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La historia del crimen del bidón

En mayo de 2016, una mujer con la ayuda de una amiga tiró al mar en El Confital un bidón donde había metido el cuerpo de su novio, al que mató tres meses antes. Se trata del crimen del bidón, un controvertido caso que está próximo a ser juzgado y que narra la enrevesada trama planteada por la homicida, que estafó a la víctima y engañó a su familia diciendo que había sido madre de gemelos, mintió a varios hombres más y fue detenida en Asturias seis meses después

Miércoles, 15 de julio 2020, 04:03

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Doña Sira, buenas tardes, vamos a comenzar la reconstrucción de los hechos en relación con la causa en la que está investigada por un presunto delito de homicidio. ¿Quiere colaborar en la práctica de la reconstrucción?». De esta manera inicia la magistrada titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Telde, Virginia Peña, la recreación de uno de los crímenes más controvertidos que se va a juzgar próximamente en Gran Canaria. El de una mujer, Sira María Q. N., que acuchilló a su pareja sentimental en su casa después de haber vendido sin permiso su coche y luego metió su cuerpo en un bidón con la ayuda de una amiga, lo tuvo en ese recipiente durante tres meses mientras decía a la familia del fallecido que todo iba bien y estaba embarazada de gemelos para pedirles dinero y posteriormente, llevó el bidón a La Isleta, lo tuvo guardado en dos azoteas hasta que lo lanzó al mar en la zona de Los Nidillos con la ayuda de la presunta cómplice, todo esto a plena luz del día.

Por estos hechos, la fiscal Cristina Coterón interesa que Sira María Q. N. sea condenada a 15 años de prisión por el homicidio de Daniel Isidoro G. C., además de otros cuatro por estafas y el pago de 900 euros por apropiación indebida, delitos estos últimos cometidos, presuntamente, en su intento de conseguir aliados para que le ayudasen a deshacerse del bidón con el cuerpo, sustraer electrodomésticos de la casa alquilada donde cometió el crimen y la venta por internet del coche del fallecido.

«Estábamos discutiendo en la habitación por el tema del coche porque el chico al que se lo vendí el me dijo que la Guardia Civil le había dicho que había recibido una denuncia porque el mismo había sido robado. Por ese motivo empezó la discusión, por 350 o 400 euros que me pagaron con el coche. Empezamos a discutir, él me empujó contra el ropero y empezamos a forcejear. Mi hijo estaba sentado en esa mesa de ahí y vino a defenderme y él salió corriendo detrás de él y le dio una torta en el culo a mi hijo. Lo empecé a empujar y cuando estaba en la esquina, lo empujé y se cayó hacia atrás y se dio en la cabeza contra el escalón del baño. Vi que le salió sangre y no sabía si era del cuello o de la cabeza. Según pasó eso, cogí a mi hijo y me fui de la casa». De esta forma relató la acusada a la magistrada los presuntos hechos ocurridos en la vivienda durante la reconstrucción de los hechos, aunque omitiendo que el cadáver presentaba también tres puñaladas en su cuerpo aparte del fuerte golpe en su cabeza.

Tres meses

Tras el ataque, Sira María recoció a la autoridad judicial que se marchó de la casa y fue a Madrid durante un tiempo –tres meses según la investigación–: «Cuando regresé, el cuerpo seguía igual y llamé a mi amiga Vicenta –la supuesta encubridora y a la que a cambio regaló varios electrodomésticos– y me dijo que no me iban a creer lo de los golpes y me dijo que comprara algo grande y fui a Leroy Merlín a comprar un bidón parecido a este –igual al que aparece en las imágenes– y ella me ayudó a meter el cuerpo en el bidón», relató. «El bidón lo acostamos, yo cogí el cuerpo por la parte de arriba y mi amiga por abajo y lo arrastramos hasta introducirlo dentro. El cuerpo pesaba, tenía las manos tiesas pero el cuerpo no estaba rígido. Lo metimos dentro, y cayó sentado», describió. Luego sellaron la tapa con cinta americana y ella llamó y contrató a un transportista para llevarlo hacia La Isleta. «Llamé a un amigo al que dije si me ayudaba a bajar unas cosas a la calle. Él me ayudó. Entre los dos bajamos el bidón, lo metimos en el furgón» y lo trasladaron a casa de Vicenta en La Isleta.

«Llevamos el bidón a la casa de Vicenta y lo colocamos en la azotea hasta que por la noche me ayudó a bajarlo a la calle otro chico conocido mío distinto al que lo subió el día anterior. El bidón no se abrió en ningún momento ni se nos cayó por las escaleras. Desde la casa de Vicenta lo llevamos a la casa de mi madre en la calle Jerez –también en La Isleta–», donde lo guardaron otro día más también en la azotea, todo esto el 10 de mayo de 2016.

Al día siguiente, y con la única ayuda de Vicenta, ambas fueron arrastrando el bidón a plena luz del día «calle arriba», dijo Sira María. «Paramos un momento solo cuando vi una clienta del supermercado», detalló Vicenta, «la saludé y seguimos. Luego paramos llegando a la escalera y me fui a mi casa a hacer de comer», añadió Vicenta y Sira María aclaró en la reconstrucción que «yo me quedé todo el día esperando aquí con el bidón en la avenida hasta que llegó Vicenta por la tarde». Posteriormente, y sobre las 22.00 horas, ambas continuaron con su tarea de trasladar el bidón hasta la orilla del mar: «Llegamos a un descansillo donde había un banco, estuvimos sentadas un ratito y luego seguimos bajando el bidón por las escaleras». Cuando llegaron a un risco de complicado acceso en Los Nidillos –en El Confital–, relataron a la comitiva judicial como Sira María dio una patada al bidón que cayó rodando hasta el mar.

El 13 de mayo un vecino de la zona encontró el cadáver flotando en la orilla y se inició una investigación que derivó en la detención en Asturias meses después de Sira María y de Vicenta.

Surrealista

Según la investigación, Sira María Q. N. era una auténtica profesional del engaño ya que no solo consiguió estafar al fallecido y su familia, sino a más hombres haciéndose pasar por azafata, manteniendo varios perfiles falsos en las redes sociales, diciéndoles que estaba embarazada enviando imágenes falsas de ecografías... todo con el presunto objetivo de conseguir dinero a costa de los supuestos estafados a los que hacía creer que eran su pareja sentimental. En el caso de Daniel Isidoro, la fiscal Cristina Coterón consideró que la acusada le hizo pasar como su sobrino a un hijo mayor fruto de otra relación anterior y lo siguió engañando hasta que el varón le mostró su intención «de dejarla. Por este motivo, la acusada aprovechó sus ansias de ser padre» y usó la treta de decirle que estaba embarazada de dos niños, noticia que el fallecido compartió con su familia. Así estuvieron un tiempo y ella acudió a las citas con el médico diciendo a su pareja que esperara fuera para que no descubriese el engaño y anunció el parto para el 28 de febrero de 2016. Días antes vendió el coche del fallecido a escondidas y, temerosa de ser descubierta, la fiscal consideró que Sira María «decidió acabar con la vida de Daniel» entre el 26 de febrero y el 4 de marzo de 2016. Tras el crimen, la acusada «hizo creer a los padres y amigos de Daniel que había dado a luz a los gemelos el 28 de febrero.», detallando que nacieron prematuros y por esto estaba en la península en un hospital especializado de Madrid para tratarles problemas cardiacos. Con Daniel Isidoro ya fallecido, la acusada se hizo pasar por la víctima en un grupo de WhatsApp de su familia y les enviaba a menudo fotos de bebes entubados que buscaba en internet haciéndolos pasar por sus supuestos gemelos. A la misma vez, les pedía dinero para costear los gastos en Madrid, hecho que la fiscal consideró como «cruel» y gracias al cual consiguió que le diesen 415 euros.

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