

Secciones
Servicios
Destacamos
CANARIAS7
Las Palmas de Gran Canaria.
Martes, 21 de noviembre 2023, 01:00
La violencia de género es una lacra social que puede afectar a todas las mujeres; sin embargo, existen condicionantes que pueden alargar el proceso y dificultar aún más la situación de las víctimas. Uno de ellos es el desempleo, una circunstancia que desprovee a las mujeres de recursos económicos e independencia, experimentando además una merma de su círculo social y autoestima.
Los resultados del informe Violencia de género y empleo, elaborado por el Observatorio de la Vulnerabilidad de la Fundación Adecco, con la colaboración de 27 empresas arrojan una impactante cifra: la violencia de género aleja del empleo a casi ocho de cada diez mujeres en Canarias. Así, y preguntadas por su situación y expectativas laborales en el momento de sufrir la violencia, el 78,9% responde que dicha violencia mermó sus oportunidades laborales, ya sea porque querían buscar empleo, pero no se sentían con la seguridad y/o confianza suficientes (65% de los casos) o porque, teniendo trabajo, se vieron forzadas a dejarlo por la presión ejercida por su pareja (35%), señala la fundación en una nota de prensa. En el primer caso, es significativo cómo la violencia de género puede erosionar la autoestima de una mujer, haciéndola sentir incapaz o no cualificada para el mundo laboral. En el segundo caso, las mujeres encuestadas afirman que su agresor ejerció un severo control sobre ellas, a través de amenazas, manipulaciones e incluso violencia física, forzándolas a dejar su trabajo, con el resultado de un mayor aislamiento social de la víctima y un refuerzo de la posición de poder de la persona agresora.
Inseguridad Entre los principales obstáculos que encuentran para encontrar trabajo las víctimas de violencia machista destacan la falta de seguridad en la inseguridad y la autoestima (63%).
Trabajo informal Un 57,1% de las víctimas se plantea trabajar de forma irregular y en general las mujeres que sufren violencia de género expresan dificultad para llegar a fin de mes.
Estigma La condición de víctima de violencia de género se asocia a determinados rasgos de la personalidad.
Las mujeres que han participado en esta encuesta en Canarias están superando hoy un difícil proceso de violencia de género y buscan un empleo para reconducir sus vidas. Sin embargo, no está resultando tarea sencilla, ya que el 68% lleva más de un año en situación de desempleo. Entre los principales obstáculos o barreras que encuentran en este camino, destacan la inseguridad y la autoestima (63%), el temor a ser localizadas por la persona agresora en el puesto de trabajo (45%), la incompatibilidad de horarios para hacer frente a sus responsabilidades familiares (22%), la ausencia de medios digitales para buscar trabajo (12%) y el desconocimiento a la hora de definir una estrategia de búsqueda de empleo (8%).
En este proceso, «resulta fundamental diseñar un itinerario de empleo personalizado, incidiendo en la formación en los sectores emergentes y en el apoyo psicológico para su recuperación emocional. Asimismo, la sensibilización y la flexibilidad laboral son claves para que las mujeres víctimas puedan desarrollar una carrera profesional con garantías», destaca Begoña Bravo, responsable del plan de inclusión de la Fundación Adecco.
El desempleo de larga duración acompaña a más de la mitad de las mujeres víctimas en búsqueda activa de trabajo. Esta situación las expone de forma más acusada a la pobreza y al riesgo de exclusión, como así arrojan las cifras del presente análisis.
En concreto, la totalidad de las mujeres en Canarias manifiesta algún grado de dificultad para llegar a fin de mes y un 57,1% se plantea trabajar de forma irregular, sin estar dada de alta en la Seguridad Social, debido a la urgencia de ingresos para cubrir gastos esenciales.
«Muchas mujeres víctimas de la violencia de género afrontan barreras significativas para acceder a empleos formales debido a la falta de contactos, experiencia o habilidades para conectar con el actual mercado de trabajo. Además, en algunos casos, pueden no ser plenamente conscientes de sus derechos laborales o de las implicaciones de trabajar de forma irregular. Por todo ello, es prioritario acompañar, asesorar y apoyar a las mujeres víctimas en su búsqueda activa de empleo para que no caigan en la precariedad y en la desprotección, a través de un empleo digno, justo y adecuado a sus necesidades», declara Begoña Bravo.
A pesar del creciente nivel de concienciación y compromiso con respecto a la violencia de género, siguen persistiendo estereotipos sobre víctimas y agresores que dificultan la erradicación del problema y se trasladan al ámbito laboral, convirtiéndose en barreras de acceso al empleo.
En ocasiones, la condición de víctima de violencia de género se asocia erróneamente a determinados rasgos de la personalidad, creando una burbuja de desinformación que puede frenar su contratación. La existencia de estos estereotipos se ve reflejada en los datos de la encuesta: un 71,4% de las mujeres prefiere no revelar su situación en las entrevistas de trabajo, ante el temor a ser descartada debido a prejuicios que asocian a las mujeres víctimas con «personalidades inseguras» o «conflictivas».
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.