Feijóo critica el «despiste» en política exterior de un Sánchez que evita a la prensa el 12-0

Pero para Alberto Núñez Feijóo, esta es la evidencia de que su rival no lo tiene «fácil» para hablar «de lo que está pasando en el país» y que «está en fuera de juego». El líder del PP hizo alusión así a las causas por corrupción que asedian al presidente, a su Ejecutivo y al PSOE y que volverán a llevar este miércoles y jueves ante el Tribunal Supremo al exministro José Luis Ábalos y a Koldo García. Ante la expresión que le espetó, socarrón, Sánchez –«Ánimo, Alberto»– en su duelo en la sesión de control de la semana pasada en el Congreso, el aludido replicó que él está muy animado porque no tiene imputado a nadie de su entorno personal o político directo. Pero en un contexto muy marcado por los movimientos en la política exterior, y singularmente, por las inesperadas expectativas de paz alentadas por el plan de Trump asumido por el Gobierno de Benjamín Netanyahu y por Hamás, fue ahí donde Feijóo cargó las tintas contra Sánchez.

Para el jefe de la oposición, que el Gobierno y sus socios promovieran la aprobación por el Congreso del embargo de armas a Israel, al que su partido se opuso, en pleno impulso a la iniciativa que se ha concretado en un alto el fuego en Gaza, constituye la prueba del «despiste exterior» del presidente y sus aliados. Feijóo se mostró muy crítico con una izquierda que, a su juicio, ha pasado del «no a la guerra al no a la paz» y extendió los reproches a la falta de una felicitación oficial por parte del Ejecutivo a María Corina Machado, la líder de la oposición al chavismo en Venezuela obligada a vivir en la clandestinidad, por haber sido galardonada con el Premio Nobel de la Paz. Un silencio que el jefe de filas del PP volvió a vincular con intereses económicos del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero en el país caribeño, al tiempo que se congratuló de que la distinción de proyección global a Machado suponga el triunfo de «la verdad sobre la mentira».

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En su visita a Egipto, Sánchez coincidirá con Trump, quien el jueves advirtió que «quizá haya que echar a España de la OTAN», por negarse a cumplir el compromiso de elevar el gasto militar hasta el 5% del PIB. La amenaza del presidente de EE UU, dijo Feijóo a los periodistas, es «la respuesta a que España haya firmado una cosa por asentimiento y haya dicho lo contrario en la sala de prensa». Recordando así que, en la cumbre de la OTAN de junio, el jefe del Ejecutivo firmó el compromiso del 5% del gasto militar, y a continuación anunció que no tiene intención de cumplirlo.

El líder de la oposición también se manifestó sobre su fijación de posición en la guerra abierta en torno a la aborto entre Sánchez y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que también se marchó veloz porque tenía un compromiso. Justificó su salida no para poner pie en pared ante la amenaza de la líder madrileña de no cumplir con el mandato legal de crear un registro confidencial de médicos objetores a la interrupción voluntaria del embarazo –lo fue la interpretación extendida–, sino para contestar a un Sánchez al que advirtió de que él no se dejará enredar en esta polémica. «Estoy muy mayor», ironizó.

«El que no se consuela es porque no quiere», apostilló mordaz el titular de Transportes en su corrillo. Puente no tuvo reparos en responder sobre los escándalos de corrupción que afectan a su partido y, en concreto, sobre el trasiego de sobres con dinero en efectivo para José Luis Ábalos y Koldo García que revela el último informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. «Yo no estoy en la organización del partido, pero en el PSOE –aseguró– no hay dinero B». El exalcalde Valladolid reconoció que en los ministerios también se paga en efectivo. «El sistema es anticuado y absurdo –admitió–, pero es lo que hay».