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El asalto a la joyeríaClaudia este miércoles, perpetrado por cinco encapuchados armados con cuchillos en el Centro Comercial El Mirador, ha encendido todas las alarmas entre el personal de seguridad. A las denuncias por la violencia del robo, se suma ahora la voz de los vigilantes, que claman por la falta de medios y el riesgo al que están expuestos a diario.
El atraco ocurrido este miércoles sobre las 21:30 horas, continúa generando preocupación entre los trabajadores del Centro Comercial El Mirador. Un grupo de cinco individuos encapuchados irrumpió en la joyería Claudia con armas blancas, rompió vitrinas y huyó con un botín de joyas tras amenazar a una empleada, que acabó sufriendo una crisis de ansiedad.
Uno de los vigilantes de seguridad, que prefiere mantenerse en el anonimato, ha denunciado a Teldeactualidad la grave precariedad en la que desempeñan su trabajo. «Fue un atraco en toda regla. Gracias a Dios no me tocó estar allí ese día, pero el sábado y el domingo me toca trabajar y estoy en tensión por este tema, que es de vital importancia», afirma.
El trabajador asegura que no cuentan con chalecos anticorte y que la cantidad de efectivos por turno es claramente insuficiente. «Somos muy pocos para tantos metros cuadrados. Una persona que está en la zona norte no puede llegar a tiempo a la zona sur. Las joyerías están cerca de las salidas. No da tiempo de hacer nada», lamenta.
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La situación ha empeorado tras el asalto. El vigilante ha sido llamado para cubrir el turno del compañero que fue agredido durante el robo. «Libraba estos días, pero ya me temía que me iba a tocar ir. No me equivoqué. Me acaban de llamar. Ahora estoy más en tensión todavía», comenta con resignación.
Además, denuncia que les asignan tareas ajenas a la seguridad, como revisar luces o chorros de agua, lo cual resta tiempo a su labor principal de vigilancia. «Somos vigilantes, no personal de mantenimiento», protesta.
El profesional reclama un cambio urgente en las condiciones laborales del sector y una revisión de las leyes que regulan la seguridad privada. «Estamos solos, sin recursos. Que no nos sigan cargando con más funciones que no nos corresponden. Nosotros somos los que estamos ahí al 200% para que todo funcione», concluye.
La Policía Nacional mantiene abierta la investigación y analiza las grabaciones de seguridad para identificar a los autores, que huyeron en un Audi Q2 blanco.
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