado en la mayoría de su recorrido. ¿Qué tiene de negativo un tren apoyado en energía renovable? No le veo nada negativo. El futuro pasa sin duda por un transporte público barato y sostenible.

–Ya que menciona las energías renovables y viendo el interés empresarial por las mismas, ¿no estamos llegando a un punto de saturación de proyecto, y ahora llenando el litoral con molinos eólicos marinos?

–Hay que hacerlo todo de manera ordenada, respetando los instrumentos con que nos hemos dotado, porque no estamos en la selva. Es verdad que un parque eólico o una planta fotovoltaica genera un impacto paisajístico y en algunos casos puede generar afecciones sobre la biodiversidad, sobre las aves, y eso hay que protegerlo. Pero sostengo que lo dicen expertos ambientalistas: estamos pidiendo prestado una parte de nuestro territorio de manera transitoria. Los molinos tienen una vida media de 20-25 años y cuando pase ese tiempo, probablemente no hagan falta molinos o tendremos ya molinos sin aspas, porque las fórmulas para generar energías renovables serán otras. Porque no se habla de algo más importante: mueren cada año en el planeta millones de personas por la contaminación, por el uso de combustibles fósiles. ¡Yen Canarias somos todavía de los territorios con mayores emisiones contaminantes!

–Hablando de impactos, ¿y la cementera de Arguineguín?

–La cementera produce un impacto paisajístico, lo ha producido siempre. Nosotros lo que decimos es: ¿queremos apostar por la diversificación, queremos generar industria, romper nuestra dependencia exterior? Sí, y eso creo que lo pensamos todos. La empresa lo que dice es que si se tener que trasladar, se va de Canarias. He escuchado desde el Gobierno voces que dicen que ese uso es compatible con el turístico;nosotros ahí no entramos: es el Gobierno quien tiene que decidir. Si el Gobierno amplía la concesión, está claro que la empresa debe seguir ahí;si no la amplía, está claro que el Plan Insular es el que marca el uso de ese suelo. Que desaparezca la empresa para generar más camas, me genera ciertas dudas.

–¿Y trasladar la cementera a Arinaga?

–No pongo reparos y estoy convencido de que la tecnología hará posible que no se generen afecciones, pero la empresa es la que dice que no le merece la pena la inversión que supone el traslado.

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