Los logros y los «bla, bla, bla» de 27 cumbres del clima

Casi tres décadas de negociaciones políticas al más alto nivel para resolver el problema del cambio climático. Aunque el verdadero logro «es que estas se sigan celebrando y todos los países tengan voz», señala Alicia Pérez-Porro, coordinadora científica del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF).

Durante dos semanas, 196 países más la Unión Europea, todos ellos llamados partes, se reúnen durante dos semanas, como mínimo, para lograr, al menos, un acuerdo de seguir negociando al año siguiente. Así son las historias de las cumbres del clima cuyos éxitos se centran en dos fechas: 1997 y 2015; Kioto (Japón) y París (Francia). «Kioto fue el primer gran acuerdo global para evitar consecuencias muy negativas para la humanidad, pero solo hacía referencia a los países industrializados y era muy poco ambicioso», apunta Mar Asunción, bióloga y responsable del programa Clima y Energía de WWF España. 81 países firmaron el acuerdo que no entró en vigor hasta 2005 debido a su complejidad. Entre las medidas del acuerdo estaba reducir en un 5% global las emisiones de seis gases de efecto invernadero, más concretamente de metano, dióxido de carbono y óxido nitroso, entre otros. «Europa, por ejemplo, cumplió, pero España no. Esto hay que recordarlo», recalca Javier Andaluz, miembro del área de clima de Ecologistas en Acción.

No fue el único incumplimiento. Estados Unidos también abandonó el protocolo y, finalmente, dio al traste con el primer gran acuerdo global para salvar el planeta del cambio climático.

El siguiente gran logro llega hace tan solo siete años en París. La COP21 es el gran hito climático del siglo XXI. «Hay un antes y un después de este acuerdo», apunta Pérez-Porro.

Este pacto, ratificado por 195 países, dejó en el olvido el fracaso final del Protocolo de Kioto. El nuevo Acuerdo de París limitaba el aumento de la temperatura en 1,5ºC, bastante por debajo de los 2ºC previamente acordados. Para ello, las naciones se ponen de acuerdo en conseguir un balance de emisiones cero en la segunda mitad del siglo. «Todo lo que estamos viviendo en las cumbres posteriores son para articular lo que se acordó en París», detalla la investigadora del CREAF.

Tras esta COP llegaron las de Marrakech (Marruecos), Bonn (Alemania), Katowice (Polonia), Madrid (España),Glasgow (Reino Unido) y Sharm El Sheik (Egipto). Seis encuentros oficiales en los que apenas se han anotado dos leves victorias que argumentan los defensores del clima: una tímida declaración para acabar con los combustibles fósiles, pero sin vinculación legal; y la creación de un fondo de pérdidas y daños para los más vulnerables. Ambos hechos se han logrado en las dos últimas cumbres del clima. «Se está avanzando, pero vamos a paso de caracol y lo que necesitamos son pasos de gigante», alerta Andaluz. «Echo en falta que se concrete todo lo que se dice que se va a hacer y luego no sucede», critica Fernando Valladares, investigador del CSIC.

Precisamente, la inacción y la falta de ambición son dos de las críticas que lanzan las organizaciones sociales a estos eventos. Greta Thumberg, activista sueca, lo definió en pocas palabras: «Bla, bla, bla».

Las decepciones y fracasos se acumulan en la cuenta de resultados de las cumbres del clima. El más llamativo tuvo lugar en la COP6 que por la imposibilidad de llegar a un acuerdo final se tuvieron que suspender las negociaciones en La Haya (Países Bajos) y retomarlas meses después en Bonn, sede de la secretaría de la CMUNCCC.

Aunque se llegue a un acuerdo no es sinónimo de que este se llegue a aplicar. En Copenhague (COP15), los países del norte global se comprometierona destinar 100.000 millones de euros al año destinado a los países más vulnerables, pero nunca se ha logrado completar. Ahora la duda radica en el cumplimiento del Acuerdo de París. Naciones Unidas ya ha advertido que los planes actuales de descarbonización apuntan a un calentamiento del planeta cercano a los 3ºC en comparación con la era preindustrial.

«No hay que quedarse con lo negativo, hay muchas cosas positivas más allá de los acuerdos», apunta la portavoz de WWF. «La gente está más concienciada y muchas empresas han adoptado las cero emisiones para 2050 o antes, pero claro hay que cumplir», añade.

En menos de una semana da comienzo la cumbre del clima en Dubái. Una cita que ha sido calificada como «importante» por la mayoría de partes, ya que se cumple el primer balance mundia, Global Stocktake en inglés, que permitirá ver si se va en la senda correcta para limitar el calentamiento global a 1,5ºC.

No será el único punto de discusión sobre la mesa. La articulación del fondo de pérdidas y daños está aún sin definir. «Va a ser una cumbre muy complicada», detallan fuentes de las partes a este periódico. A cuatro días, aún no hay agenda de negociación. «Esperamos que se solucione», apostilla esta fuente.