«No existe el efecto llamada; sí el efecto huida de una muerte segura»

– ¿Ha estado usted ahí?

– Sí, pero no voy con cámaras detrás. ¿Por qué? Porque estamos hablando de seres humanos, un drama humanitario agravado por la pandemia que afecta también al continente africano. El trabajo se está haciendo en silencio, en los despachos.

– ¿Qué trabajo de oficina ha hecho usted?

–Sentarse con la secretaria de Estado de Migraciones hace un mes para hablarle de la realidad migratoria en las islas, pero también de instrucciones que se pusieron en marcha. No solo hablar de inmigración irregular, hay personas con arraigo, con documentos, que están aportando al desarrollo económico de este país y con la pandemia también se han visto afectados. Me senté con el presidente de Cruz Roja en Canarias antes de que los inmigrantes fueran alojados por primera vez en un hotel. Sé que en la Delegación del Gobierno se hace un trabajo en silencio y es el que tiene que seguir haciéndose hasta que los resultados salgan.

–Precisamente por tratarse de personas no parece razonable que el Gobierno del Estado no termine de dar la respuesta que se le demanda. Hace muchos meses se pide habilitación de espacios públicos y hoy siguen sin estar disponibles...

– La situación es compleja.

– ¿Pero qué complejidad hay?

–Cuando se habla de migraciones hay varios ministerios que se tienen que sentar. La de esta semana fue para la reubicación de inmigrantes en los hoteles. Todo lo que se ha hecho ha sido en Madrid en colaboración con Canarias y con el apoyo de Cruz Roja, CEAR y Cruz Blanca. La gente que dice que el Gobierno está tardando, que no ha hecho nada yo les preguntó, ¿y los fondos para poder atender a todas estas personas, quién lo gestiona?.

– Vale, pero ¿qué pasa ahora mismo para que, por ejemplo, los CIE que se estaban rehabilitando, no acaben de reabrir?

– Sobre el CIE de Gran Canaria hay un auto de un juez que no permite que se abra porque no reúne las condiciones.

– Pero se estaban haciendo trabajos para acondicionarlos...

– Probablemente, el CIE de Fuerteventura sí podrían entrar inmigrantes, pero no creo que abrir los CIE sea la solución, sino convertirlos en centros de acogida. En ello es donde está trabajando el Gobierno.

– ¿Pero hasta cuándo se va a pasar el Gobierno trabajando?

– Las cosas de palacio van despacio.

– Van demasiado despacio.

–No es tan fácil.

– El presidente del Gobierno lleva meses pidiendo y esperando a que se habiliten estos espacios públicos...

– Esta tardanza es para no caer en lo que estamos hoy, buscando espacios puntuales, sino para tener espacios estables. Estamos hablando de inmigración hoy por la pandemia y porque no podemos trasladar a los inmigrantes. Además, me gustaría puntualizar que se escogió Arguineguín porque 400 personas no caben en ningún calabozo donde tienen que pasar las primeras 72 horas. Y además, permite a Cruz Roja seguir el protocolo del control de la covid. Yo espero que se termine con el realojamiento en los hoteles, que será puntual.

– ¿De cuánto estamos hablando, ¿dos meses? ¿Dos años?

– ¡Dos años!.

–– Al paso que van las cosas en palacio...

– No, no. Yo no puedo temporalizar la estancia pero ya que se han sentado los diferentes ministerios yo creo que de aquí a finales de mes, principios del siguiente, habrán espacios públicos disponibles.

– Comentó antes que hay un problema con las fronteras pero se está hablando de un traslado a la península...

– Está habiendo traslados de gente con problemas, con niños o con dificultades. Cruz Roja también tiene espacios en la península. Y hay que decir alto y claro una cosa, la Ley de Extranjería se aplica en todo el territorio. También hemos visto la realidad de Moria, en Grecia. Los discursos de odio son las causas de lo que ha pasado. Estos discursos de odio han empezado a aflorar en España y hay que atajarlos. Me empieza a preocupar. Poca gente se pregunta por qué vienen esta personas. Hace una semana que casi todos los países del África Occidental han tenido lluvias torrenciales que han arrasado con todo. La alternativa es morir o Barcelona.

– ¿Usted cree realmente que existe el efecto llamada?

– No, no lo comparto. ¿Por qué en vez de hablar de efecto llamada no hablamos del efecto huida, o efecto de protección? A las personas que les dicen efecto llamada son las personas que huyen de una muerte segura, personas perseguidas, personas expulsadas por el cambio climático. No hay efecto llamada. No existe, pero los medios de comunicación también lo favorecen. Los medios deben intentar no utilizar términos que puedan favorecer el odio, el racismo o la xenofobia. Se habla de rebrotes de cayucos o invasión; la gente no viene con armas. El traslado a la península sí o sí tiene que hacerse.

– Por cierto, se ha hablado de regularizar la situación de los inmigrantes irregulares. ¿Se ha hecho?.

– Las ONG piden que se haga pero el Gobierno no lo contempla; no forma parte del programa del pacto, ni del PSOE. Pero se han hecho cosas: se han prorrogado los permisos de residencia, se ha permitido a los menores que salieron de los centros a tener autorización de trabajo y residencia si conseguían empleo, o la prórroga por estudios a estudiantes. Desde 2008 Europa ni la Ley de Extranjería permite regularización masiva, sino casos particulares por atención humanitaria.