De la 'caza' de infidelidades a los niños que cuida la abuela
Las 'víctimas' han ido cambiado con el paso de los años
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Los detectives 'caza infidelidades' que tanta demanda tuvieron hace unas décadas ya no podrían vivir de ello. «Cuando el divorcio era delito y necesitabas ... acreditar que te engañaban para solicitar la separación trabajábamos bastante en esos casos. Pero hoy los conflictos de pareja que investigamos no son infidelidades, sino custodias y pensiones, osea, cuestiones económicas», explica el detective Agustín Ruíz. Y relata tres casuísticas frecuentes.
«Una pareja con dos hijos se había divorciado. Ella no trabajaba y el juez estableció una pensión alimenticia que al hombre, que ganaba un sueldo muy normalito, le costaba pagar. Él se entero de que su ex había empezado una nueva relación con una persona con posibilidades económicas y que gozaba de una situación financiera mucho más ventajosa que cuando se separaron. Puso una demanda de modificación de medidas y le redujeron la pensión a pagar».
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La custodia es, después de las pensiones alimenticias, el segundo motivo por el que las parejas separadas acuden a un detective. «En Ciudad Real a una mujer le retiraron la custodia cuando el padre pudo acreditar, por las pruebas que aportó el detective, que su ex mujer, que tenía la custodia de los dos niños de 3 y 5 años, se iba de fiesta y se llevaba a los pequeños, a los que dejaba durmiendo de madrugada dentro del coche».
Y cada vez es más habitual, apunta Agustín Ruiz, «que hombres pidan la custodia compartida para pagar menos pensión y que, en realidad, no puedan asumir las exigencias de esta custodia». Es el caso de un hombre de 40 años de Córdoba que tenía a cargo a los hijos una semana sí y otra no. «La mujer nos contrató y pudo demostrar lo que sospechaba, que su exmarido no se encargaba de cuidarles la semana que le tocaba, sino que los atendía la madre de él (la abuela). Incluso los fines de semana, que no trabajaba, salía de juerga y los niños seguían al cuidado de su abuela paterna».
«Hace mucho que no sé nada de mi 'ex'...»
Advierte Agustín Ruíz de que los detectives no tienen 'barra libre' –su actividad la regula la Ley de Seguridad Privada de 2014–. Y pone un caso típico, una consulta que de vez en cuando reciben... y rechazan. «Un padre lleva años enemistado con su hija y nos pide que la localicemos. Podemos dar con ella, pero lo que no podemos es decirle al padre dónde se encuentra la hija porque es mayor de edad. Deberíamos preguntarle a ella si quiere que su padre sepa de ella porque esa chica tiene derecho a la privacidad». Otro ejemplo: «Tuve un novio hace años y me gustaría saber de él». Pues tendrá que buscarlo por su cuenta porque para que un detective le facilite la localización el cliente deberá alegar «interés legítimo». Por ejemplo, que esa pareja se hubiera comprado un piso y que ella ahora necesite venderlo y tenga, por tanto, que localizar a la otra persona porque el piso es de ambos.
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