«Te estaremos eternamente agradecidas», dicen las hijas
Las hijas de Antonio Quesada y Ana María Artiles, junto a una de sus nietas, acudieron en la tarde de ayer hasta la casa de Carlos Díaz, el cazador cuyos perros encontraron los huesos el domingo, para conocer a los autores del hallazgo y darles las gracias en persona.
Ni el miedo de una de las hijas a los perros evitó que cada una de las cuatro descendientes del matrimonio de Guanarteme desaparecido el 6 de marzo de 2012 acariciase e incluso le diese un beso a la perra de caza que dio con los restos de Antonio Quesada y Ana María Artiles el pasado domingo en una zona escarpada cercana a la carretera entre Temisas y Agüimes.
Ayer acudieron a la casa de su dueño, Carlos Díaz, para mostrarles a él y a la perra su enorme gratitud. «Te como a besos. Te estaremos eternamente agradecidas», afirma María del Carmen mientras la acaricia. Loli se atrevió a abrazarla y besarla. Muestras de gratitud y cariño hacia Canaria, la perra de caza protagonista del hallazgo. Incluso obsequiaron a la perra con unas galletas caninas y un hueso. Unas gracias que ya habían dado públicamente en el minuto de silencio convocado por los vecinos en la plaza del Pilar. Ayer, lo hacían mirando a los ojos a Carlos y a su perra. El dolor del momento que están viviendo desde el pasado domingo dio paso a momentos más emotivos en los que las sonrisas se abrían paso. Lejos de la cámara de fotos y en la intimidad de la vivienda, las hijas pudieron conocer de primera mano cómo fue el hallazgo de los restos óseos.
