¿Qué necesito: un psiquiatra, un psicólogo o un psicoanalista?

A mucha gente ir al psiquiatra le da miedo porque tienen fama de 'empastillar'. «La frontera está clarísima: si hay un trastorno se precisa ayuda farmacológica. ¿Cómo saber si lo hay? Hay tres pilares a tener en cuenta: deben existir síntomas psicóticos, sufrimiento personal y de quienes le rodean y pérdida funcional (que no se pueda hacer una vida normal)», enumera Martín, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental. Son las tres líneas rojas.

«En ocasiones, el mismo médico de cabecera te puede orientar sobre si necesitas un psiquiatra o un psicólogo, que es más adecuado para quienes tienen un malestar y quieren mejorar su vida o resolver conflictos», apunta Martín. ¿Y la 'fobia' a tomar psicofármacos? «Los fármacos han demostrado su validez en ensayos clínicos», aclara. Aunque destaca este aval de la ciencia, también añade que en muchos procesos la química y la intervención psicológica paralela (o consecutiva) hacen buen equipo.

«Cuando una persona sufre, lo que necesita es a un profesional que lo ayude. Sin más. El sistema público no responde y quien puede busca ayuda casi de forma desesperada. Pero, a veces, te ves en la obligación de derivarles a otro compañero y eso les desconcierta: un psicólogo no es un profesional capaz de ayudar en todo el espectro de necesidades clínicas», subraya la psicóloga Valeria Sabater, quien aclara que no todos los psicólogos hacen terapia y que los que sí la ofrecen están 'abonados' a distintas corrientes. Hay todo un mundo. Y ese es uno de los 'problemas'.

En este sentido, Sabater aconseja precaución con los psicoterapeutas, profesionales con una especialización cursada en algún centro privado. «Muchos no tienen una licenciatura en el ámbito sanitario. Mientras psicólogos y psiquiatras están obligados a seguir unas normas estrictas y unos códigos deontológicos, hay personas que realizan intervenciones sin una formación clínica adecuada. Esto, en determinados ámbitos, puede ser un peligro».

Begoña Sánchez, psicóloga del hospital Vithas de Vitoria, considera que en muchas ocasiones el tratamiento farmacológico, que ofrece resultados rápidos y es la fuerza de choque ante un trastorno, debería compaginarse con intervención psicológica «para ir al fondo» de la cuestión, sobre todo en casos de depresión y ansiedad. «Debería ser un 'pack'. A medida que nos encontramos mejor con los fármacos, que sólo pueden ser prescritos por un psiquiatra, es buen momento para adquirir herramientas con el psicólogo que nos sirvan para cuando nos retiren la medicación», apunta Sánchez, quien añade que obtener buenos resultados con tratamiento psicológico «lleva su tiempo».

No tiene la inmediatez de las pastillas, no. Y la rapidez cuando se sufre es importante: desde luego, en este caso los psicoanalista no son lo adecuado: «Su trabajo va para largo, cuestión de años porque tratan de profundizar en la psique y en episodios pasados.Es una de las corrientes tradicionales de la psicología, antaño más usada por los psiquiatras que por los psicólogos, que son los que la suelen ejercer ahora como una especialidad más», explica. Sánchez desvela que los propios psicólogos tienen que psicoanalizarse antes de ejercer. ¿Y eso? «¡Para no transferir nuestros problemas!».

«Debemos analizar si lo que nos pasa tiene reflejo en el plano biológico (qué le pasa a nuestro cuerpo), en el pensamiento (qué nos decimos a nosotros mismos) y en la conducta (cómo funcionamos en el día a día) –aconseja Montserrat Lacalle, profesora asociada colaboradora de los estudios de Psicología y Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC)–. Para lo primero necesitamos un psiquiatra, los psicólogos, más en los otros dos casos».