Los esclavos moriscos se dedicaban a la ganadería y la agricultura fundamentalmente. En la imagen, apañada en Pecenescal, en el municipio de Pájara.Javier Melián / Acfi Press
Los moriscos o los majoreros olvidados
Historia ·
José de León, doctor en Historia, sostiene que la población morisca era numerosa y que hay que rastrear su influencia. El también arqueólogo disertó sobre estas poblaciones y su relación con la actual inmigración en la charla organizada por la asociación cultural Entremares
Los moriscos son los majoreros olvidados, sostiene José de León Hernández, doctor en Historia y arqueólogo, e invita a descubrir su «invisibilidad» a través de estudios, excavaciones arqueológicas y la tradición oral. El historiador dio una charla este viernes en el Archivo Histórico Insular, en Puerto del Rosario, organizada por la asociación cultural Entremares.
El historiador sostiene que la mayoría de la población de Fuerteventura y Lanzarote desciende de los esclavos moriscos que traen «y en gran número, hasta el punto que muchas fuentes sostienen que llegan a ser los habitantes mayoritarios que consiguieron la carta de libertad por distintos procedimientos a través de los cuales recibían el apellido de los amos». Y el doctor en Historia pone el ejemplo de su propio apellido, de León, Camacho o Machín que, en realidad, son moriscos apellidados entre los siglos XVII y XVIII.
El origen étnico morisco de la población de las dos islas va desapareciendo con los siglos, aunque se mantienen numerosas pervivencias culturales ligadas como el camello, sin ir más lejos. «El camello llega con los moriscos, aunque el conquistador Jean de Bethencourt también trajo algunos en 1402, y hoy perviven nombres relacionados como majalulos o guelfos». La huella morisca también se aprecia en muchas expresiones culturales como las Batallas de Tamasite y El Cuchillete de 1794 en Tuineje.
Por eso, de León plantea un análisis de muchos aspectos culturales de Fuerteventura y Lanzarote para rastrear esa huella. «Se ha dado por hecho que no, cuando hay que pararse y pensar que Tuineje era el pueblo de los morisco y en Lanzarote, So, y sin embargo esta población estaba repartida por Tiscamanita, Pájara y el resto de la isla en el caso de la Maxorata».
En el siglo XVII, 1.500 moriscos en las dos islas
José de León trae a colación que, según algunas fuentes, la población morisca ascendía a 1.500 personas en Fuerteventura y Lanzarote en el siglo XVII. Incluso existe una referencia para la primera isla que apunta que de trece pueblos majoreros, todos eran moriscos menos una casa en Betancuria. «Algunos de ellos son moriscos de segunda o tercera generación».
Estas cifras resultan relevantes, pero su importancia se ha minusvalorado «por elementos represivos desde el punto de vista religioso y cultural. No en vano, la Inquisición castigó muchísimos a los moriscos en Fuerteventura, por ejemplo en los asentamientos por cada tres cristianos viejos sólo podía haber un morisco y en ningún caso podían instalarse moriscos juntos, tampoco podían hablar su lengua, ni mucho menos tocar sus instrumentos musicales. Es decir, había una política de represión para que se cristianizaran y se integraran en la nueva sociedad, aunque siguen manteniendo elementos culturales como, seguramente, parte de la práctica de la brujería, algunas creencias o los propios sistemas de cultivo de las gavias».
José de León, doctor en Historia y arqueólogo.
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La población morisca de Fuerteventura y Lanzarote se dedicaban en esos siglos a la ganadería, la agricultura y el servicio. «Incluso, con el tiempo, hubo moriscos que, a su vez, tienen esclavos como por ejemplo Pedro Berrugo que forma parte de las milicias de los señores en Lanzarote». De León distingue dos etapas de la población morisca en las dos islas: «una durísima y muy trágica que sería la de las grandes invasiones piráticas que arrasan con las islas y durante las que los moriscos aprovechan para huir con ellos; y otra en que incluso vuelven voluntariamente».
Al doctor en Historia lo que le interesa más es el morisco en «esos períodos de paz donde siguen habiendo contactos entre Canarias y la costa africana, como siempre ha habido».
Emigraciones isleñas
La conferencia de José de León buscó «refrescar» la memoria de Fuerteventura y Lanzarote «en el actual momento difícil de emigración que ahora estamos viviendo. Hay que recordar en el primer tercio del siglo XIX se van 10.000 majoreros y conejeros, es decir prácticamente se despueblan las dos islas y se van al Río de la Plata. Las emigraciones se realizaban en condiciones muy duras, como la famosa expedición de los Morales que dejó a la gente tirada en la playa de Puerto de Cabras después de haber vendido todas sus posesiones, donde llegan a practicar hasta la antropofagia porque se quedan sin comida en alta mar».
Por eso, el doctor en Historia subraya el paralelismo entre la dureza de la emigración canaria y la actual desde Marruecos y el África subsahariana. «Si rastreamos un poco la información oral y documental, vamos a ver que siempre hemos tenido contactos con la costa africana, como no puede ser de otra manera por la cercanía de Fuerteventura y Lanzarote con África».
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