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El conferenciante y profesor Víctor Küppers (Eindhoven, 1970), doctor en Humanidades y licenciado en Administración y Dirección de Empresas, regresa por tercera vez a Canarias. Este miércoles 2 de abril ofrecerá en el Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas de Gran Canaria su ponencia 'Vivir con alegría' dentro de las conferencias motivacionales de Mentes Expertas. En esta entrevista telefónica reflexiona sobre los retos de los jóvenes, la presión por el éxito y la importancia de enfocarse en lo que sí podemos controlar.
-Parece que les gusta repetir en Canarias...
-Esta es la tercera vez que vengo a dar una conferencia aquí, y siempre me sorprende la calidez de la gente. Recuerdo cuando cogí un vuelo desde Barcelona y compré agua en el aeropuerto. Me dijeron 'aquí tienes, 2,50 euros'. Luego llego a Canarias, pido agua y me dicen 'aquí tienes, mi niño'. Y ese mi niño me cambió el día. Es un detalle pequeño, pero refleja esa cercanía que caracteriza a la gente de allí.
-Suele hablar de motivación y crecimiento personal. ¿Se considera un gurú?
-No, en absoluto. Es más, casi me ofende que me llamen así. No soy un sabio ni un iluminado. Lo único que hago es leer y aprender de los verdaderos expertos para luego transmitir esos conocimientos. No tengo respuestas mágicas ni soluciones milagrosas. La clave está en aplicar sentido común y ser consciente de nuestra actitud.
-¿Cuánto influye la actitud en nuestras decisiones?
-No diría que lo condiciona todo, pero sin duda tiene una gran influencia. Cuando todo va bien, como un viernes por la tarde, tendemos a ser más positivos. Sin embargo, cuando todo va mal, como un lunes lluvioso, nos volvemos más impulsivos y, a veces, tomamos decisiones que no son las ideales. En esos momentos dejamos que nuestro estado de ánimo nos guíe. Pero hay otra manera de afrontar la vida: entender que, aunque no podamos controlar lo que sucede a nuestro alrededor, sí podemos controlar nuestra actitud. Ser conscientes del momento y de la decisión que estamos tomando, en lugar de dejarnos llevar por la emoción, nos da espacio para tomar mejores decisiones.
-Su charla se titula 'Vivir con alegría', pero muchas personas atraviesan momentos duros. ¿No cree que esto puede generar más presión sobre quienes sufren ansiedad o depresión?
-El problema de la psicología positiva es su nombre. No significa estar siempre feliz, riéndote y de buen humor. La vida tiene momentos alegres y momentos duros, tristes, incluso insoportables. Y estar desanimado es completamente normal. Muchas personas se sienten culpables por no estar siempre bien, pero no se trata de eso. La psicología positiva no es una obligación de felicidad, sino un camino para encontrar sentido y vivir con valores. No se trata de ser feliz, sino de hacer lo mejor que podamos con lo que tenemos y estar orgullosos de ello.
-Hay una gran presión por ser productivos y exitosos. ¿Qué opina sobre tendencias como el 'Club de las 5 de la mañana' de Robin Sharma?
-Sí, de hecho, me leí el libro y lo acabé más estresado que nunca. Para empezar: hay que dormir. Parece una obviedad, pero hoy en día nos bombardean con la idea de que para ser exitosos debemos levantarnos a las cinco de la mañana, hacer ejercicio, meditar, escribir un diario de gratitud, desayunar muesli con chía y, además, estar siempre motivados. Pero, ¿realmente esto nos hace más felices o solo nos añade más presión? Lo que está claro es que hay un negocio montado en torno a la felicidad. Libros, podcasts, cursos, gurús del desarrollo personal que nos dicen qué debemos hacer para ser felices... Y ahí está el problema: cuando convertimos la felicidad en un producto que se puede vender, también la convertimos en una meta inalcanzable. Nos hacen creer que si no somos felices es porque no estamos siguiendo bien el método, porque no madrugamos lo suficiente o porque no meditamos lo bastante. Y eso es un engaño.
No hago conferencias para vender felicidad, es más, casi no menciono esa palabra, No creo en fórmulas mágicas ni en listas de pasos infalibles. Mi mensaje es otro: la clave no es tienes que ser feliz, sino vive con valores y sé la mejor versión de ti mismo. La felicidad no es una lista de hábitos perfectos ni un producto que puedas comprar, sino una consecuencia de vivir con sentido, ilusión y con un propósito.
-Muchos jóvenes sienten que, por mucho que se esfuercen, no avanzan. Sueldo precario, vivienda inaccesible... ¿Cómo mantener la motivación en estas condiciones?
-Entiendo que es complicado. La cultura del esfuerzo es importante, pero hay que ser realistas: el esfuerzo por sí solo no garantiza nada. Hay injusticias, y la frustración es comprensible. Ahora bien, tenemos dos opciones: quejarnos sin hacer nada o intentar cambiar lo que sí podemos. A veces, la solución pasa por buscar alternativas, incluso fuera de nuestra zona de confort. No es fácil, lo sé, pero quedarse paralizado tampoco ayuda.
-Habla de optimismo y valores. ¿Cómo encajan estos principios en un contexto donde políticos populistas como Trump presumen de dominar el mundo?
-Es inevitable mirar a ciertos líderes y llevarse las manos a la cabeza. Sin embargo, las posibilidades que nos da la vida en este tema son limitadas: quejarnos o hacer todo lo que esté a nuestro alcance para mejorar el entorno que nos rodea. No podemos cambiar el mundo entero, pero sí aportar nuestro granito de arena para al menos mejorar lo que tenemos cerca.
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