Acariciar un gato y otros 3 gestos que te dan un subidón natural
El otoño nos da cierto 'bajoncillo' anímico, pero lo podemos 'hackear'... ¡y sin mucho esfuerzo!
Julia Fernández
Miércoles, 8 de octubre 2025, 18:01
Qué bajón». Estos días lo habrás oído mucho en la calle. Llega el otoño y nos quedamos plof. ¿Será la vuelta a la rutina? ¿Que ... se acaba el terraceo? ¿El estrés del trabajo? Sí, es eso y algo más. Lo explica bien la psicóloga y doctora en Neurociencia Ana Asensio: «Este bajón otoñal tiene una base neurobiológica, ya que tenemos menos horas de luz solar que alteran nuestra secreción de serotonina y de melatonina, dos sustancias clave en la regulación del ánimo, el sueño y la energía vital». Eso junto a la mayor demanda externa acaba por no dejarnos espacio a nosotros mismos y nos desanimamos. Sin embargo, 'hackear' nuestras hormonas para que jueguen a nuestro favor es algo que está en nuestra mano. «Desde la neurociencia hablamos de neuroquímica relacionada con el bienestar, basada en neuroacciones», precisa la experta, autora del libro 'Neurofelicidad' (Penguin Random House). Son «pequeños gestos cotidianos que estimula de forma natural la química del bienestar». Vamos con algunos de ellos.
-
1
OxitocinaAcaricia a un gato
Si creías que esta moda de los cafés de gato era un cuento chino o que los dueños de felinos exageran cuando hablan de lo bien que les sienta tener uno, cambia el chip. «No es magia ni autoayuda vacía, sino bioquímica en acción. El cuerpo humano está diseñado para responder al entorno, y nuestros gestos, pensamientos y relaciones modifican la forma en que se activan los sistemas neuroquímicos», nos reconduce Asensio. Y acariciar un 'michi' está entre ellos. La responsable es la oxitocina, una hormona que liberada en nuestro torrente sanguíneo nos baja la tensión arterial y el ritmo cardiaco, nos induce a la relajación y hasta nos ayuda a termorregularnos.
La profesora de Neurociencia de la London South Bank University Laura Elin Pigott le llama la «hormona del amor» porque refuerza el vínculo con otras personas y también con los animales. Hay decenas de estudios que ahondan sobre esto: el último es de febrero de este mismo año, apunta la experta. Y bastaron solo 15 minutos de mimos al minino para que los participantes humanos y animales sintieran bienestar y las mediciones de oxitocina se disparasen. Así que si no tienes un gato cerca, busca uno de esos cafés después de un día estresante. ¿Que quieres llevarte a un colega? Vale, pero ojo con desahogarte con él y poner de vuelta y media a la oficina. Eso también libera oxitocina, pero de la «oscura», señala David JP Philips, autor de 'Las 6 hormonas que van a revolucionar tu vida'. Vamos, que tiene efecto rebote, como las dietas milagro. Así que mejor centraos en el gato.
-
2
Endorfinas'Dientes, dientes', como la Pantoja
Seguramente, conocerás a alguien que va por la vida con una sonrisa llueva, truene o granice. Y creerás que tiene más suerte que tú, que hoy estás hasta el moño de facturas y a punto de entrar en números rojos. Pues igual no es así (solo lo parece). El 'dientes, dientes' de la Pantoja ante los paparazzi cuando le salpicó la 'Operación Malaya' es una de las cosas que debemos hacer cada día para no hundirnos porque libera endorfinas, la hormona de la felicidad. Lo dice la ciencia: es la conclusión de un metaestudio que recopiló datos de 138 investigaciones en las que participaron 11.000 personas. Confesaron que se sintieron «genuinamente» más felices cuando sonrieron bien de manera «espontánea», bien a petición de los investigadores.
Pero si a ti este argumento no te convence y te sientes un poco pánfilo con solo ensayar ante el espejo, hay otro truquito para 'hackear' esta tristeza otoñal. Come picante. Sí, nos ayuda a segregar endorfinas para neutralizar el dolor y el ardor que nos genera la capsaicina en la boca... que acaba en algo parecido a una «euforia», según los expertos. «Si, además, lo haces en grupo o con música, la potencias», recomienda Asensio.
-
3
SerotoninaPonte al sol y queda con gente
Dice Philips en su libro que la serotonina es una «sensación de satisfacción y estabilidad» y que tiene mucho que ver con el estatus. No le falta razón: cuando uno siente que tiene todo y que, además, los que están alrededor le respetan, se siente pleno. Pero los humanos somos bastante inconformistas y siempre acabamos por darle una vuelta a todo. Poca gente habrá que se sienta así de forma 'natural'. Por eso hay que forzar un poco la situación. Vamos, creérselo. Mientras la dopamina la obtenemos «con cosas que conseguimos», la serotonina, según el 'coach' sueco, debe provenir «de lo que ya tienes». Y qué tenemos. Pues, por ejemplo, el sol cuando sale. Exponerse a él aumenta la producción de este neurotransmisor. Así que aprovecha cuando sale... y socializa. Porque sí, quedar con amigos es otro de esos gestos que da subidón. Aunque debe ser esa gente con la que te sientes bien. «No es solo lo que haces, sino con quién. Además de química, somos física», apoya Asensio.
-
4
DopaminaAcaba las tareas que tienes pendientes
En esta ecuación para lograr subirnos el ánimo no podemos olvidarnos de la dopamina, que ayuda a controlar los centros de recompensa y de placer del cerebro. Cuando se activa, aumenta nuestra energía y motivación. Está muy de moda y dicen que vivimos dopados, buscando chutes continuamente a través del móvil, de la comida basura... Sin embargo, nos dura menos que un suspiro. ¿Por qué? Philips lo explica:porque son acciones con premio instantáneo que como llega se va. Hay que ir a esos otros actos que nos generan ese bienestar de forma más lenta. Uno es acabar las tareas pendientes. Tachar de la lista las cosas que tenemos que hacer da más placer a largo plazo que arramplar con el chocolate de la nevera. También el sexo, el deporte, leer...
– ¿Estoy haciendo mal si me doy un homenaje tras un mal día de curro?
Ana Asensio: ¡Para nada! Pero esa recompensa es fugaz y desequilibra nuestro estado si se vuelve habitual. El reto está en reeducar al cerebro para disfrutar también de la 'dopamina paciente'.
¿Ya estás registrado/a? Inicia sesión