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Ilustración: R. Parrado | vídeo: V. Carrasco

Cómo elegir un buen bastón

Más allá de la estética, existen modelos más adecuados que otros según las características y necesidades de cada uno

Domingo, 14 de febrero 2021

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Al hablar de bastones se nos viene instantáneamente a la mente la tercera edad, y no es de extrañar, este rango de población es el que más los utiliza hoy en día, pero no el único, pues los bastones no solo sirven para sostenernos en la vejez, sino también para otras circunstancias, como tras sufrir una lesión o para embellecer nuestro atuendo.

El instrumento ha acompañado al ser humano en su evolución. Los hombres primitivos, cazadores y recolectores, utilizaban las ramas de los árboles más resistentes, o los huesos de sus presas, como apoyo. Más tarde, muchas civilizaciones, como los egipcios, los romanos o los visigodos, les dieron distintos usos. Una de ellas, simbolizar el poder de su portador. De ahí la aparición a lo largo de la historia de bastones como: la vara de mando, cuyos cordones de colores denotan el rango de quien lo porta; el cetro (más corto); el bastón de mariscal, típico de poblaciones donde dicha dignidad militar existe, como Alemania e Inglaterra; o la makila, tradicional del País Vasco y que se entrega en la ceremonia de nombramiento del presidente del Gobierno Vasco, o Lehendakari, como símbolo de autoridad.

En la Edad Media comenzó a acompañar a los peregrinos en sus viajes; en el siglo XVI se convirtió en un signo de distinción para las clases altas, y en el XIX llegó a ser un complemento imprescindible a la hora de vestir, junto a la capa y el sombrero. También ha acompañado a lo largo del tiempo a los pastores, los músicos, los magos o los actores. ¿Quién se imagina a Charles Chaplin sin su bastón? Ha sido, además, un arma de defensa –en su interior se guardaban sables y navajas e incluso armas de fuego– y hasta ha servido de pastillero, paraguas y licorera; lo cual sorprende, teniendo en cuenta que, a simple vista, es un palo recto sin mayor complicación.

Todo ello ha dado lugar a la casi infinita cantidad de modelos que existen en la actualidad. El problema es que, ante la amplia variedad, es difícil decidirse. Los aspectos a tener en cuenta, a parte del gusto de cada uno, son los siguientes:

  1. Materiales

Históricamente, el material empleado en la fabricación de bastones ha sido la madera, que puede proceder de árboles tan diversos como el estaño, el ébano, el pino, la encina, el bambú o el olivo, entre muchos otros. Aunque son los más atractivos, también suelen ser algo más pesados que otros. Además, tienen el 'inconveniente' de que no se pueden regular, como los más modernos bastones de aluminio y los de fibra de carbono que, además de ser más ligeros, ocupan menos espacio.

«Al escoger un tipo de material u otro hay que tener en cuenta el peso de cada uno, pues cada modelo soporta una carga máxima. Por ejemplo, una persona que pese mucho no debería optar por un bastón de bambú, porque es una madera más endeble», señala Arturo Llerandi, gerente y sexta generación de la tienda y fábrica de bastones Casa de Diego, en Madrid, donde venden estos accesorios desde 1823.

  1. Empuñaduras o puños

Entre las empuñaduras es fácil perderse. Solo en esta fábrica cuentan con hasta 3.000 patrones distintos. Los modelos son: cayada (semicircular), muletilla (se adapta a la forma de la mano), gancho (similar al anterior pero con más forma de 7), de bola, milord (el puño no tiene ángulo, es recto) y con cabezas (de animales, músicos…). Las empuñaduras con formas anatómicas, como la muletilla o el gancho, son las más confortables y la mejor opción para personas que necesiten cargar mucho peso sobre el bastón.

  1. Altura

Cuando la altura del bastón es la correcta, los hombros están alineados. «Los artesanos hacemos bastones más largos de lo que precisa la media de la población y, una vez determinada la medida que necesita el cliente, lo cortamos y le colocamos la goma», cuenta Llerandi. Los bastones extensibles tienen la ventaja de que se pueden ajustar fácilmente según la altura de quien los utilice.

La mano con la que se coge el bastón es indiferente excepto si existe una lesión. «Si la pierna lesionada es la derecha, habrá que coger el bastón con la mano izquierda, y viceversa», agrega.

Cómo medir la altura del bastón

Demasiado corto

Demasiado corto

Cuando el bastón es demasiado corto, el hombro del brazo con el que lo sujetamos está más bajo que el contrario.

A la medida

A la medida

Cuando el bastón tiene la medida correcta respecto a nuestra altura, los hombros están alineados y no nos encorbamos o contraemos.

Demasiado largo

Demasiado largo

Cuando el bastón es demasiado alto, el hombro del brazo con el que lo sujetamos está más alto que el contrario.

  1. Uso que se le va a dar

La finalidad es importante y hay que tenerla en cuenta. Por ejemplo, los bastones con empuñadura milord, bola o con cabezas están especialmente pensados para embellecer nuestro vestuario, de ahí que estéticamente sean muy atractivos y llamativos. Para viajar se han puesto de moda los extensibles y plegables, porque son muy prácticos y ocupan poco espacio; y para andar por el campo o hacer el Camino de Santiago se suele optar por los de cayada y los juncos. «Los bastones de campo se vendieron mucho tras la borrasca filomena porque tienen la base de metal y se agarran muy bien al terreno», expresa el gerente. En su versión más moderna han aparecido los bastones de trekking. Los bastones-muleta aportan estabilidad y equilibrio extra porque tienen más de un apoyo, mientras que los bastones-paraguas son de lo más útiles para quienes viven en localidades muy lluviosas.

  1. Precio

Los precios de los bastones oscilan entre los 10 y los 1.000 euros. En Casa de Diego, por ejemplo, el más barato, que está hecho de caña, cuesta 15 euros y uno de los más caros, que es de plata, cincelado a mano, con madera de ébano, cuesta 1.000. «Todo depende de los materiales utilizados (la madera es más cara que el aluminio, por ejemplo) y el tiempo que se tarda en hacerlos. Eso sí, cuanto mejores son los materiales más dura el bastón», expresa el dueño.

Este accesorio también es una pieza de coleccionismo muy cotizada y algunos de ellos se subastan a precios muy elevados.

Bastones de Casa de Diego. Virginia Carrasco

Galería: Casa de Diego, una fábrica de bastones de seis generaciones

Ubicada en pleno dentro de Madrid, los dueños de este negocio llevan seis generaciones vendiendo todo tipo de accesorios, especialmente bastones, paraguas y abanicos. Con la pandemia, sus ventas han caído un 90%, teniendo en cuenta que, al estar ubicada en una zona céntrica, el 70% de estas procedían del turismo.

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