Pedro y Teodora llevaban varios días muertos en su casa
A la espera del informe del Instituto de Medicina Legal, los cuerpos no presentaban signos de violencia provocada por un tercero
Incredulidad, tristeza y asombro mostraban este jueves los vecinos del matrimonio fallecido en el Edificio 29 de la calle Guillermo Santana Rivero del barrio capitalino de La Feria, Pedro y Teodora.
La presencia de la Policía, Bomberos y ambulancias provocó la alerta del vecindario y muchas incógnitas surgieron de entrada, hasta que se supo que habían encontrado sin vida en el octavo piso a un matrimonio de jubilados, que llevaban muchos años residiendo allí.
Bernardo Avero, vecino del edificio, destacó «lo tranquilo que eran los dos. Eran muy buenos vecinos. Creo que ella tenía una enfermedad congénita y ambos salían a caminar de vez en cuando. Él salía más a darse sus vueltitas y últimamente lo echábamos de menos, e incluso nos preguntamos dónde estaría. Más allá me dijo que padecía del corazón y por eso caminaba para hacer ejercicio. Eran tranquilos, gente de campo que desde hace muchos años se trasladaron a la ciudad».
Desde hace unos días no se sabía nada de ellos y entre los vecinos se habían preguntado por su paradero. «Algún vecino les tocó la puerta estos días pero no abrían. Al parecer se habían dejado una luz encendida y esto era extraño porque les habían tocado la puerta y no abrían. Otro vecino de su piso dijo que olía mal y se decidió finalmente llamar a la Policía y tristemente confirmar que ambos habían fallecido. Ha sido un palo para todos», relataba.
Según los primeros indicios, al parecer una muerte se produjo de forma natural y la otra voluntaria, pero sin ningún síntoma de violencia.
El barrio recuperó por la tarde la habitual normalidad tras unas horas convulsas. Los vecinos seguían preguntando, porque la mayoría del barrio no se había enterado de la noticia. El matrimonio fallecido rondaba los 80 años, según el testimonio de Bernardo Avero.
La Policía Nacional fue la que halló los cuerpos de los dos jubilados en el interior de su domicilio, unas muertes que aún se están investigando y de las que de momento se desconocen las causas, si bien no hay signos de violencia. Tras el levantamiento de los cadáveres, los cuerpos fueron trasladados al Instituto de Medicina Legal, cuyo informe será determinante para conocer las causas del fallecimiento.
Fuentes policiales aseguraron a la agencia de noticias Efe que aunque todavía se estabanllevando a cabo averiguaciones por parte del departamento de homicidios y de la policía científica, todo parece apuntar a que se podría tratar de una muerte natural y otra voluntaria, y que se estaba trabajando en confirmarlo.
En todo caso, el examen de los agentes en el domicilio fue minucioso, en busca de pistas de lo que pudo suceder de puertas adentro. Asimismo, se trazó el historial de los fallecidos y comenzó la búsqueda de testimonios de familiares y conocidos, así como de los vecinos de la vivienda.
Según vanzó Televisión Canaria, los vecinos de la zona dieron la voz de alarma a la policía tras detectar la ausencia del matrimonio y, más adelante, por el fuerte olor que se desprendía desde el interior de la vivienda.
No es la primera vez que en la capital grancanaria se produce una circunstancia parecida, con personas de avanzada edad que fallecen en sus hogares y pasan varios días hasta que se tiene constancia de su muerte. Tampoco es la primera vez que ocurre que en una pareja fallece uno de los dos y acto seguido muere el otro, ya sea de muerte natural o provocada.
