Operación Rosar: tres detenidos más por la ejecución de dos narcos
La Guardia Civil arresta y registra los domicilios de estas personas en Puerto del Rosario y La Oliva. Creen que están relacionados en un ajuste de cuentas que acabó con torturas y disparos en las cabezas de dos presuntos traficantes
Agentes de la Unidad Orgánica de Policía Judicial (UOPJ) de la Comandancia de Las Palmas han procedido este martes a la detención de tres personas relacionadas con la ejecución de dos presuntos narcotraficantes en la isla de Fuerteventura en enero de 2021 en el marco de la denominada Operación Rosar. Se trata de unos investigados que están relacionados en este supuesto ajuste de cuentas que conmocionó a la sociedad majorera debido a la crueldad de los hechos: los fallecidos murieron tras ser torturados y luego disparados por sicarios en sus cabezas. A continuación, metieron sus cadáveres en un vehículo que despeñaron por un acantilado en la zona de la Playa de La Solapa, en Pájara. Las víctimas fueron Jonathan Armas del Rosario, alias 'Jony', 'el Flaco' o 'el Rubio', e Ismael Mohamed Hahmed, alias 'Jaime' o 'el Viejo'.
Las tres últimas detenciones se produjeron la madrugada de este martes en La Oliva y en Puerto del Rosario. Hay dos arrestados sudamericanos y el tercero es canario y los agentes realizaron entradas y registros en sus respectivas viviendas y en una tienda de licores propiedad de uno de ellos situada en la calle Virgen de La Peña, de la capital majorera. Esta diligencia trata de esclarecer la presunta participación en los hechos de las tres personas capturadas que, en el caso de algunos de ellos, ya participaron en la investigación en calidad de testigos.
Además del registro, los agentes de la Guardia Civil intervinieron diversos efectos como aparatos electrónicos, móviles y demás que podrían arrojar datos en esta investigación que corre a cargo del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 6 de Puerto del Rosario.
La Operación Rosar trata de esclarecer lo que hay detrás de las ejecuciones encuadradas dentro de un supuesto ajuste de cuentas entre narcotraficantes. Según los indicios recabados hasta el momento por los responsables de las pesquisas, dos sicarios desplazados a la isla habrían ejecutado a dos traficantes con disparos en la cabeza por haber robado un cargamento de cocaína que estaba escondido en una vivienda de Caleta de Fuste (Antigua).
Los investigadores aún no han podido determinar la identidad concreta de los asesinos puesto que todos los implicados han hecho un pacto de 'omertá', un código de silencio que impera en el mundo del crimen organizado. La investigación apunta a una red criminal que abarca conexiones locales, nacionales e internacionales. La misma trata de desentrañar los detalles de la ejecución de dos hombres, Jonathan Armas del Rosario, alias Jony, el Flaco o el Rubio, e Ismael Mohamed Hahmed, alias Jaime o el Viejo, supuestamente, por encargo de una organización dedicada al narcotráfico con conexiones con Latinoamérica.
Fue el 13 de enero de 2021 cuando agentes del Puesto Principal de la Guardia Civil de Morro Jable solicitaron la activación del Equipo Territorial de Policía Judicial (ETPJ) de Gran Tarajal tras el hallazgo de un vehículo Ford Focus, que había caído por un acantilado en la zona de la Playa de La Solapa, en Pájara. Junto al coche se encontraba el cuerpo sin vida de un hombre, que posteriormente fue identificado como Jonathan Armas del Rosario.
Inicialmente el suceso fue tratado como un posible suicidio ya que durante la primera inspección técnico ocular no se encontraron indicios de que hubieran participado terceras personas. Sin embargo, al día siguiente, el 14 de enero de 2021, se produjo el hallazgo de un segundo cuerpo sin vida en la misma zona. Esta vez, se trataba de Ismael Mohamed Hahmed, cuyo cadáver permaneció inicialmente bajo el agua, lo que impidió su localización.
Al igual que en el caso de Jonathan, no se hallaron signos claros de violencia en un primer momento, pero todo cambió tras recibir noticias por parte del Instituto de Medicina Legal de Las Palmas: ambos cadáveres presentaban lesiones producidas por armas de fuego. Este descubrimiento varió radicalmente la dirección de la investigación, que fue transferida de inmediato al Equipo de Homicidios-Personas de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Las Palmas.
Los cuerpos de Jonathan e Ismael fueron encontrados en circunstancias diferentes. El primero fue hallado vestido y presentaba graves lesiones, especialmente en el rostro, lo que indicaba que había sido torturado. Su cuerpo también mostraba dos disparos: uno con orificio de entrada y salida en la cabeza y otro que ingresó por la espalda y salió por el torso. Las evidencias balísticas revelaron que el arma fue disparada desde una distancia cercana, aunque no a quemarropa, y que Jonathan pudo haber intentado huir, ya que su vestimenta presentaba cuatro orificios adicionales causados por proyectiles que no impactaron su cuerpo.
Por otro lado, Ismael fue encontrado al día siguiente, desnudo y sin lesiones aparentes, lo que contrasta con el ensañamiento sufrido por Jonathan. Esto sugiere que el primero de ellos pudo haber sido golpeado para obtener información, ya fuera sobre el paradero de Ismael o sobre el destino de la droga que supuestamente habían robado.
En el lugar del hallazgo se encontraron sacos de arpillera junto a los cuerpos, que podrían haber sido utilizados para transportar o encubrir a las víctimas. Además, las ropas de Jonathan presentaban restos de derivados de petróleo, como acetona y tolueno. Los investigadores consideran que estos residuos podrían provenir de intentos de intimidación mediante fuego, un fallido intento de incinerar los cuerpos o, incluso, de la manipulación de sustancias estupefacientes en laboratorios clandestinos.
El terreno, caracterizado por su tierra rojiza, permitió a los peritos establecer que las víctimas fueron retenidas en un lugar diferente antes de ser trasladadas a donde fueron asesinadas. Esta hipótesis se apoya en restos de fibras textiles y vestigios de plásticos encontrados en la ropa, compatibles con una estancia prolongada en un entorno cerrado.
'Omertá': el código del silencio
La investigación se ha enfrentado a importantes obstáculos debido a la 'omertá', un código de silencio que impera en el mundo del crimen organizado. Este término, originado en la mafia siciliana, describe la práctica de guardar celo absoluto sobre las actividades delictivas, bajo la amenaza de represalias mortales para quienes hablen. Este pacto de silencio ha dificultado el acceso a testimonios directos y la obtención de información fundamental para intentar esclarecer el caso.
A pesar de las dificultades, la Policía Judicial ha determinado que los hechos están relacionados con una organización dedicada al tráfico de drogas liderada por una persona conocida como El Cubano, quien habría adquirido una importante cantidad de cocaína de otra organización. Dicha sustancia llegó a las costas de Fuerteventura para su posterior distribución. Según las investigaciones, El Cubano habría planificado un auto-robo, intentando hacer creer a la otra organización que la droga no había sido recibida o, de otra forma, que era de mala calidad cambiando la recibida por otra ya cortada. Para ello contó con la colaboración de varios miembros de su organización, residentes en Fuerteventura, entre los que se encuentran Jonay G.O., conocido como 'El Trabao', y Fernando A.R., hermano del fallecido Johathan. Estos últimos, según los investigadores, habrían encargado el trabajo inicial a las víctimas, Ismael y Johathan.
La hipótesis principal de la fuerza actuante es que, al no lograr engañar a la otra organización y debido a la presión ejercida sobre él, 'El Cubano' pudo haber ordenado la muerte de Ismael y Jonathan para evitar que se conociera la verdad de lo sucedido.
Se cree que idearon un autorobo de coca en una 'guardería'. Por miedo a ser descubiertos, ejecutaron a los autores
Para ejecutar esta orden, contactó con una organización asentada en Madrid, utilizando como intermediario a una persona que, a su vez contactó con dos hermanos quienes habrían encargado supuestamente la ejecución dos personas, una de ellas de origen uruguayo y que ya ha fallecido. Ambos se trasladaron a Fuerteventura con el objetivo de llevar a cabo los asesinatos, convirtiéndose, supuestamente, en los autores materiales de los mismos.
Asimismo, las investigaciones apuntan a la posible existencia de grabaciones relacionadas con los hechos, las cuales no han sido localizadas hasta el momento. Estas sospechas surgen de las declaraciones realizadas por un testigo protegido que, según su relato, en mayo de 2022 estuvo presente en una reunión que tuvo lugar en una vivienda propiedad de 'El Trabao'. En la misma participaron ocho personas, entre ellas la propietaria de un club de alterne, su pareja, Carlos G.G.M. 'el Pistolas', Juan José R.S. alias 'el Guacha' e igualmente investigado, otra mujer aún sin identificar y una más conocida como 'la Negra'.
Durante la reunión, 'el Trabao' tres vídeos y tres fotografías en su teléfono móvil en el que se podía observar a 'el Pistolas' conduciendo un vehículo en el que también se encontraban 'el Guacha', Carlos G.G.M. y otros implicados. La grabación reflejaba cómo llegaban a la vivienda del 'Trabao' y se organizaban en distintos vehículos para ejecutar actos relacionados con los hechos investigados.
Estas grabaciones y los detalles proporcionados por los testigos resultaron de vital importancia para los investigadores en su trabajo de establecer responsabilidades penales dentro de esta compleja trama criminal.
En estos momentos, la Operación Rosar se encuentra en una fase crucial tras la detención de estas últimas tres personas.