La exnovia majorera de Ignatius no acudió a su show, pero sí 200 personas

Ignatius ofreció un show fiel al estilo que lo ha llevado a lo más alto de la comedia nacional. Provocación e irreverencia frente a momentos de ternura y profunda reflexión, un humor que explora sus propios límites, recorriendo junto al público una montaña rusa que sube y baja por los engranajes de la filosofía, la crítica social y la incorrección política. El público majorero participó junto a Ignatius en el espectáculo, como es habitual en sus actuaciones. «Me considero afortunado de que la gente me ayude a sacar el show adelante, tener esa confianza y complicidad para crear ese ambiente, un espectáculo con nuestras propias normas».

El cómico regresó a Fuerteventura de la mano de Casa de los Coroneles, centro que gestiona el Gobierno de Canarias, años después de su última visita a la isla hace más de dos décadas. Fue para visitar a su novia de entonces, «una chica de Puerto del Rosario que me enseñó esta maravillosa isla. Le escribí para que asistiera, ¡y no ha venido! Eso lo hace más patético y decadente, que es la atmósfera que intento conseguir en mis actuaciones», comentó tras el espectáculo entre risas.

En realidad, las reservas para Ignatius se agotaron en unas horas, animando a la Casa de los Coroneles a continuar en la línea de ofrecer cada semana actividades culturales gratuitas y para todos los públicos, proyecciones de cine con la Filmoteca Canaria, etc.