Las dueñas de los drones negociaron contratos con Conrado Domínguez con el mediador como enlace

Las dos hijas del empresario valenciano José Santiago Suárez Estévez, propietario de una empresa de drones, declararon este jueves en el marco del caso Mediador que también negociaron con el exdirector del Servicio Canario de Salud (SCS), Conrado Domínguez, la posibilidad de cerrar un acuerdo para el transporte aéreo entre islas de pruebas PCR. Esta reunión nació gracias a la intermediación de Antonio Navarro Tacoronte con el propio Domínguez. Marta Isabel y Arantxa Suárez Cueva solo respondieron en calidad de investigadas por los delitos de cohecho y falsedad documental a las preguntas de su abogada.

Además, las responsables de la empresa valenciana Asesoramiento y Servicios de Drones SL, manifestaron haberse sentido «estafadas» por haber pagado 47.000 euros «sin recibir a cambio nada» a la trama que presuntamente dirigía el exdiputado del PSOE en el Congreso Juan Bernardo Fuentes Curbelo. Todo ello, bajo la promesa de abrir una sucursal de su empresa en el archipiélago y hacerse con contratos aprovechando la amistad que mantenía con el general ya retirado de la Guardia Civil, Francisco Espinosa Navas.

Según las hermanas Suárez Cueva, el mando de la Benemérita convenció a su padre para traer su empresa a las islas, pero pagando cantidades de dinero utilizando como mediador a Antonio Navarro Tacoronte.

Sobre el posible negocio que intentaron cerrar con Conrado Domínguez, que dimitió al estar siendo investigado en el caso Mascarillas, declararon que «se planteó un negocio interesante en plena pandemia» como era el del transporte sanitario de isla a isla utilizando drones. «Específicamente, se hablaba de pruebas PRC», detalló Marta Isabel Suárez Cueva. «Fue tan interesante que lo llevamos a la Universidad Politécnica de Valencia que redactó un informe que hablaba de la viabilidad de ese proyecto».

Esta posibilidad de negocio les llegó después de que su padre, José Suárez, conociera a Navarro Tacoronte a través de general Espinosa durante una cena en Madrid:«Mi padre tuvo una cena en la que coincidió con Navarro y le dijo la posibilidad de montar una empresa en Canarias. Ala semana tuve una videoconferencia con este señor [en referencia al mediador] y me habló de que tenía un gestor que montaba empresas en Zona Franca y eso nos interesaba porque nosotros trabajamos con productos en China y era muy viable», contó.

Los responsables de la empresa de drones viajaron tres veces a Canarias y en una de ellas se reunieron con el que fuera director general de Ganadería, Taishet Fuentes: «Hablamos del proyecto de drones en el ámbito de la ganadería, localización de vacas en libertad, pastoreo con drones y control del gas metano que expulsaban las vacas en las heces», narró en sede judicial.

A cambio de esos contactos y para ejecutar la posibilidad de negocio, declararon que pagaron cantidades de dinero a los cabecillas de la presunta trama «para pagar la gestoría, una página web y demás de la sucursal nuestra en las islas. En un principio, todo era viable y Navarro llegó a llamar 25 veces al día a mi padre», pero con el tiempo empezaron a «ver cosas extrañas como pagos en las tarjetas no autorizados y pensamos que era todo una estafa, por lo que cortamos la relación».

Detallaron que Navarro «continuó con sus mentiras y engaños hasta llegar a la cifra de 46.000 euros que nos estafó. Pagamos a un equipo de niños con necesidades –el Tetir del que Juan Bernardo era presidente–».

Además, indicaron a la titular del Juzgado de instrucción número 4 de la capital tinerfeña, que no ganaron ninguno de los contratos a los que se presentaron por aquellas fechas.

Las hijas de Suárez mostraron su malestar por lo ocurrido y más aún por ser declaradas investigadas en una trama en la que consideran haber sido «víctimas y timadas».

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