Los Reyes Magos antiestrés
Filosofía zen. Llegan de Oriente. Se llaman descanso verbal, sosiego visual y placidez corporal y traen el mejor regalo: el remedio para las tensiones en una época en que todo va demasiado rápido y no podemos parar.
María Jesús Ribas-EFE / Madrid
Lunes, 11 de diciembre 2017, 10:37
Le gustaría que el mes de enero le obsequiase con un cambio positivo y duradero para su vida además de los tradicionales regalos que recibirá de Melchor, Gaspar y Baltasar? Existen otros tres Reyes Magos cuyos regalos son psicológicos y cuya poderosa magia puede ayudarnos a mantener a raya el estrés en estos frenéticos y, a menudo, alienantes tiempos en que vivimos. Es uno de los mejores obsequios para comenzar el año que se despliega ante nosotros como una página en blanco. En vez de oro, incienso y mirra, traen en sus alforjas remedios para calmar nuestra mente y cuerpo, salpicando nuestras actividades con pequeños toques de consciencia y concentración y recuperando la percepción del momento presente.
Los nombres de estas tres majestades del bienestar son Descanso verbal, Sosiego visual y Placidez corporal, y la monja budista francesa, Kankyo Tannier, nos explica por qué es bueno darles la bienvenida a nuestra vida y como aprovechar los dones que nos ofrecen.al San Roque Las Palmas.
Tannier (www.dailyzen.fr) se encarga de gestionar su blog, así como de las redes sociales de un monasterio y algunas asociaciones budistas, y vive en continuo contacto con la naturaleza y también se deja caer por las grandes ciudades, donde realiza distintas actividades, como impartir conferencias. Esta seguidora del zen, una escuela budista centrada en la meditación y el despertar de la consciencia; además es hipnoterapeuta y ha profundizado en la programación neurolingüística.
Basándose en sus conocimientos y experiencia sobre el funcionamiento del cerebro y en sus prácticas espirituales, Tannier ha desarrollado una pedagogía del silencio, como herramienta para reconectarnos con nuestro mundo interior, reducir nuestros niveles de estrés, ansiedad y carencia, y adentrase en la senda de la felicidad. «El silencio no tiene nada que ver con la ausencia de ruido, está más relacionado con la concentración y la plena consciencia» asegura esta autora. «Se trata de aprender a oír de nuevo, el espacio entre las palabras, la calma después de la tormenta y el paso del tiempo. Aprender a paladear de nuevo, el gusto de un instante, el sabor de un plato, la espuma de los días y el calor del fuego. Aprender a sentir de nuevo, el contacto de las manos, un corazón palpitante, el espacio que se abre y el tiempo que se detiene», explica Tannier.
Esta monja laica propone cultivar La magia del silencio, precisamente el título de su último libro.