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En recuerdo a Ignacio Ávila Monroy

En recuerdo a Ignacio Ávila Monroy

Óliver Ávila Felipe / Las Palmas de Gran Canaria

Miércoles, 5 de agosto 2020, 18:49

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Mi Padre,

Ignacio Ávila Monroy, fue siempre un hombre de valores tradicionales: Trabajo, Honradez, Generosidad, Familia, Valor y Amistad.

Repartía generosidad y amistad a quien él consideraba que lo necesitaba, y por ello, era muy apreciado entre sus amistades y conocidos. Si podía ayudarte a resolver un problema, allí estaba él.

Inculcó a sus hijos, junto con su esposa Carmen, el valor y la responsabilidad en el trabajo.

Para él, su barrio y sus amigos eran importantes, por eso siempre estuvo ahí para cuando lo necesitaban.

La amistad la conoció, primero que nada, en su barrio natal de Vegueta, de la calle Hernán Pérez, de la Plaza Santo Domingo, de la mano de sus amigos de Vegueta, de los que tanto hablaba y contaba anécdotas a sus hijos.

Casado y con tres hijos, vivió momentos muy felices en su otro barrio, Playa Chica, en la Playa de Las Canteras. Le encantaba pescar, darse sus baños y sus nadadas hasta La Barra. El buceo o margullar, como él decía, fue otra de sus aficiones. Hombre muy respetado en esa zona, involucrado con el barrio y con la asociación de vecinos, que retomó y presidió durante un tiempo, hasta que su enfermedad se lo impidió. Se paseaba por el paseo y siempre se escuchaba a algún conocido que le decía “Adiós D. Ignacio...”

Noble de corazón y fuerte como un presa canario, podías confiar en él, siempre te escuchaba y te daba su opinión. Era un hombre de palabra. Orgulloso de su familia, siempre estuvo al lado del más débil, del que lo necesitaba. Hacía lo correcto y sembró amistad por donde quiera que fuese. Era una persona muy detallista y le encantaba dar las gracias a aquellos que lo trataban bien y con respeto. Muy apreciado entre sus conocidos y amistades.

Son tantas las cosas que os podría contar de mi padre que no terminaría. En su nombre y en el de mi familia, os regalo estas palabras que he arrancado de mi corazón para que sepáis que su espíritu sigue aquí presente, y que perdurará en el tiempo, a través de nosotros y de sus amistades.

Por eso, por haber venido hoy a recordarlo, les doy las gracias.

Por mi padre, por Ignacio.......

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