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Abdessamad Koubaa contesta en presencia de los otros dos acusados, todos custodiados por la Guardia Civil, durante el juicio de la Audiencia Provincial. Javier Melián / Acfi Press
La víctima de la agresión sexual colectiva: «Me arrastraron y me pegaron contra la pared»

La víctima de la agresión sexual colectiva: «Me arrastraron y me pegaron contra la pared»

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«No quiero dinero» avisó la mujer tras terminar el relato de los tocamientos, insultos y golpes -y hasta un botellazo en la espalda- que recibió supuestamente de los tres acusados. Los tres ciudadanos negaron los delitos y coincidieron en no entender por qué llevaban un año y dos meses en la cárcel: «todo es un montaje»

Catalina García

Puerto del Rosario

Martes, 27 de septiembre 2022, 23:15

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La víctima de la presunta agresión sexual colectiva acaecida el 31 de julio de 2021 en un pub de Morro Jable, en el municipio de Pájara, recordó este martes ante la Sección Sexta de la Audiencia Provincial los tocamientos «en las tetas y en mis partes íntimas de abajo», insultos y golpes que recibió de los tres acusados tras arrastrarla y pegarla contra la pared. El ataque triple acabó con varios botellazos, uno le dio en la espalda y otro en los pies, de uno de los tres encausados, que negaron todo y que se encuentran en prisión provisional desde el 4 de agosto.

La mujer, que declaró a través de vídeoconferencia desde Florida (EE.UU.), relató que dos de los acusados, Mohamed El Foua y su primo Khalid El Foua, empezaron primero a bailar al lado de ella y de su prima, «restregándose y perreando muy pegados» mientras estaban dentro del pub, que abría por primera vez desde el confinamiento de la covid-19, y aprovechando que el novio de la víctima había ido a la barra a pedir una consumición. «Siguieron siempre provocando y riéndose, a pesar de que nos cambiamos de sitio, hasta que el portero de la discoteca les dijo basta ya».

Khalid El Foua, que pidió un traductor para dar su versión de los hechos.
Khalid El Foua, que pidió un traductor para dar su versión de los hechos. Javier Melián / Acfi Press

El tercer acusado, Abdessamad Koubaa, no las había molestado aún sino que, dentro del pub, «se quitó la camiseta por primera vez y empezó a gritar, casi se vuelve loco». Más tarde, ya fuera de la discoteca, volvió a repetir el gesto y los gritos, según la víctima.

Cuando cerró el local, se inició una pelea fuera que provocó que la mujer se viera momentáneamente separada de su novio y su prima. «De repente, en medio del alboroto, Mohamed me empuja por la espalda y Khalid por los brazos, me arrastran hasta el pasillo oscuro de los baños del centro comercial, se me rompen los zapatos y me pegaron contra la pared». Le rompen la blusa y empieza la supuesta agresión sexual a la que se suma, según su relato, Abdessamad Koubaa. sujetándola con fuerza.

«Me manosearon toda, me insultaron todo el rato y me tocaron entre los tres» hasta que los vio una mujer y consiguió librarla. Esta testigo relató a su vez que «le quité de arriba a Mohamed tirando de uno de los brazos. Ella estaba en estado de shock total, temblando y llorando mientras los tres la tenían rodeada».

Mohamed El Foua, con camiseta negra, uno de los tres acusados por un supuesto delito de agresión sexual con empleo de violencia y con la actuación conjunta de dos o más personas, que también propinó un puñetazo en la cara a la mujer que salvó a la víctima.
Mohamed El Foua, con camiseta negra, uno de los tres acusados por un supuesto delito de agresión sexual con empleo de violencia y con la actuación conjunta de dos o más personas, que también propinó un puñetazo en la cara a la mujer que salvó a la víctima. javier melián / acfi press

Uno de ellos, y señaló ayer en el juicio al de la «camiseta negra», esto es a Mohamed, le propinaba un puñetazo en la cara tras salvar a la mujer.

Los tres, que se exponen a diez años de cárcel por un delito agresión sexual con empleo de violencia e intimidación y actuación conjunta, no entendían por que estaban en prisión desde entonces. «Si no hemos hecho nada y llevamos un año y dos meses encerrados sin saber por qué». Sí reconocieron que habían bebido esa noche: una botella de vodka en la casa antes de salir de fiesta y otra de whisky en el local nocturno, «más un par de porros», detalló Mohamed.

Abdessamad Koubaa, que aseguró en el juicio que no le gustaba salir de fiesta y que la víctima relató que se descamisó y se puso a gritar la noche del 31 de julio «como un loco» dentro y fuera de la discoteca del centro comercial de Morro Jable.
Abdessamad Koubaa, que aseguró en el juicio que no le gustaba salir de fiesta y que la víctima relató que se descamisó y se puso a gritar la noche del 31 de julio «como un loco» dentro y fuera de la discoteca del centro comercial de Morro Jable. javier melián / acfi press

Los tres acusados negaron todo: nunca se habían acercado a la víctima y la prima, acosándolas mientras bailaban dentro del pub, ni fueron tras la mujer, ni gritaron, ni arrastraron, ni agredieron sexualmente. «Todo es una película que se han montado», sentenció Mohamed El Foua, a quien la testigo que auxilió a la víctima asegura que «se lo quité de arriba a la mujer tirando de un brazo y él se dio la vuelta y me propinó un puñetazo en toda la cara».

El primo de Mohamed, Khalid El Foua, contestó un no sé a la pregunta del fiscal de qué tenía que decir a las dos personas que le identificaron «rompiendo la camisa de la víctima y toqueteándola en los pechos y sus órganos sexuales». Es más, este acusado aseguró que no había salido de la discoteca, salvo cuando se fue para su casa, y que sólo presenció dos peleas: una dentro y otra fuera del pub, la primera relacionada con el novio de la víctima «que se puso chulo y enfadado porque nos dijo que habíamos molestado a su chica y los porteros lo habían encerrado en el baño».

Nunca, nunca, reiteró Abdessamad Koubaa a todas las acusaciones. «Nunca agarré a la mujer, nunca la arrastré hasta una zona oscura, nunca la toqué, ni dentro, ni fuera de la discoteca, ni tampoco le lancé una botella de cristal. Yo estoy aún pensando por qué estoy en la cárcel durante un año y dos meses porque no hicimos nada».

De hecho, dio fe Abdessamad, «no me gusta la fiesta, he salido una o dos veces nada más desde que llegué a vivir hace cuatro años a Morro Jable» y que incluso el novio de la víctima le llegó a pedir perdón porque le había acusado de estar molestándola falsamente en la pista de baile.

La imagen precisamente de este último acusado, Samad para los amigos, es lo último que recuerda la víctima de esa noche en que acabó en el Hospital General. «Chillando como un loco, muy alterado, tirándome botellas de cristal. Y lo diré hasta el día de hoy, fueron los tres: Samad no me tocó mis partes íntimas, pero sí me golpeó y ayudó a Mohamed y Khalid».

«No, no quiero dinero» terminó.

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