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El británico Eddie Hall fue hasta 2017 el hombre más fuerte del mundo. Su gran récord consistió en levantar 500 kilos en peso muerto, es decir, elevando la barra y las pesas desde el suelo hasta sus rodillas. Es algo así como levantar un gran piano de cola o un toro de lidia. No fue el único límite que traspasó. En otros ejercicios como el press de banca –levantar un peso tumbado en un banco–, superó los 300 kilos. Es decir, fue capaz de alzar una moto Harley Davidson sin problemas.
Hall, apodado 'La bestia', se convirtió en una referencia en el deporte del levantamiento pesado, una práctica bautizada como 'weightlifting' o 'strongman', y llegó a ser una leyenda hasta que le desbancó un personaje más carismatico: Hafþór Júlíus Björnsson, llamado 'La montaña' por su papel en la serie Juego de Tronos y quien superó los récords del inglés. Ahora, la universidad de actividades deportivas de Loughborough ha difundido un estudio realizado con Eddie Hall, al que sometió a diversas pruebas para determinar cuáles son las características fisiológicas que le convirtieron en el hombre más fuerte del planeta.
La conclusión es interesante. Ya que, según los expertos de la universidad, las piernas demostraron ser la clave de su descomunal capacidad física. En concreto, tres músculos: el sartorio, el grácil y el semitendinoso. Una parte de la anatomía que también se llama pata de ganso y se encuentra detrás de la rodilla. El primero de ellos, el sartorio, une la cadera con la rodilla por la parte delantera del muslo y está considerado el músculo más largo del cuerpo. El grácil se extiende desde el pubis hasta la tibia y el semitendinoso, desde el glúteo hasta la rodilla.
Para determinar que estos son los músculos que marcan la diferencia de Eddie Hall con el resto de los mortales se le sometió a varias pruebas que ayudasen a entender dónde reside la verdadera capacidad para convertirse en un 'strongman'. Las más importantes fueron las resonancias magnéticas que se emplearon para estudiar todos sus músculos y establecer su tamaño de manera exacta. El segundo punto de control fue el salto con contramovimiento, que mide la potencia de las piernas al saltar. El tercer ejercicio fue un peso muerto isométrico, es decir, aplicando la fuerza que emplearía en ese tipo de ejercicio pero con una barra anclada y que no se puede desplazar. Los datos obtenidos del estudio de la anatomía de Hall se compararon luego con los de otros atletas –tanto de velocidad como de resistencia– y también de ciudadanos que no realizan deporte.
Los expertos de la universidad descubrieron que el ejercicio había hecho que los músculos de sus piernas fueran tres veces más grandes que los de las personas que no realizan actividad física. Pero lo que marcaba realmente la diferencia eran el sartorio y el resto de músculos citados, que ayudan a estabilizar la cadera y el fémur. Estos tres músculos se encuentran junto a los que se encargan de la denominada bisagra de cadera. Este movimiento sirve para inclinarse y bajar la cintura, pero los expertos creen que su función es cada vez más importante. En primer lugar, porque es el patrón que permite coordinar la parte inferior del cuerpo con la superior y por lo tanto ayuda a reclutar todos los músculos necesarios para realizar un ejercicio. La bisagra también refuerza el 'core', entendido como todos los músculos de la cintura y el abdomen, con lo que se convierte en una acción clave para tener una buena postura corporal. Las sentadillas, el peso muerto y el balanceo con pesas rusas mejoran esa pauta.
El estudio sobre el sistema musculoesquelético de Eddie Hall reveló que el cuádriceps, situado en la parte delantera del muslo y considerado el músculo más fuerte del cuerpo, no marcaba diferencias considerables con respecto a la anatomía de otros atletas. Aunque el tamaño de esta parte era el doble que en el caso de ciudadanos que no practicasen deporte, los expertos le dieron más importancia al sartorio a la hora de explicar las características únicas de Hall.
En cualquier caso, determinar la importancia del descubrimiento y sus implicaciones necesita todavía más estudios. Según el responsable de la investigación, el profesor de rendimiento neuromuscular Jonathan Folland, el análisis de la anatomía del superhombre revela que hay «músculos que han recibido muy poca atención científica, por lo que todavía no sabemos qué importancia tienen en diferentes patrones de movimiento del cuerpo». Según señaló a 'The Guardian', descubrir que el sartorio y los otros dos músculos estaban «realmente muy bien desarrollados en alguien que ha pasado décadas levantando y transportando cargas pesadas, y fue muy bueno ese área, resultó realmente interesante. Estos músculos son claramente más importantes para levantar y transportar cargas muy pesadas de lo que pensábamos anteriormente».
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