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El pub La Florida -ubicado en el barrio de Vegueta y que saltó a los medios por unas imágenes en las que se mostraban a decenas de personas bebiendo en su exterior- incumplía gravemente la normativa Covid al albergar en su interior a más de 200 personas sin mascarillas, sin distancia y bailando, además de que quebrantaron el horario de cierre. Los agentes identificaron incluso a, al menos, cinco menores de edad en este local de la calle de La Pelota. Por su parte, la propietaria de este negocio, Carolina Palacios, negó estos datos en el programa de televisión Buenas Tardes Canarias y declaró que «las actas de la policía no son ciertas y carecen de veracidad de forma absoluta».
Según fuentes municipales y numerosos testigos, los agentes llevaron a cabo dos actuaciones la noche del viernes y la del sábado. En la primera de ellas, detectaron al cumplirse el horario de cierre obligatorio a las doce de la noche, que en su interior había más de 200 personas que tuvieron que ser desalojadas en un pub que tiene como un aforo máximo de cerca de 90 sin normativa covid, es decir, que en el nivel 4 que hay en la actualidad se rebajaría el mismo un 33%. Dichas fuentes detallan que el informe oficial describe que estos clientes estaban en el local sin las mascarillas obligatorias, bailando y sin distancia de seguridad.
Pero esto no fue todo, el mismo documento y testigos detallan que los agentes fueron requeridos de nuevo en la calle de La Pelota por supuestos ruidos de nuevo en La Florida sobre las dos de la madrugada. Al llegar al local tocaron en la puerta pero nadie les abrió. Pasados los minutos una persona salió a la calle y fue en ese momento cuando los agentes entraron y descubrieron a casi 70 personas dentro, por lo que procedieron a levantar una nueva acta por incumplimiento del horario, ruidos, las medidas Covid y entorpecer la labor policial.
La historia se volvió a repetir el sábado, cuando nuevamente un equipo de la Policía Local acudió a Vegueta para velar por el respeto de las normativas en fase 4. Al pasar por La Florida volvieron a encontrarse con un panorama similar al de la noche anterior, con más de 200 personas dentro saltándose las prohibiciones e, incluso, con la agravante de que los agentes identificaron a cinco menores de edad en el interior de local, que fue nuevamente desalojado en contra de lo manifestado por su propietaria en la Televisión Canaria, que afirmó que todo esto era falso y que «no nos saltamos las normas, al revés, son ellos los que lo hacen con esa intimidación y prevaricación que cometen», refiriéndose a los agentes de la autoridad.
Los policías levantaron una nueva acta contra este pub que tiene licencia de bar y que en los últimos meses, según el Consistorio capitalino, acumula más de una quincena de denuncias policiales.
La propietaria de La Florida, Carolina Palacios, no tuvo reparos este lunes en el programa de televisión Buenas Tardes Canarias (BTC), de acusar a la Policía Local de mentir en las actas levantadas por incumplimiento de las medidas Covid y la normativa que rige la actividad de los locales de ocio nocturno: «Las actas de la policía no son ciertas y carecen de veracidad», manifestó.
Palacios sorprendió al negar en directo todos los incuplimientos que, según los agentes de la autoridad, habían cometido en su negocio durante el fin de semana pasado y que fueron incluso ratificados por los vecinos de la calle de La Pelota: «Aquí siempre tenemos especial precaución con las medidas anti Covid y mucho cuidado tanto con la gente, como con los clientes. No se ha producido ningún desalojo en nuestro local y, desafortunadamente, tenemos todos los días a la policía cerca desde el jueves hasta el sábado. Aquí no ha habido ningún desalojo, cumplimos las normas, tenemos permisos, hojas de reclamaciones, está todo legal. Hay insistencia en que no haya locales de ocio nocturno en esta zona y por eso nos están declarando la guerra y esta persecución, intimidación y coacción. Siempre mantenemos el horario de apertura y cierre que está establecido», comentó.
Además, añadió que habían «cerrado a las doce como establece la norma y un minuto después, la policía vino a la puerta de mi local y vieron que no nos saltamos las normas, al revés, son ellos los que lo hacen con esa intimidación y prevaricación que cometen», acusó.
Por último, manifestó que «es una calle libre y la gente se quedó allí. No estoy de acuerdo con las fases, pero la gente hace botellón en la calle como es normal. Me pusieron dos furgones en la puerta y si hubiese un incendio o algo en mi local, se convierte eso en una batalla. Si dicen que mi local lo han desalojado, que me enseñen esas pruebas. Si la gente está en la calle bebiendo, es problema de la policía, no mío. Están dando a entender que hay un delito que no he cometido. Las actas de la policía no son ciertas y carecen de veracidad de forma absoluta», finalizó para sorpresa de los vecinos que denunciaron los hechos e, incluso, los agentes que actuaron en el cumplimiento de su deber y de las normas existentes en esta fase 4.
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