Secciones
Servicios
Destacamos
Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
Opciones para compartir
A casa de Margari no se puede ir a la hora del programa 'Pasapalabra'. Esta viuda de 86 años no hace caso a nadie, incluso tuerce el gesto si aparece un familiar por muy cercano que sea. Pregunten en su entorno y verán que no es un caso aislado. La afición de las personas mayores a los concursos y, en especial, a los que ponen a prueba sus conocimientos es muy grande. Las razones las hemos preguntado en una pequeña encuesta en nuestro entorno y a expertos. Yse saca una conclusión: es muy saludable para su cerebro y sus emociones.
Entre todos, el de Pasabalabra es el programa que más ven las personas de la tercera edad. «Verlo me da tranquilidad, a esa hora justo antes de irme a dormir. Las noticias de los informativos son terribles, me alteran y las declaraciones de los políticos también me ponen nerviosa. Ytampoco me gustan los cotilleos, ¡a mí qué me importa la vida de los demás! Este concurso me da paz», argumenta Margari. Coincide con los gustos de la mayoría de personas mayores: prefieren los concursos de palabras y conocimientos y rechazan de plano magazines de crónica rosa, según muestra un estudio de la Universidad de Huelva. Más de la mitad de los espectadores de Pasapalabra son personas mayores de 64 años y suman ya más del 60% entre la audiencia de Saber y ganar, otro concurso que pone a prueba los conocimientos y agilidad mental a través de un bombardeo de preguntas de ámbito general.
Los concursos clásicos «son una fórmula de décadas pasadas que siguen funcionando en una franja de la audiencia adulta y entre las personas mayores», señala Juan Ignacio Pagola, profesor del grado de Comunicación Audiovisual de la Universidad de Deusto. «Este formato nació durante el siglo XX, en las primeras décadas de la televisión y hoy se mantiene gracias a aquellos espectadores que crecieron con él», detalla.
Es el caso de Ángeles, de 84 años, para la que Pasapalabra marca el momento en el que deja de hacer sus tareas en casa, sus «obligaciones», dice, y llega el momento del entretenimiento. Pero una distracción que consideran muy útil. «Para mí es un reto, como hacer crucigramas, ejercitamos la mente, medimos nuestros conocimientos, es cultura», comenta.
Están hechos a su medida. «Muchos de los espectadores, personas mayores, dicen que les entretiene porque ejercitan su memoria y aprenden sobre temas de conocimiento, pero de la forma que lo hacían antes», concreta el docente universitario.
Una de las claves de su éxito entre los mayores es que se trata de «un formato sencillo, ordenado, con turnos y normas claras», completa el psicólogo Ricardo Marín. Los programas «en los que hablan todos a la vez, gritan, se les hacen muy complicado de seguir». Este psicólogo resalta que, además, «llegan a crear un apego con los concursantes».
52% de la audiencia de Pasapalabra
son personas mayores de 64 años
Oír a Élida, de 90 años, hablar de algunos concursantes de Pasapalabra como los populares Orestes o Sofía es como si se refiriera a alguien de su familia. Conocen su vida, en qué trabajan, sus aficiones... Para Élida la hora del concurso también es sagrada y explica que le atrae «ver gente joven que sepa tanto, tan culta». Ya la vez, «vivir la emoción de saber quién gana».
En su fidelidad a este formato y sus protagonistas influye lo que representan. «Sintonizan con ese concursante culto que responde a unos valores que comparten los mayores, con una cultura de la palabra, frente a un mundo 'digital', de prisas, de inmediatez que ven que les invade y, en cierto modo, les arrincona», incide el psicólogo. Valora de forma muy positiva el 'ejercicio mental' que exige el concurso frente a las telenovelas, más 'pasivas' para su cerebro y de las que también suelen ser asiduos.
Estos programas, sin gritos ni estridencias, son «una buena compañía» para los mayores. «La televisión, como antes lo fue la radio, supone un instrumento de acompañamiento para las personas solas. Les hace olvidar, por un momento, otras preocupaciones y les evade en cierto modo», añade Pagola. Yes muy accesible. «La fórmula de la televisión es tan atractiva y fácil de enganchar que para estas generaciones sigue siendo el método más sencillo, barato y accesible (desde el sillón de casa) que les permite pasar horas, sobre todo del atardecer, pegados a ella».
El consumo de televisión ha quedado reducido a un público adulto, «de más de 40 años», con la franja de las personas mayores «entre sus principales seguidores. «El resto se ha ido a las redes sociales, y a la televisión por plataforma y a la carta», señala el docente de Deusto. Pocos jóvenes ven la tele 'en directo hoy en día. «Se ha producido una brecha digital, y ha quedado una franja de edad que ya no conecta con algunos de los contenidos y de los nuevos instrumentos de la tecnología y del entretenimiento. La mayoría de los contenidos audiovisuales en streaming están dirigidos a un público joven, por su dinamismo y los temas que abordan»
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.