Niños y pantallas, una relación compleja

María Angustias Salmerón es pediatra y coordinadora del grupo de salud digital del Comité de Promoción de la Salud de la Asociación Española de Pediatría (AEP): «La pediatría está preocupada desde hace años sobre el impacto de las pantallas en esta edad porque afecta a la salud, al neurodesarrollo, al desarrollo psicoafectivo y al aprendizaje Esta regla en concreto es de la Sociedad Francesa de Pediatría, pero cualquier mensaje que ayude a concienciar es bienvenido. Desde la AEP hemos creado una herramienta que mantendremos actualizada según la evidencia científica». Su propuesta se llama Plan Digital Familiar, y aporta recomendaciones según la edad del niño, además de posibilitar la creación de un programa donde concretar la relación de todos los miembros de la familia con la tecnología:

Limitar el uso digital a videollamadas con familiares y amigos, a lo sumo en tiempos cortos: cantar una canción, leer un cuento corto, saludar al niño... Reducir en la medida de lo posible las pantallas en esta edad, y en todo caso, que estén acompañados. Elegir contenidos sin cambios de imágenes rápidos y con una finalidad concreta. Y nunca usar las pantallas como 'chupete' emocional ante pataletas o rabietas.

Si damos un dispositivo digital a un niño de esta edad, incluso con la televisión, evitar que estén solos, no convertirlos en 'dispositivos cuidadores'. Repetir y explicar lo que ven o interactuar con las imágenes les ayuda a procesar la información. Dar ejemplo regulando también el uso que los adultos hacemos de los dispositivos. Elegir contenidos adecuados para la edad: la capacidad de atención a los 3 años fluctúa entre 6 y 9 minutos, y con 4 años como mucho llega a los 12, menos que la mayoría de programas de televisión o vídeos. En todo caso, que sean contenidos interactivos. Videoconferencias de pocos minutos. Usar el control parental en las pantallas.

La tecnología en sí misma no es buena ni mala, depende del uso que hagamos de ella. Es una etapa con cambios rápidos y profundos de nuestro hijos, así que debemos revisar con ellos de forma periódica el plan digital familiar, discutir con ellos las normas y tener en cuenta su opinión. Hablar de los riesgos, dialogar sobre el ciberacoso, la pornografía, el quedar con desconocidos, el envío o la recepción de imágenes con contenido sexual. La mayoría de los proveedores de redes sociales recomiendan no usarlas hasta los 14 años. Debemos preguntarnos si nuestro hijo está preparado y estar dispuestos a acompañarle de forma más exhaustiva y estar presentes y disponibles. Y seguir dando un buen ejemplo.

La AEP aconseja a los padres que hablen con sus hijos adolescentes sobre las experiencias y las decisiones que están tomando 'on line'. Los padres deben establecer los límites de sus hijos adolescentes e intervenir cuando sea necesario para ayudar a sus hijos a mantenerse seguros. Actualizar el plan conforme vayan cumpliendo años, pues en esta etapa se darán muchos y muy grandes cambios. Seguir hablando con ellos de los riesgos, como en la etapa anterior. Y continuar acompañándolos y aconsejándoles en su uso de las redes sociales.