Cómo viajar con hijos adolescentes sin morir en el intento
Descubrimos las claves para que un viaje en familia no acabe en catástrofe
Julio Arrieta
Lunes, 21 de julio 2025, 18:01
Como decían los payasos de la tele en aquella canción infantil, aquella del auto de papá en el que nos íbamos a pasear, «viajar es ... un placer». Pero para muchos, hacerlo en familia deja de serlo cuando nuestros peques empiezan a crecer y se convierten en adolescentes. Es decir, peques adultos que tienden a pensar que son más adultos que peques. ¿Se puede viajar en familia así o hay que renunciar al empeño? La viajera Natalia Ovejero, con más de 300.000 seguidores en su cuenta de Instagram (@elmundo.en.mispies) y autora del blog 'El mundo en mis pies', está convencida de que sí se puede.
«Viajar te da la vida, te abre la mente y te hace ser mejor persona. Aprendes a valorar lo que tienes, a agradecer cada día lo que eres y a sentir que tu casa es el mundo», opina Natalia, que dedica un apartado de su libro 'Viajar en familia' (Libros Cúpula) a explicar cómo lanzarse al mundo con nuestros hijos adolescentes.
«Para cualquier padre o madre, enfrentarse a la etapa de la adolescencia equivale a hacer un doctorado o un máster después de una larguísima carrera de estudiante», comenta la autora. «Nuestros peques están dejando de serlo, se sienten maduros, mayores, y necesitan ser entendidos». Es una fase que no hay que tomarse como una penitencia. «No es una condena y te aseguro que viajar en familia será de gran ayuda para encontrar y fomentar ese equilibrio y esa estabilidad emocional compartidos».
Como bien sabemos, más que nada porque nosotros también fuimos adolescentes, «habrá muchos momentos en los que a vuestros hijos e hijas no les motive tanto la idea de salir en familia», porque durante esta fase «sus hormonas están revoloteando todo el rato, priorizan pasar más tiempo con los amigos y buscan disfrutar apartados. ¡No sufras!», aconseja Natalia. «Es normal, tú también lo hacías».
Una clave es la motivación. Para motivarlos a viajar en familia, escogeremos «destinos atractivos y acordes a sus intereses». Recurriremos a nuevos ganchos «para que ellos mismos se sientan partícipes». ¿De qué modo? Por ejemplo, pidiéndoles que participen en la elección del destino o que colaboren en la organización del viaje, «buscando actividades que les atraigan para una tarde de sábado o una escapada, buscando restaurantes que les apetezca probar...», sugiere la autora.
Unos consejos útiles
En su libro, Natalia ofrece una serie de «tips para un viaje genial» con adolescentes, entre los que figuran los siguientes.
Cuando ya sabemos a dónde vamos a ir, lo primero es involucrar a los adolescentes en la planificación» del viaje. «Pídeles que investiguen lo que se puede hacer en vuestro destino y que elijan algunas actividades para hacer en familia».
Hay que lograr que los chavales se sientan partícipes de la aventura al «montar vuestra guía de viaje: escuchad sus opiniones y propuestas e intentad que el itinerario y las visitas se adapten en lo posible a sus gustos y aficiones». Quizá, apunta la autora, sea una buena idea visitar un estadio de fútbol, o incluir un concierto entre las actividades del viaje. «Es muy importante alternar actividades culturales y de ocio» porque si «los sobrecargáis con visitas a museos, ruinas, edificios o galerías de arte, es posible que se agobien».
También es aconsejable «planificar algunas actividades al aire libre para que quemen su inagotable energía». Por ejemplo, un partidillo de fútbol en un parque, de vóley si se está en la playa o, ya puestos en este caso, «un concurso de esnórquel para ver quién encuentra más tipos de peces».
Y están las reglas. Son importantes y no hay que descuidarlas: «Debéis hablar sobre las reglas básicas del viaje. Horarios de comida, la hora de regreso al alojamiento, uso de tecnología, presupuesto para compras... Es una forma de evitar malos rollos y sorpresas.
Teniendo en cuenta el destino y la edad, «una buena opción es darles un poco de independencia. Les encantará tener unas horas libres para explorar la ciudad por su cuenta y podéis quedar más tarde en algún punto para comentar lo que habéis descubierto», puntualiza Natalia.
Conviene asegurarse de si hay wi-fi en los alojamientos. «Para ellos es básico seguir en contacto con su mundo» y hay que facilitar que puedan hablar con sus amistades, actualizar sus redes o escuchar su música».
Con los adolescentes también es fundamental saber «ser flexibles». Hay que hacerse a la idea de que habrá que ajustar los planes «según su estado de ánimo y energía». La adolescencia y los madrugones no casan bien. Habrá que tenerlo en cuenta y «pactar deberán hacer el esfuerzo de madrugar y qué días, en cambio, pueden levantarse más tarde».
Algunos destinos sugeridos
En su libro, Natalia Ovejero sugiere unas cuantas ideas para viajar con hijos adolescentes. «Una opción perfecta es ir a Toulouse», indica, para visitar la Cité de l'espace, un parque temático con planetarios y modelos a escala real del Ariane 5 o la estación espacial MIR. También sugiere viajar a Tenerife y visitar el Siam Park, «uno de los mejores parques acuáticos del mundo, inspirado en Tailandia». En Cataluña, recomienda ir al bosque de Sant Hilari Sacalm, con cabañas en los árboles como alojamiento.
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