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El equipo veterinario del Instituto Universitario de Sanidad Animal y Seguridad Alimentaria (IUSA) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) certificó ayer que la muerte del cachalote que varó hasta la costa de Adeje, en Tenerife, se produjo por efecto de la colisión con un fast ferry, según explicó ayer el director del IUSA y catedrático de la ULPGC, Antonio Fernández.
«Hemos visto que en este caso las características del corte en el pedúnculo es con toda probabilidad, del 98%, fruto de la colisión que reportaron el lunes pasado», dijo.
Un pasajero que iba el barco, el biólogo Amanhuy Duque Hernández según publicó El Día, dio el aviso. Al parecer sintió un golpe cuando estaba observando aves y cetáceos durante el trayecto y luego vio una mancha oscura que interpretó como sangre.
El equipo del IUSA, con ayuda de ingenieros, dijo Fernández, había hecho «retrotrayectorias» para tratar de averiguar si en caso de que fuera así, dónde podría varar el animal. En Fred Olsen, dijo el catedrático, «han sido muy colaboradores indicando el punto exacto donde este chico hizo las fotos». A partir de ahí analizaron hacia dónde podría ir el animal en los próximos días y el análisis fue muy próximo a donde apareció, ya muerto, el cetáceo, en Adeje.
«Los cortes en esa parte no son mortales al 100%, lo que le permitió moverse» que fue, recuerda, lo que reportó el biólogo. «A partir de ahí analizamos las trayectorias».
El cadáver apareció este domingo «muy descompuesto, como es normal». De hecho, durante la noche se separó por los golpes del oleaje. «Pero la veterinaria Marta Lorente y yo sí hemos evidenciado el corte en el pedúnculo -aleta dorsal-», agrega Fernández.
Preguntado por las posibles medidas para evitar la muerte de cetáceos por colisión Fernández explica que «el problema existe y que habrá que abordarlo» teniendo en mente «mitigar o reducir la probabilidad de colisiones. Creo que es un tema que ya está sobre la mesa tanto desde el Ministerio como en el Gobierno de Canarias y las empresas implicadas».
De media cada año varan en las costas canarias unos 50 cetáceos. «La gran mayoría mueren por causas naturales». Mientras que «nosotros hemos calculado que uno de cada cuatro puede relacionarse con la actividad humana y dentro de estas actividades, quitando el sonar submarino, para el que se consiguió la moratoria gracias a los estudios del IUSA, y que hay que mantenerla como medida de prevención, la segunda causa que los afecta son las actividades pesqueras, especialmente en el Cantábrico, el Golfo de Vizcaya o hacia Francia».
En un estudio publicado en 2019, el IUSA demostró que el 60% de las colisiones con barco en Canarias se producen con cachalotes y que al menos el 80% se producen cuando el animal está vivo. Aún así, y con respecto al caso concreto, Fernández entiende que ha sido «un accidente», y que hay «intereses encontrados» por lo que hay que llegar a un «equilibro entre la sostenibilidad y el desarrollo».
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