El Efequén se rebela contra las cicatrices de las torretas en el paisaje
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El colectivo denuncia también la apertura de decenas de kilómetros de pistas de tierra en lugares de gran valor patrimonial y paisajísticoNecesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
Por «las consecuencias irreversibles» sobre el paisaje y sus bienes patrimoniales, la asociación El Efequén rechaza la instalación de la nueva red de transporte eléctrico a 132 kilovoltios en marcha desde hace varios meses en Fuerteventura.
En estos momentos, las torretas en obras son las del tramo centro, es decir de Puerto del Rosario a la subestación de Gran Tarajal, que durante años estuvieron paralizadas por el contencioso-administrativo iniciado por el Cabildo majorero en 2017 y ratificado por el Tribunal Supremo en 2019, aunque en 2021 el Gobierno de Canarias reanuda las obras en base al interés general concedido por decreto de la Dirección General de Industria en 2013 y a la declaración de impacto condicionada otorgada por la Cotmac también en el año 2013.
La asociación patrimonial trae a colación que el citado interés general permitió «saltarse legalmente numerosos procedimientos administrativos que pudieran salvaguardar los derechos de las personas y pueblos afectados por la desproporcionada e innecesaria infraestructura». Las torretas lucen en las llanuras de Antigua y cerca del monumento natural de la caldera de Gayría, en Tiscamanita, en el municipio de Tuineje, por poner dos ejemplos de su impacto paisajístico.
El Efequén también recuerda que «durante años hubo pública, administrativa y judicial oposición» a la nueva línea de alta tensión que, en el tramo central paralizado durante dos años, supone la instalación de un total de 102 «enormes» torretas, de entre 30 y 50 metros de altura. El impacto «ya es lamentablemente perceptible».
Años atrás diversos colectivos y vecinos y vecinas de las zonas afectadas «mostraron su disconformidad y demanda de paralización del proyecto a través de la recogida de miles de firmas o de la presentación de más de una centena de alegaciones en los períodos de información pública».
El Efequén llama la atención, no sólo sobre el impacto visual de las torres eléctricas, sino por la apertura «sin ningún tipo de permiso ni de criterio protector» de decenas de kilómetros de pistas de tierra en lugares de gran valor paisajístico y patrimonial.
Estas pistas de tierra están afectando «de manera irreversible al paisaje majorero, a los entornos arqueológicos y a muchos bienes patrimoniales —muros de piedra o cadenas, gavias y otros— testigos de épocas pasadas y resultado del trabajo ímprobo de un pueblo que debería ser respetado y cuidado».
El colectivo de defensa patrimonial termina realizando «una expresa llamada de atención» a los ayuntamientos afectados, al Cabildo de Fuerteventura y al Gobierno de Canarias para que impidan «con carácter urgente» la realización de obras no permitidas. No en vano, lo que solicitan es que «sus competencias sobre el territorio afectado en materia de vigilancia y cumplimiento de lo legalmente establecido».
El tramo Gran Tarajal-Puerto del Rosario prevé la colocación de las citadas 102 torretas eléctricas de alta tensión, mientras que el tramo norte, de la capital a Corralejo, comprende 83 apoyos que están terminados desde hace años, incluyendo la nueva subestación capitalina situada en los alrededores de la Cuesta de Perico y la de Corralejo, levantada por la zona de Bristol.
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