Cómo conseguir que los regalos de Reyes sean más sostenibles
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Frenar el consumismo, apostar por productos reutilizados o comprar en comercios locales ayudan a reducir el impacto de las compras navideñasRaquel C. Pico
Lunes, 2 de enero 2023, 05:58
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«Lo pienso todos los años y, 'spoiler alert', nunca lo hago al final». María es una de tantas consumidoras que apuran en estos días las últimas compras navideñas y una de las que se han planteado cómo lograr que sus regalos sean más sostenibles sin llegar nunca a lograrlo. Eso sí, conseguirlo no es del todo imposible. Ana, otra compradora que comparte sus experiencias, recuerda que lo logró en el primer año de la pandemia, «pero porque me organicé bien y empecé a pensar qué regalar en noviembre». ¿Es imposible hacer unos regalos que sean más respetuosos con el entorno y más cuando se está en la recta final de las compras festivas?
Las Navidades son un período de elevado consumo, incluso en tiempos de crisis. De hecho, y a pesar de la inflación y el temor a las subidas de precios, los consumidores no planean recortar en regalos este año.
La Encuesta OCU sobre gasto navideño hablaba, a principios de diciembre, de que se iba a producir una subida del 15% frente al del año anterior. Los regalos eran una de las áreas en las que se esperaba ese aumento.
La acumulación de muchos regalos bajo el árbol se ha convertido en la manera en la que se expresa el cariño hacia familiares y amigos, pero esto choca con una de las recomendaciones para mejorar la sostenibilidad, la de reducir el consumo superficial y frenar el consumismo.
Si reducir el despilfarro navideño parece emocionalmente difícil —«un día es un día»—, todavía más resulta cuando en la familia hay niños. Puede que se plantee reducir la cantidad de regalos que se entregará a los adultos, pero cuesta pensar en hacer lo mismo con la infancia.
Niños y niñas esperan una avalancha de regalos —puesto que para eso «han sido buenos»— y sus cartas a los Reyes Magos son una lista casi interminable de demandas. ¿Es posible convencerlos para pedir menos cosas y reducir el despilfarro?
«En la sociedad de consumo en la vivimos, es difícil frenar esa ansia de deseo de posesión que —desde pequeños— ya tenemos interiorizado debido a todos los estímulos que nos llegan, sobre todo de los medios de comunicación», reconoce Álvaro Pérez García, director del Grado en Pedagogía de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), añadiendo que «los padres debemos aportar coherencia y hacer reflexionar a los menores».
Aun así, cambiar los patrones de consumo para reducir el despilfarro es posible, también en Navidad y en todas las edades. El experto recomienda «incentivar la capacidad crítica» de la infancia, invitando a reflexionar sobre qué se necesita y qué no o sobre cómo «los Reyes Magos o Papá Noel reciben cartas de millones de personas e intentan contentar a todos, pero no siempre nos traerán todo lo que le pidamos».
De hecho, la Navidad «puede ser un buen momento para concienciar», educando en prioridades a toda la familia, a pesar de que este sea, por toda la presión del entorno, un momento complicado para conseguirlo.
Igualmente, en este proceso de adquirir y compartir los regalos navideños, no se deben olvidar algunas de las máximas que se emplean a lo largo del año para hacer que las experiencias de consumo sean más respetuosas con el entorno. Si la economía circular reduce la huella de las compras durante todo el año, también puede hacerlo con la carta a los Reyes Magos.
Desde la OCU, recuerdan las conclusiones a las que han llegado en un estudio reciente sobre textiles: «coser un roto o poner unas coderas son arreglos sencillos y baratos que pueden prolongar el uso de ropa que de otro modo tiraríamos, pero otra práctica muy recomendable es priorizar las prendas de segunda mano».
Lo que funciona para la ropa, lo hace también para prácticamente cualquier otro producto, indican desde la asociación de consumidores. Por ejemplo, se pueden adquirir aparatos electrónicos reacondicionados, como ordenadores o móviles, a los que se les da una segunda vida y que son «una alternativa sostenible y económica».
La percepción de la ciudadanía con respecto a los regalos de segunda mano también está cambiando. «Hace unos años comprar algo de segunda mano era visto como algo cutre e incluso desconfiado», explica Íñigo Vallejo, portavoz de Milanuncios, «pero esa realidad ya no existe, ahora encontramos una tendencia muy positiva hacia ella por varias razones».
Las apps de compraventa —que crecieron en popularidad durante la pandemia— o la mayor conciencia medioambiental de las generaciones más jóvenes están impulsando este cambio de perspectiva. En esta última Vuelta al Cole, por ejemplo, vieron una subida interanual del 67% en la demanda de libros escolares y una de un 223% en la de uniformes. «Los consumidores llegan al mercado de segunda mano en busca de ahorro, pero se quedan porque sienten que están contribuyendo al cuidado del planeta», resume.
Es algo que también se ve durante la campaña navideña y para esas compras un tanto especiales de regalos navideños. «Es una tendencia que llevamos ya varios años analizando, en concreto este año es casi el 30% los usuarios los que están dispuestos a comprar regalos de segunda mano», apunta Vallejo, añadiendo que «es superior al año pasado, donde el 13,1% afirmaba efectivamente comprarlos y el 8,4% ya se lo planteaba».
Cristina, otra de las consumidoras que comparte cómo ha adquirido sus regalos de Reyes, reconoce que lo ha hecho «mal», usando demasiado las grandes del comercio electrónico, pero apunta una excepción. «Todos los libros los he comprado en pequeñas librerías», indica.
Ese es, posiblemente, el punto en el que los españoles mejor hacen las cosas a la hora de regalar de forma más equilibrada con su entorno. Al fin y al cabo, los objetivos de sostenibilidad no solo apuntalan el reciclaje o la reducción de las emisiones, sino que también buscan un crecimiento económico respetuoso o unas comunidades sostenibles.
El comercio local es clave para que esto ocurra. Un estudio de YouGov para Meta indica que más de la mitad de los españoles planea hacer sus compras festivas de este año en negocios locales. En resumidas cuentas, a los Reyes Magos les convencen las tiendas de barrio.
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