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Los acusados del caso Ardines, sentados detrás de sus abogados ante el tribunal que los juzga. Alex Piña
El caso de Rocío Wannninkhof se cuela en el juicio de Ardines

El caso de Rocío Wannninkhof se cuela en el juicio de Ardines

La fiscal concluye solicitando la jurado «la condena de los cuatro acusado porque sé que son culpables de un delito de asesinato»

OLGA ESTEBAN

Jueves, 25 de noviembre 2021, 18:57

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De Rocío Wanninkhof y Dolores Vázquez se ha hablado este jueves en esta nueva sesión del juicio por el crimen de Javier Ardines en el verano de 2018. De aquel caso y del «error estrepitoso» de la UCO, la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, la misma unidad que ha investigado el crimen de Ardines. Ha traído aquel suceso a la sala Francisco Javier Beramendi, abogado de Pedro Nieva en su presentación de conclusiones ante el jurado. Y lo ha hecho para justificar que «no estoy atacando a la Guardia Civil, sino cuestionando una investigación concreta» y porque «hay cosas que se hicieron mal y hay que decirlo». Durante el juicio se han puesto de manifiesto los éxitos de la UCO y Beramendi ha querido hablar de los «fracasos», como la condena a Dolores Vázquez.

Porque condenar a Pedro Nieva sería «condenar a un inocente», asegura, y porque esta vez, como aquella, el posible error se debería al «celo de la investigación», a que «el investigador se ha encelado con una hipótesis y de ahí no sale».

La cuestión es, según el letrado, que la Guardia Civil puso en el punto de mira a Nieva desde el primer momento, desde aquel 16 de agosto de 2018 en que un agente preguntó ya a la mujer de Nieva si su marido era celoso. Dice Beramendi que el resto de vías no se investigaron. «Dicen que las pruebas lelvaron a la conclusión. No. Fijaron primero la hipótesis: que Pedro tenía que ver con la muerte de Ardindes». Y siguiendo esa línea argumental, Beramendi ha puesto en duda algunas de las actuaciones de los agentes, algunas de sus afirmaciones durante el juicio y ha calificado de «conjeturas» lo que la Fiscalía y la acusación particular tienen claro que son «pruebas» que incriminan a los cuatro acusados.

Análisis de la fiscal

Mientras Beramendi detallaba sus argumentos la fiscal, Belén Rico, negaba con la cabeza. Ya había advertido al jurado que ella no tendría posibilidad de réplica y había tratado de adelantarse a los argumentos de las defensas. Rico ha sido la primera en intervenir. Durante más de una hora ha desgranado la investigación, cómo se llegó a cada uno de los implicados y cuáles son las «pruebas indirectas o indiciarias» que, a su juicio, existen. Es más, contra los dos presuntos autores materiales, Maamar Kelii y Djillali Benatia, ha asegurado que existen «seis indicios, cuando el Tribunal Supremo «solo exige uno muy grande o dos». Una de las cuestiones en las que se basa es en la declaración que Djillali realizó ante la jueza de Llanes, inculpándose y explicando cómo se había organiado el crimen y quiénes estaban implicados. Una y otra vez ha hechos Rico referencia a aquella declaración, de la que luego el acusado se ha retractado y ha achacado a presiones de la Guardia Civil que la fiscal ha negado de forma tajante.

Ha hablado también de los «celos» de Pedro Nieva y el control que ejercía sobre su mujer desde que tuviera constancia de su infidelidad. De su interés por el material de videovigilancia. De la baliza que supuestamente le instaló en el vehículo. Del papel de Jesús Muguruza, del contacto con Benatia y Kelii. Del viaje del 27 de julio para conocer el lugar del crimen. Del intento fallido del 1 de agosto. Y de cómo ocurrieron los hechos en aquellas priemras horas de la mañana del 16 de agosto de 2018. Para la Fiscalía, todos y cada uno de estos pasos están probados por los indicios o por la investigación de la Guardia Civil.

La Fiscalía mantiene, además, que se trata de un asesinato y no un homicicio porque, a su juicio, concurren las circunstancias de precio (supuestamente Kelii y Benatia cobraron por dar muerte a Ardines) y de alevosía, demostrada según Rico por la emboscada. La fiscal ha asegurado que la única defensa de los acusados es «sembrar dudas» y «echar por tierra» el trabajo de la Guardia Civil y ha finalizado su exposición dejando clara su postura ante el jurado: «Les solicito epxresamente la condena de los cuatro porque sé que son culpables de un delito de asesinato. Les pido que recuerden a la víctima, les pido justicia para la víctima y su familia. Y sentido común y sumar».

«Justicia no es dar satisfacción a la viuda del fallecido. Justicia es lo que ustesdes decidan, esa será la verdad y la tendremos que asumir», ha contestado Francisco Javier Beramendi en su turno. Y la «verdad judicial», ha defendido con vehemencia, es que «no les han presentado pruebas, sino conjeturas». Dice el letrado que hay que evitar que «un inocente sea condenado» y que «solo se puede dictar veredicto de culpabilidad si hay certeza plena de la culpabilidad».

La grabación

Uno de los principales argumentos para poner en duda las conclusiones de la Fiscalía y de la acusación particular es precisamente que Nieva decidiera enviar aquel 5 de agosto la grabación que tenía de Ardines y Katia a la mujer y la hija de éste. «Quien supuestamente había sido tan cuidadoso organizando un plan, el día 5 pone todos los focos sobre él mismo, para que todos sepan que es él el que está tan cabreado con Ardines. Quien supuestamente tuvo tanta sangre fría dice 'si buscan un sospechoso, soy yo».

El abogado de Nieva ha puesto en duda la falta de investigación sobre el hallazgdo de ADN de A. en el lugar del crimen aun teniendo un «informe demoledor» al respecto. Como ha puesto en duda que no se invesigaran el resto de puntos de conflicto que Ardines tenía en el pueblo, con vecinos y con empleados municipales. Incluso otros conflictos relacionados también con su vida sentimental. Cree Beramendi que no hay indicios claros que demuestren que los móviles de los acusados estaban donde los informes de la Guardia Civil indican en los momentos clave, que tampoco se demostró que el spray hallado en el domicilio de Djillali fuera el mismo que se había usado en el crimen y que fallan datos sobre el supuesto viaje de vuelta al País Vasco tras cometer el crimen. También ha puesto en duda el libro de custodia de los calabozos, la última toma de declaración a Katia e incluso que Ardines fuera atacado por la espalda. Su conclusión, por tanto, es clara y ha defendido un veredicto de no culpabilidad.

Durante la sesión también ha intervenido quien ejerce la acusación particular, Antonio Pineda, quien considera que «queda absolutamente probado y acreditado el papel de cada uno de los acusados. Pedro Nieva fue quien ideó el asesinato. Muguruza es la persona encargada de contratar a los sicarios y Benatia y Kelii han ejecutado el plan, terminando con su vida».

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