El laberinto del hambre del migrante

Unas 185 familias se quedan sin ayuda alimenticia porque el Ayuntamiento se opone al reparto que se hacía desde la Casa del Migrante. Muchos beneficiarios en situación irregular no se atreven a seguir los cauces oficiales por miedo

Miércoles, 15 de julio 2020, 17:01

El suministro regular de bolsas de comida que venía desarrollando la Casa del Migrante en los últimos meses se ha visto interrumpido como consecuencia de la oposición del Ayuntamiento a que la distribución de los productos se haga en el inmueble situado en el Barranquillo de Don Zoilo, que es propiedad municipal.

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«Un total de 185 familias se han quedado sin comida en los dos últimos meses», aseguraba la representante de la Casa del Migrante Isabel Alfaro.

Los colectivos que integran este dispositivo habían presentado un proyecto de reparto a través de Casa Bolivia que fue revisado y aprobado por el Banco de Alimentos, según Alfaro. «Hacíamos una entrega inmediata», prosiguió, «es lo mínimo, pero es una gran ayuda para quien no tiene trabajo y encima no tiene papeles».

Negativa

En la Casa del Migrante se enteraron por el Banco de Alimentos que el gobierno municipal se oponía a esta práctica. «Todo iba bien hasta que recibimos la llamada del Banco de Alimentos diciendo que no nos podían dar más comida porque el Ayuntamiento les había llamado y les había dicho que no podíamos entregar alimentos aquí», añade.

Alfaro aclara que el inmueble no se utilizaba para almacenar comida sino que se hacía un reparto inmediato, avisando a los beneficiarios el día en el que el Banco de Alimentos efectuaba la entrega.

La cantidad que es entregada a la Casa del Migrante ronda los 700 kilos. «Tampoco es mucho si se tiene en cuenta la cantidad de personas a las que se ayuda», indicó Alfaro, «no almacenamos, tenemos una pequeña nevera para los yogures, se hace una entrega inmediata».

Al interrumpirse el reparto, las familias que hasta ahora se beneficiaban de esta situación se encuentran en una especie de callejón sin salida ya que, al estar algunos en situación administrativa irregular, no se atreven a dirigirse a las instituciones para recibir la ayuda reglamentaria del banco de alimentos.

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Sin documentos

«Al principio los enviábamos a Cáritas y otras entidades de reparto pero al final acababan volviendo porque no tenían documentos», expuso la representante de la Casa del Migrante, «hay que entender el miedo con el que viven estas personas, que temen que en cualquier momento una redada los envíe de regreso, se sale de casa sin saber si uno va a volver o no».

Pese a la situación de irregularidad administrativa que pueden estar sufriendo algunas de estas personas, desde la Casa del Migrante se hace siempre un estudio social de los solicitantes de alimentos ya que en su equipo de voluntarios hay trabajadores sociales.

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Alfaro lamenta la falta de respuesta por parte del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. «Hemos presentado un escrito oficial y no han respondido», expuso, «en estos dos últimos meses las únicas políticas que se han interesado por esta situación han sido Rosa Viera (PP municipal) y Ángeles Batista (CC-UxGC insular)».

Dejar de lado

También han recibido la oferta de la iglesia del Fondillo para proceder a efectuar el reparto en un local de este barrio, aunque están esperando la aquiescencia municipal.

«Nos ha sorprendido el alcalde (Augusto Hidalgo) porque en la campaña dijo que no iba a dejar de lado a las personas migrantes», sentenció.

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Este periódico también intentó contactar con el grupo municipal de gobierno para conocer su versión de los hechos pero también en este caso rechazó valorar los hechos que afectan a la parte más débil de la sociedad.

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