«Necesitamos sí o sí reforzar el control sanitario de los visitantes»
Combatir y controlar posibles brotes de la pandemia es el gran reto de Blas Trujillo, que asumió esta semana un cargo ya de por sí «complejísimo». El veterano socialista grancanario negocia con el Ministerio de Sanidad para implantar en Canarias un programa piloto para hacer test a quienes vienen de fuera, el mayor riesgo para un repunte del virus en el archipiélago.
Las Palmas de Gran Canaria
— Asume la Consejería de Sanidad en plena era covid, ¿cuál es su principal prioridad y su mayor temor?
— Parar la pandemia, sin duda, y combatirla. Eso no significa que sea el único elemento de la guía de esta casa. Mi mayor temor es que la pandemia se nos fuera de las manos. Esa incertidumbre sigue estando. Pero quiero lanzar un mensaje de tranquilidad. Todo el mundo está atento a los rebrotes y estamos viendo cómo en Portugal el virus es capaz de escaparse de los controles, pero afortunadamente tenemos una situación de bastante control, con todas las reservas de material previstas y los casos que se detectan siendo localizados con rapidez, aislados con rapidez y tratados con rapidez.
— ¿Entonces Canarias está preparada ante cualquier rebrote?
— Canarias esta preparada, aunque para cualquier rebrote no está preparado el mundo, pero sí que estamos en condiciones de poder afrontar cualquier movimiento que se haga. Eso no significa que haya garantías al mil por mil, nadie puede garantizar eso, pero estamos en una situación mucho mejor que en el inicio.
—¿Cuáles son los mayores factores de riesgo en las islas? ¿Relajar las medidas de seguridad, que no haya suficientes controles para los que llegan de fuera?
— Los principales vectores de riesgo, y eso lo estamos discutiendo en comisión interterritorial, tienen que ver con varios factores: uno, que nosotros mismos nos relajemos hasta el punto de pensar que ha pasado y que los mecanismos que estamos adoptando de distanciamiento, de mascarillas, etcétera, de golpe los relajemos. Hay otro elemento que tenemos hoy perfectamente controlado es el flujo de inmigración que nos está llegando, que hemos visto un incremento de personas con la patología, pero afortunadamente los hemos detectado a todos y controlado a todos. Ha circulado un bulo de que se habían escapado una serie de personas en Fuerteventura. Ante estas cosas lo que tenemos que hacer es comunicar tajantemente que es falso y no permitir que estén estas cosas circulando por ahí. Y luego está el gran reto, con el movimiento abierto de personas en general, turistas y otros ciudadanos que pueden entrar por nuestros aeropuertos y puertos. Ahí es donde estamos ahora poniendo más el foco porque es una etapa nueva que conlleva, obviamente, un mayor riesgo, será más difícil de controlar. Y a nosotros nos va la vida que se produzca como consecuencia de nuestro producto interior bruto. Estamos planteando hacer un proyecto piloto para que Canarias sea el primer sitio donde en frontera, conjuntamente con el Ministerio de Sanidad, podamos hacer unos test PCR muy rápidos, no a todas las personas que vienen, pero sí en función de indicadores y con relación al origen podamos discriminar aquellos casos que merezca la pena testar.
—¿Dependerá del lugar de origen?
— Sí, y de los datos epidemiológicos de esos países. Imaginémonos que nos llega un vuelo de Alemania del entorno donde se ha producido este foco importante en un matadero o nos viene alguien de Lisboa.
—Pero el ministerio ha sido reticente a esta petición reiterada de Canarias.
— Está todo el mundo en periodo de aprendizaje sobre qué hacemos, cómo lo hacemos, cuándo lo hacemos y ves que cada país va adoptando unas medidas u otras. Yo echo en falta directrices europeas en materia sanitaria. Uno de los pilares de la Unión es el movimiento de capitales, de mercancías y de personas, y no es razonable que si nos pasa algo a las personas, que la salud se quiebre, no tengamos mecanismos ágiles de coordinación y de establecimientos de protocolos únicos o similares. Cada estado va adoptando medidas y el ministerio está en esa fase de aprendizaje. Este aprendizaje lo queremos acelerar, por la cuenta que nos trae.
—Porque Canarias es la que más riesgo tiene...
— Sin duda, por nuestra estructura económica. Alguien puede decir que Baleares también, pero Baleares tiene una estacionalidad que no tenemos nosotros. Un volumen de 16 millones de turistas para una población de dos millones es una barbaridad. Necesitamos sí o sí reforzar toda la acción de control que haga el ministerio con nuestros medios, que ponemos disposición del sistema, que es lo que le hemos dicho al ministerio.
—¿Cuándo quiere empezar a realizar estos test del proyecto piloto?
— Todo esto empieza a partir del 1 de julio, nuestra idea es empezar con la prueba cuanto antes. No voy a poner fecha porque no hay fecha. El objetivo es conseguir ese acuerdo lo antes posible. A ver si logramos convencer al ministerio.
—Los test se harán en destino, ¿no?
— Sí, los haremos aquí. Hemos pasado de cierta preocupación porque no había mascarillas y ahora las tenemos hasta para elegir el estampado. Eso ha sido el mercado. En el tema de los PCR tenemos unos con un nivel de fiabilidad muy alto que tiene el resultado en 40 minutos y con los otros, más profundos, en menos de 72 horas, que es el tiempo que la persona está retenida, sabemos al cien por cien si es positivo.
—¿Teme que los jóvenes relajen las medidas de prevención? ¿Tienen previsto algún tipo de campaña?
— No hay que señalar a un colectivo concreto, porque también los mayores cometemos imprudencias, no solo los jóvenes, que quizás sí sean más impulsivos. Hay que hacer una campaña de información con claridad y con contundencia para que el conjunto de la población no se relaje. No podemos permitir que la gente piense o tenga la percepción de que esto ya pasó. Nos encerramos, bajaron los indicadores negativos y ahora parece que todo está controlado. No es verdad. El virus sigue ahí. En la comisión interterritorial el propio ministro fijaba un horizonte de un año para todos estos hábitos con los que nos tenemos que mimetizar. Igual que nos ponemos algo hay que llevar una o dos mascarillas, en función del tiempo que estemos fuera, mantener la distancia, saludarse a la japonesa... Vamos a tener que convivir con eso durante un tiempo hasta tener el remedio o la vacuna.
—¿Financiará el Gobierno las mascarillas a las personas sin recursos?
— Eso es una proposición no de ley que el Parlamento canario aprobó por unanimidad. En cualquier caso, al final la propia regulación del mercado ha hecho que hayamos pasado de un bien escaso que se puso en un precio por las nubes a hoy en día, que es mucho más asequible y abunda. Lo que pretende esta proposición no de ley es que aquellas personas o unidades familiares que tengan dificultad se les habilitará, a través de una prescripción, para que acceda como a cualquier otro elemento sanitario.
—¿A cuánto asciende la factura sanitaria del covid en Canarias? ¿Cuánto está costando la epidemia?
— He pedido todos esos datos. Me los están preparando. Alta, seguro. El que fue director del Servicio Canario de Salud, Antonio Olivera, que ha vuelto a su puesto de viceconsejero y es el hombre que aconseja al presidente en los asuntos económicos, me está preparando un cuadro sobre ese tema. Igual que me están preparando otros datos porque, aunque el covid hoy en día es la prioridad, la protección de la salud no se acaba en el covid. El resto de las patologías siguen. He pedido informes sobre la situación de las listas de espera y del resto de las patologías.
—La paga covid de reconocimiento a los sanitarios se ha vuelto un regalo envenenado. Han llovido las críticas por el reparto de esos más de 18 millones por dejar a muchos profesionales fuera. ¿Cómo lo solucionará?
— Esto es una propuesta que hizo el Gobierno a los empleados públicos de reconocimiento a lo que había sido el trabajo suyo durante esta etapa, que continúa. La propuesta ha tenido un nivel de contestación por parte de algunos colectivos que no se han visto reflejados. La postura del Gobierno es, bien, vamos a conocer cuáles son esos matices que ponen los representantes de los trabajadores y, en función de lo que ellos planteen, los analizaremos.
—¿Cuándo se va a sentar con ellos?
— Lo antes posible, aunque creo que el tema más importante de los trabajadores es la inestabilidad de sus puestos de trabajo. Ese tema no soslaya lo otro, pero el elemento crucial es la inestabilidad.
— Precisamente mientras hacemos esta entrevista se están manifestando a las puertas de los hospitales canarios los médicos temporales que le exigen la consolidación de sus puestos y más plazas. La OPE de Sanidad parece un culebrón que no se termina de cerrar. ¿Será usted elconsejero que estabilice la plantilla y la aumente?
— Cualquier organización que preste un servicio y quiera hacerlo adecuadamente no puede permitirse el lujo de tener al 70% del personal de manera inestable, no es razonable y no puede ser. Por lo tanto, habrá que abordar, dentro de todas las posibilidades del marco legal, qué mecanismos podemos arbitrar para que la foto final sea tener un Servicio Canario de la Salud con la mayor estabilidad posible. Esta inestabilidad desde el punto de vista organizativo no es racional. Más allá del asunto personal que es estar con su proyecto de vida y de familia inestable, para la propia prestación del servicio es malo. ¿Seré yo? Ojalá. Manifiesto un deseo, no solo por la parte humana porque no se puede construir la vida de nadie con contratos temporales, sino por la propia naturaleza e importancia del trabajo que realizan. Los profesionales no pueden estar preocupados por esto. Tienen que estar en lo suyo y la propia organización tiene que darles estabilidad, porque son la base del sistema.
—Entonces se compromete a consolidar las plantillas y aumentarlas.
— Aquí entramos a hablar de recursos. He pedido saber de cuánto vamos a disponer al consejero de Hacienda. Es absolutamente necesario que sepamos la foto, más allá de previsiones y predicciones, de dónde estamos presupuestariamente hablando. El presupuesto, no solo de la comunidad canaria sino de todos los países, ha volado por los aires y cuanto antes tengamos esa radiografía mejor. Luego vendrán los elementos predictivos, si la economía baja al 10 o al 11%, y a partir de ahí viene lo que vamos a hacer. Necesitamos más medios. ¿Tenemos los recursos para hacerlo? No, ¿entonces? Queremos hacer eso, debemos hacer eso, pero todavía no podemos hacerlo. Los índices de mejora irán en función, uno, de la necesidades y, dos, de las posibilidades.
— Pero esta pandemia ha evidenciado la necesidad de invertir más en la sanidad...
— Claro. Lo que estoy diciendo es que no se puede prometer lo que no se puede. Las prioridades de este gobierno son tres que se unen en una: sanidad, educación y servicios sociales, que van a las personas. Para realizar esto necesitamos otro vector y es que nuestra economía tire. Esta es la prioridad, pero si no generamos los recursos no lo podemos hacer. Esta es la prioridad y esta es la condición sine qua non, de ahí nuestra disyuntiva de que tenemos que abrirnos a pesar de la pandemia. Podemos decir que somos los más defensores del estado del bienestar del mundo. Muy bien, ¿y con qué recursos lo va a hacer? Tenemos que generar los recursos y en esos recursos generados habrá una prioridad, las otras podrán esperar: una obra pública, un no sé qué. Los recursos que se generen van a ir dirigidas a estas tres políticas para mejorar la situación. Así de rotundo. No van a ir para otras cosas
—Uno de los problemas estructurales de la sanidad canaria son las listas de espera y el covid lo ha agravado. ¿Tiene pensando un plan de choque?
— Los datos están pedidos y el día 30 los publicamos. Es de las primeras cosas que he pedido. Uno llega al cargo y dice, vamos a ver con Salud Pública cómo está la pandemia. Segundo tema, qué pasa con los recursos. Tercer tema, venimos de una situación con indicadores que no son buenos, pues vamos a conocer esto y, en función de los recursos, diremos al gobierno canario o al central, nosotros necesitamos por esto, por esto y por esto, tanto. De hecho he pedido un informe de los posibles fondos comunitarios a los que podamos acceder directamente desde la comunidad autónoma en materia de salud. Podemos decir que el enfermo tiene distintas patologías. Ahora parece más que evidente que toda la red de atención primaria necesita un reforzamiento. Hasta ahora lo que se llevado toda la atención ha sido la asistencia hospitalaria, con las listas de espera, que son importantes, pero hablar de atención primaria no es sustitutivo de todo el tema hospitalario. Otro elemento que acabamos de ver y que ha sido como una maría, y que ha jugado un papel importante de verdad en la epidemia, es el área de Salud Pública. Es otra área que requiere un reforzamiento extraordinario. Tenemos un diagnóstico malo y padecemos distintas cosas. ¿Qué vamos a hacer? Atención primaria, los temas quirúrgicos, Salud Pública, la estabilidad del personal... Es que nada sustituye a lo otro y mal haríamos si solo arregláramos por aquí y dejamos lo otro por allá. De ahí viene la dicotomía por la falta de recursos. Pero cuando te falla el corazón, que te puede matar, y los pulmones, que también te pueden matar, ¿qué hacemos? Pues no sé, pero hay que resolver el problema porque se nos muere el enfermo.
— Ha tenido una dilatada vida política y en cargos públicos. ¿La Consejería de Sanidad es su mayor reto?
— Sin duda es el mayor reto político, mío y de todas las personas que han estado aquí intentando sacar adelante un servicio público complejísimo. Si ya la sanidad siempre ha sido un reto pues ahora vivimos en un envoltorio que lo complica más. Pero todos tenemos en este momento, al menos los que tenemos vocación de servicio público, que arrimar el hombro y no echar una mano sino las dos porque lo necesitamos. Vamos a tener que salir de esta situación complejísima metiendo muchos recursos pero nuestra generación tiene la obligación de usar los recursos de tal manera que salvándonos no dejemos un erial a los que vienen detrás, y hablo del tema económico en general. No necesitamos ningún hombre de negro de fuera que nos vigile a la hora de manejar los recursos. Nuestra responsabilidad para con los nuestros nos exige que seamos los más eficaces y eficientes posible.
—La pandemia ha cambiado el modelo asistencial, ¿cree que la ciudadanía ha aprendido a hacer un uso más racional de los recursos sanitarios? ¿Hay un cambio de mentalidad?
— Debemos producirlo. Cuando hablábamos del virus y apelábamos a la responsabilidad de cada uno, no solo con su salud sino con la de los demás, en el fondo aquí hay una cultura que debemos transmitirnos y es que tenemos el derecho a la protección de la salud pero no debemos abusar en nuestro comportamiento cotidiano de lo que es ese recurso, que es limitado. Cuanto menos abusemos de los recursos más habrá para atender a quien realmente los necesite.
—¿Potenciará los conciertos con la sanidad privada?
— Los conciertos con la sanidad privada se harán en función de las necesidades que tengamos para complementar el sistema. Esa pregunta está contestada en la propia ley de Sanidad. Nuestro sistema de salud tiene como servicio público de base la sanidad pública y con la sanidad privada que la complementa. Ese es nuestro modelo sanitario. Dentro de ese modelo uno tiene bajo su mando la sanidad pública como pilar esencial, lo otro es un complemento que hay que usarlo en función de las necesidades y las características de la manera más razonable. Que en un momento la complementariedad tiene que aumentarse porque hay razones objetivas, se hará. Si no hace falta, no. Esto es un tema de racionalidad porque ya la ideología la vertimos en la ley. Intentaremos que los conciertos sean los justos, precisos y necesarios.