Virginia Fernández
Un verano a la última ·
Trabaja en la estación de esquí desde los 18 años y ahora es jefa de explotación en la empresa que gestiona los remontes: «En verano la intensidad es menor que en invierno»Javier F. Barrera
Jueves, 14 de agosto 2025, 23:26
Virginia Fernández García es hija de la montaña. Es jefa en Cetursa, la empresa pública de la Junta de Andalucía que explota la estación de ... esquí de Sierra Nevada, en Granada. En concreto, es jefa del sector de explotación de los remontes desde hace tres años. En invierno va a tope. Ahora en verano, la intensidad es diferente, pero la responsabilidad es la misma. Los medios mecánicos que coordina suben a cientos de visitantes a los senderos que permiten el acceso a las cimas más altas de España, entre ellas, el Veleta y el Mulhacén.
– Nació en la Sierra, vive en la Sierra y trabaja en la Sierra... ¿Cómo lo lleva?
– Así es. Soy natural de Güéjar Sierra, en la provincia de Granada, bastante cerca de aquí, de la estación de esquí. Tengo 46 años, estudié Bachiller y con dieciocho años empecé a trabajar en Sierra Nevada, así que llevo 27 años en la estación de esquí. Pero no es lo que llevo lo que me importa, sino lo que me queda, que son casi unos veinte años más. Al final, voy a estar trabajando en la montaña casi cincuenta años. Medio siglo enterito. Pero no me quejo de mi trabajo. Tiene algo de privilegio. Sí. Así me siento, me encanta mi trabajo.
– Nacer en Güéjar Sierra, una localidad serrana, bajo la gran montaña, ¿imprime carácter?
– Todo el que nace en un pueblo de montaña tiene un carácter especial. Además, tengo los buenos genes de mis padres. Es complicado definirnos, pero sí puedo decir que somos gente muy trabajadora y respetuosa con el entorno natural. También somos amables. Nos gusta el trato con el público, que vengan a visitarnos.
– Al final, toda una vida en Sierra Nevada y media trabajando en ella..
– En diciembre hará 28 años que empecé a trabajar aquí. Y claro, estoy en esta montaña desde que nací. La siento como mía. Sí. Sierra Nevada es mi segunda casa.
– ¿Qué ha aprendido? ¿Qué le enseña desde un punto de vista personal y también profesional?
– Ciertamente, aquí he crecido a nivel personal y profesional porque cuando llegué era una niña de solo dieciocho añitos. Entonces, a nivel personal me ha creado un poco el carácter que tengo. Hay que pensar que justo era mayor de edad y llegué a este mundo de hombres, que así era hace casi treinta años. A nivel profesional, como disfruto trabajando, he aprendido todo lo que me han enseñado mis compañeros y mis superiores.
– ¿Cómo se llega a ser responsable de remontes? ¿Qué hay que hacer para asumir el cargo?
– Lo primero que tengo que decir es que mi antiguo jefe me enseñó a amar este trabajo, además de otras muchas cosas. Luego, durante todos estos años he dado siempre el cien por cien, independientemente del puesto o la responsabilidad que haya tenido que desempeñar. En consecuencia, me nombraron jefa de sector de explotación de los remontes hace tres años. Desde esta posición, me encargo de coordinar al personal que trabaja en los remontes y el funcionamiento de estos medios mecánicos. En invierno son 23 remontes y un centenar de trabajadores. Ahora en verano baja la intensidad y son dos y doce, respectivamente.
– ¿Se farda mucho con su trabajo?
– No, porque no me gusta decir ni mi trabajo ni mi puesto. Siempre digo que soy una más, lo que pasa es que me ha tocado organizar y la responsabilidad. Mis compañeros se burlan de mí a buenas diciéndome 'jefa' porque saben que me chincha.
– ¿Y se conoce a mucha gente o a personas interesantes, importantes?
– Se conoce a muchísima gente. Hay muchos clientes y muchos trabajadores. Cada uno con sus peculiaridades.
– ¿Qué tiene de duro su trabajo? ¿Los madrugones, la responsabilidad...?
– Lo más duro es la responsabilidad y tomar decisiones en momentos complicados. Por ejemplo, si se abren los remontes los días de viento o de ventisca. Tiene que haber un equilibrio entre poder abrir y que el cliente pueda disfrutar sin problemas.
– ¿Y de peligroso?
– Haces trabajos en altura, con hielo, con ventisca, con niebla. En invierno me muevo todo el día en moto por la nieve con temperaturas extremas. En verano es exactamente lo mismo, pero el nivel de intensidad es inferior.
– ¿Qué cree que le pasa por la cabeza a los usuarios de los remontes cuando en verano pueden acceder a las cumbres más altas de España?
– La gente cuando viene aquí y ve la temperatura, el aire puro, la paz y la tranquilidad se va muy contenta. Se sorprenden al descubrir Sierra Nevada en verano. No esperan encontrarse lo que se encuentran.
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