Conmoción por el crimen en Firgas: «El pueblo se ha quedado hecho polvo»
La Guardia Civil ha detenido a dos personas por el presunto homicidio de Juan Carlos Simón: la nieta de la víctima, de 19 años, quien ha confesado ser la autora material del apuñalamiento, y su pareja
La calle que asciende hacia la zona conocida como El Risco, en Firgas, no es un lugar de paso. Hay pocas viviendas, bastante separadas entre sí y apenas se escucha más que el viento o alguna radio encendida en el interior de las casas. Esta mañana de miércoles, sin embargo, el silencio tenía otro peso. El aire solo transportaba el murmullo de los vecinos, que comentaban lo ocurrido desde el casco histórico sin atreverse a subir hasta la casa donde fue hallado sin vida Juan Carlos Simón, de 57 años, presuntamente asesinado por su nieta en la noche del lunes.
La vivienda, una casa de dos plantas, permanece cerrada. La víctima vivía arriba, solo, y su hermana en la planta baja. Fue ella quien lo encontró la mañana del martes, tras acudir alarmada al no recibir respuesta. La escena del crimen fue descubierta horas después de los hechos, que presuntamente ocurrieron la noche anterior, durante la celebración del santo del propio Juan Carlos: San Juan.
Fue el mismo martes cuando La Guardia Civil detuvo por el presunto homicidio a la nieta de la víctima, de 19 años, que ha confesado ser la autora material del apuñalamiento, junto a su pareja, según apuntan fuentes judiciales. Víctor, vecino de Firgas que justo llegaba ese día desde Fuerteventura, fue testigo de la escena: «Los detuvieron por la estación de guaguas. Nadie conoce al chico que estaba con ella y que también fue detenido. Supongo que no es de aquí».
No obstante, este miércoles no había uniformes de policía ni forenses en la zona, pero sí vecinos que aún se cruzan con incredulidad. «Esto nos ha dejado destrozados», admite Roque, que vive justo enfrente. «Era buena gente. Muy querido. No se escuchó nada esa noche. No me enteré de nada».
La nieta del fallecido llegó de Lanzarote la semana pasada para quedarse un tiempo con él, según relatan los vecinos. «La trajo a la cafetería donde nos reunimos normalmente, nos la presentó diciendo: 'Esta es la nieta de mis ojos, que viene a verme'», recuerda Juan, un conocido de Juan Carlos que coincidía con él casi a diario.
En el municipio la noticia ha caído como un jarro de agua fría. Firgas es un lugar donde, tal y como apuntan los residentes, «raramente ocurre algo así». «El lunes fue una locura. Habían policías por todos lados. Y el domingo yo estuve con él tomando algo, no me lo puedo creer. El pueblo está hecho polvo», confiesa Jaime, aún asombrado por la noticia. Y añade, casi como si recordara una anécdota que ahora cobra sentido: «Siempre decía que había sido uno de los abuelos más jóvenes de España. Y puede que tuviera razón. Tenía solo 57 años, su hija ronda los 40 y la nieta tiene 19».
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Poco se sabe de la familia de Juan Carlos, más allá de que tenía más de un hijo o hija. Una de ellas, madre de la joven detenida, vive en Lanzarote. Del resto, apenas se habla o conoce.
Ayer, en una cafetería a las puertas de Firgas, las conversaciones giraban en torno a lo mismo. Nadie logra comprender qué ocurrió exactamente en esa alejada casa. Algunos susurran que podría haber un trasfondo de drogas, aunque no haya una confirmación oficial. Otros simplemente optan por el silencio. El mismo que inunda El Risco, justo donde habita la casa de Juan Carlos y su hermana en esa mañana, apenas interrumpido por la voz de una mujer que pasa por allí y se detiene unos segundos frente a la casa cerrada: «Aquí fue donde pasó todo».
