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Dácil del Cristo Suárez y Carlos Carpintero, agentes de la Guardia Civil de Morro Jable, en el municipio de Pájara. Javier Melián / acfi Press
«Tengo grabada la imagen del bebé y la madre mirándonos aliviados»

«Tengo grabada la imagen del bebé y la madre mirándonos aliviados»

guardia civil ·

Los agentes de la Benémérita Dácil y Carlos se sienten «contentos» por haber salvado una vida el pasado sábado en un hotel de Costa Calma, donde se encontraban patrullando. La madre, cuando llegaron al hotel, sólo «nos podía decir que su bebé se asfixiaba»

Catalina García

Puerto del Rosario

Martes, 12 de julio 2022, 14:02

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La suerte, la buena suerte, propició que Dácil del Cristo Suárez y Carlos Carpintero, agentes de la Guardia Civil de Morro Jable, en el municipio de Pájara, patrullaban el sábado pasado por la zona de los hoteles de Costa Calma cuando saltó la alarma por un bebé de diez meses que se estaba asfixiando tras ingerir una medicina. El final ya se sabe que fue feliz, pero hoy lo contaron en primera persona.

La alerta la dio esa tarde el vigilante de seguridad del hotel donde la familia se alojaba. «Nos dijo que un bebé estaba sufriendo un atragantamiento», detalla Dácil. De forma rápìda, «corrimos» para el hotel y se encontraron a la madre «en estado de shock, muy nerviosa, y sólo nos decía que su bebé se asfixiaba».

Con la misma celeridad, los dos guardias civiles actuaron practicando al bebé la maniobra de Heimlich. «El bebé empezó a tener un mejor tono de piel, a recuperar el aliento, a respirar. Automáticamente, los servicios de recepción del hotel se pusieron en contacto con el médico del 112 que asistió a los agentes y les fue dando instrucciones sobre cómo seguir ayudando al niño.

Carlos explica que valoró con Dácil si esperar a la ambulancia, «pero los síntomas de asfixia del bebé se iban acrecentando, por lo que los dos nos dijimos que teníamos que actuar con rapidez ante un peor desenlace». El guardia civil lo dice con humildad: «actuamos lo mejor que supimos». Y salvaron al niño.

Los dos guardias civiles, la tarde del sábado, tras auxiliar al bebé.
Los dos guardias civiles, la tarde del sábado, tras auxiliar al bebé. C7

«No somos profesionales sanitarios, por lo que estamos muy contentos con el desenlace», comenta Carlos. Y es que no, «salvar a un bebé no es algo rutinario en nuestro trabajo, sino muy al contrario fue una excepción, pero como dice mi compañero: estamos muy contentos, eufóricos, con el final y con la satisfacción personal de ver la cara de esa madre y de ese niño al ver que le habíamos salvado la vida».

Ellos no hablan de sentirse héroes sino de «la capacidad que tenemos de ayudar a la sociedad», por eso para Carlos resulta importante «la satisfacción del deber cumplido, las palabras positivas de los componentes de tu unidad que al fin y al cabo son los compañeros que están día a día con ellos y por supuesto sentirse orgulloso por los familiares y los amigos». Para terminar, recuerdan que la maniobra de Heimlich, la que salvó al bebé este sábado, es algo básico «que todos deberían aprender, incluso a nivel familiar».

Ah, y un último matiz. «La Guardia Civil estamos para ayudar. La gente no puede tener sólo una imagen negativa de nosotros.

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